La alegría de la Copa solo duró un abrir y cerrar de ojos para un Amorebieta que el sábado retornó a la realidad de la liga. A una realidad que retrata el pésimo caminar de un conjunto azul que sufrió en el José Zorrilla su tercera derrota consecutiva, que, junto a la victoria del Cartagena en Elche, le sitúa como penúltimo clasificado de LaLiga Hypermotion e incluso podría cerrar la décimo novena jornada como colista en caso de que el Alcorcón puntúe esta noche en su duelo ante el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez. La situación, por tanto, se torna cada vez más complicada para el colectivo de Haritz Mujika, que ante el Valladolid le volvió a penalizar su debilidad a la hora de defender las acciones a balón parado, con el sumo que supuso el grotesco gol que encajó el equipo vizcaino tras un saque de banda que remató Juric con la colaboración de los centrales Josep Gayá y Manu Hernando y del propio portero Jonmi Magunagoitia; y que elevó el 1-1 al marcador. Media hora después, Salazar puso el 2-1 definitivo al culminar en el área pequeña un córner botado por el cuadro blanquivioleta, que remontaba así un partido que dominaba el Amorebieta gracias al tanto de Manu Hernando en el primer acto. Es la cuarta ocasión en la que el conjunto zornotzarra se pone por delante en el luminoso y su rival es capaz de darle la vuelta a la tortilla.

“Unas veces el balón parado, otras un despiste o un rechace. Es doloroso porque veo que mi equipo lo da todo, pero siempre nos falta algo para ganar”. Así se lamentaba Mujika de uno de esos desenlaces que duelen, pero que no es el primero que le sucede al conjunto azul, el peor equipo de la categoría como visitante, ya que solo ha sumado dos puntos de treinta posibles. No en vano, el Amorebieta ha encajado trece goles, el 46% del total, en acciones a balón parado, un mal que le ha costado una docena de puntos, una sangría que explica su negativa trayectoria cuando el cierre de la primera vuelta está prácticamente a la vuelta de la esquina. Un fragilidad que ya se detectó en la jornada inaugural cuando el Levante hizo el 0-1 tras un golpe directo del cuadro granota; una semana después se dejó dos puntos en Albacete al encajar otro gol tras un saque de banda; el Espanyol levantó un 0-2 con dos dianas a balón parado; el Villarreal B abrió su victoria por 3-1 en un golpe franco y la cerró tras un saque de esquina; el Huesca y el Eldense marcaron de penaltis cometidos en sendos córners; el Eldense repitió tras un saque de banda, el Leganés hizo el 4-0 tras botar una falta y el Elche firmó el 1-0 en una acción que nació en un saque de banda. “Son situaciones que tampoco se entrenan mucho, porque no es muy habitual que pase. La falta de contundencia en la primera acción ha terminado en gol”, argumentó Mujika sobre la esperpéntica jugada que propició el primer gol del Valladolid, el germen de una nueva derrota de la que vuelve a afligirse la plantilla y su técnico: “Nos vamos con las mismas sensaciones de otros partidos, hacemos muchas cosas bien pero, por unas cosas u otras, al final nos vamos siempre con cero puntos”.