“Si nuestro delantero solo ha marcado un gol cuando casi acaba la primera vuelta…”. Alain Arroyo (Bilbao, 5 de julio de 1982) suelta la reflexión y se pausa durante unos segundos. No necesita más palabras para retratar uno de los argumentos con más peso para explicar la mala situación clasificatoria por la que atraviesa el Urduliz, equipo al que entrena y que ha caído a puestos de descenso en el grupo IV de Tercera RFEF. No en vano, el colectivo de Uribe Kosta encadena cinco jornadas consecutivas sin ganar, en las que solo ha sumado dos de los quince puntos posibles, y es el tercero más goleado, con 26 dianas encajadas, solo por delante de Pasaia (27) y Aurrera de Vitoria (31). Ander Merino, el hermano mayor del exjugador del Athletic Sabin Merino y que a día de hoy ejercer en el Atlético San Luis de México, es ese único atacante que ha visto puerta, cuando el pichichi es un central, Carlos Alonso, autor de tres goles. “Sí pecamos de ansiedad, nos falta la interpretación de cuándo hay que parar el partido, qué hay que hacer en ciertos momentos…”, afirma Arroyo, que insiste en esta reflexión: “Tenemos que saber manejar esa ansiedad, de querer llegar rápido al área, de querer acabar la jugada cuando no hay que acabarla, de no dar el pase al compañero que está mejor situado”.

El preparador bilbaino diagnostica el mal de su equipo en la falta de equilibrio en las dos áreas, sobre todo porque no sabe ganar en partidos en los que hace tres goles, como sucedió ante el Basconia, Portugalete o Padura. “Cuando hemos estado certeros no hemos sido contundentes en defensa. Eso es lo que marca la diferencia. Esos pequeños detalles en los que incidimos un día tras otro no los estamos cuidando bien y es lo que nos está impidiendo generar buenos resultados”, subraya el técnico de Urduliz, que no cree que el duelo del sábado, en el que recibe en su campo de Iparralde al colista Aurrera de Vitoria, tenga que marcar un antes y un después. “Sí nos debe servir para que se refresque la cabeza durante el parón navideño, algo habrá que cambiar y darle un vuelta. El Aurrera de Ondarroa hace un mes estaba igual que nosotros y hora está a un partido de play-off. Se trata de enganchar dos partidos buenos que te den esa confianza de que lo que estás trabajando dará su rendimiento”, explica Arroyo, que no se siente cuestionado y que cuenta con la confianza de la Junta Directiva que preside Josu Unibaso.

Alain Arroyo reconoce que a la hora de reforzar la plantilla para lo que resta de curso “sí nos estamos moviendo, pero es complicado”, en el sentido de que la situación “económica del Urduliz es la que es y hay jugadores que prefieren jugar en categoría inferior cobrando más o no quieren venir a un equipo que lucha por la permanencia cuando están luchando por subir”, al mismo tiempo que el bilbaino se declara un entrenador al que le “gusta ser cercano a los jugadores, saber qué les pasa, en qué trabajan, en qué estudian, si viven solos, si tiene parejas… por conocer ese compromiso que puedan tener y que beneficie al colectivo”. “A la hora de trabajar me gusta que las cosas sean serias, que se pueden divertir trabajando, que hay una disciplina, un orden. Me gusta que los jugadores se expresen. Esto no es una dictadura, yo solo soy el que elige el once y la metodología de juego”, sentencia.