ELDENSE: Zubiaurrre; Toni Abad, Dumic, Hernández (Min,. 86, Bernal), Mateu; Chapela (Min. 63, Montes), Sergio Ortuño (Min. 80, Mari), Timor, Salcedo (Min. 63, Poloni); Soberón (Min. 63, Arnau) y Juanto Ortuño.

AMOREBIETA: Campos; Álvaro Núñez; Hernando, Garreta, Lasure; Dorrio (Min. 80, Eraso), Morán (Min. 71, Edwards), Sibo, Rayco (Min. 71, Morcillo); Avilés (Min. 80, Quintero) y Da Graca.

Goles: 1-0: Min. 14: Juanto Ortuño. 2-0: Min. 70; Juanto Ortuño, de penalti.

Árbitro: Trujillo Suárez (Comité Canario). Amonestó a Dumic, por el Eldense; y a Garreta y Morán, por el Amorebieta.

Incidencias: Partido correspondiente a la décimo tercera de LaLiga Hypermotion disputado en el Nuevo Pepico Amat ante 3.205 espectadores.

Nada nuevo bajo el sol. El Amorebieta encajó una nueva derrota lejos de Lezama y no conoce la victoria como visitante tras sucumbir en esta ocasión en el Nuevo Pepico Amat frente a otro recién ascendido y rival directo, en un encuentro que el Eldense decidió en esos instantes que se consideran claves, gracias a la pegada de un Juanto Ortuño, que un cuarto de hora antes del inicio del duelo iba a ser suplente pero que la lesión en el calentamiento de su compañero Florin Andone le dio la titularidad, determinante con un doblete que hunde al colectivo de Haritz Mujika, que no es capaz de frenar su caída cuesta abajo, que encadena siete jornadas consecutivas sin ganar, con un saldo de solo dos puntos de 21 posibles, y que sigue inmerso en puestos de descenso, una situación que complica su futuro en LaLiga Hypermotion aunque reste aún todo un mundo por delante. El presente, se quiera o no, retrata la realidad de un equipo que se derrumba cuando encaja y al que le cuesta horrores hacer goles desde que sellara el que es su último triunfo ante la fecha, que data del lejano 17 de septiembre, cuando tumbó en Lezama al Mirandés.

Mujika tiró de un plan matizado por enésima vez. No repite once y cada idea está diseñada en función del partido, que ayer se conocía que sería súper intenso, vamos, a cara de perro entre dos escuadras que luchan en las mismas coordenadas. En este ocasión, le tocaba acertar en el deseo de romper el maleficio de su equipo como visitante y cerrar la pésima racha de resultados que tanta ansiedad genera. Movió el sistema defensivo con la comparecencia de Félix Garreta en lugar de Xabi Etxeita como central zurdo, cuando habitualmente ha utilizado al futbolista cedido por el Betis como lateral; recurrió a Erik Morán, como se preveía, para cubrir la baja por sanción de Álex Carbonell y dio la primera titularidad a Javier Avilés en detrimento de Eneko Jauregi como socio en ataque del italiano Marco Da Graca, que sigue sin ver puerta, lo que no es buena noticia para los intereses azules. Lo cierto que es que al de Pasaia los retoques le salieron cruz ante un Eldense, con el que empató en este mismo escenario el curso pasado en Primera RFEF, que introdujo tres novedades, entre ellas las del veterano David Timor, exjugador de Osasuna, Girona o Getafe, entre otros; y la de Juanto Ortuño, sustituto del rumano Andone ya la postre verdugo de un Amorebieta que necesita reaccionar cuanto antes.

Fue ese momento, en el minuto 14, cuando a Mujika y al Amorebieta se les cayó el mundo encima tras la maravillosa acción colectiva del Eldense que culminó Juanto Ortuño con un efectivo y certero taconazo a servicio de Iván Chapela. Un bofetón que trastocaba la fórmula del colectivo zornotzarra, resignado de nuevo a remar a contracorriente. En el fútbol está casi todo inventado y una de sus leyes dice que los detalles deciden los encuentros. El Amorebieta, como es norma cuando compite lejos de Lezama, se despistó a la hora de defender, un debe que se paga caro, y ese detalle le obligó a virar en su hoja de ruta, ya que tuvo que dar un paso adelante, asumir la posesión y correr los conocidos riesgos cuando se busca el empate, que no llegó al paso por vestuarios. No fue porque no lo intentara el equipo azul, que se volcó sobre sus costados, especialmente por la derecha, junto al trabajo gris de Da Graca para asaltar el área de Andoni Zubiaurre, portero cedido por la Real Sociedad, pero sus deseos se quedaron en nada. Es así si no hay remate, otro dogma del fútbol. Josué Dorrio, que lo había probado antes del 1-0, estuvo inquieto, se asoció con Álvaro Núñez, que gozó de otra buena llegada, y particularmente con un Avilés muy activo, que sacó cosas y molestó a la zaga local, muy segura en el juego aéreo, aunque tampoco le llegó al Amorebieta para tener premio, una vez que ese peligro ficticio solo se tradujo en una media docena de saques de esquina. Pobre consuelo.

Con el marcador en contra, Mujika debió modificar matices técnicos en la pausa, una pizarra que, sin embargo, no tuvo impacto en el verde, pese a la buena entrada de su equipo en el segundo acto. El Amorebieta puso una marcha más como muestra de su afán por sumar, aunque querer no es sinónimo de poder, una máxima que ha sufrido reiteradamente en lo que va de campaña el conjunto zornotzarra. El no gol, la falta de pegada, causa estas situaciones de amargura, como la que protagonizó Avilés, que disfrutó de un golpeo franco en un pase atrás de Dorrio, pero al madrileño se le fue por muy poco, un lamento que penalizó a posteriori el cuadro azul frente a un Eldense que reaccionó con el triple cambio que decidió Fernando Estévez. El técnico local acertó y su equipo tomó aire fresco para salir de la cueva, y en una acción aislada, fruto de ese empuje liderado por los jugadores entrantes, llegó el 2-0 a causa de unas manos de Sibo dentro de su área y que Juanto Ortuño no desaprovechó desde los once metros para firmar su doblete. Se trató de la puntilla para un Amorebieta resignado a su suerte, que, para más inri, ni le acompañó en sendos remates de Ryan Edwards, sustituto de un flojo Morán, y de Dorrio que no encontraron puerta, por lo que ya son tres los encuentros consecutivos en los que el conjunto vizcaino no bate la meta contraria.