Jabi Luaces: “El cuerpo me pide nuevos retos”

gernika - No debe ser fácil despedirse de un club en el que uno lleva catorce años. Y es que Jabi Luaces (Busturia, 1973) escaló por todas los niveles del fútbol base del Gernika hasta tomar las riendas del primer equipo, en el que acumula siete temporadas, divididas en dos etapas. La segunda, que consta de cinco campañas, en las que se incluye el ascenso a Segunda B y convertirse en la escuadra revelación de la división de bronce, llegará a su fin en un par de semanas. En busca de nuevos retos, el técnico dejará la entidad foral en la cima, ya que el pasado domingo alcanzó los 58 puntos, dejando atrás los 55 de la 96-97, que era el récord en la categoría actual, la más alta en la que han militado. Otro legado será el billete copero, algo que nunca habían conseguido los de la villa en el formato actual.

Tras el triunfo ante el Arenas, ya se puede confirmar este como el mejor Gernika de la historia.

-Es el que mejor resultados ha conseguido en cuanto a puntuación y clasificación. Los datos son objetivos. En otros grupos estaríamos en play-off con estas cifras. Además, nos hemos clasificado para la Copa, algo que nunca se había logrado en el formato actual. El Gernika la jugó cuando accedían todos los equipos de Segunda B, pero nunca desde que se clasifican los campeones de Tercera y los cinco mejores de cada grupo de la división de bronce.

El torneo del K.O. lo disputarán sin Jabi Luaces en el banquillo. ¿Qué le ha llevado a tomar la decisión de dejar el club?

-Son varios factores. El más importante, que el cuerpo me pide nuevos retos. Llevo catorce años en el club y parece que no quiero arriesgarme, que estoy acomodado y solo puedo entrenar al Gernika. Me apetece trabajar desde otro punto de vista y activarme, aunque en ese sentido no hubiera sido un problema seguir. Llevo muchos años con estos jugadores y tampoco quiero que se acomoden, aunque han demostrado que no lo hacen. Creo que será bueno para mí y para el club, que vive un gran momento deportiva y económicamente.

¿Lo tenía pensado desde hace mucho?

-Es una decisión muy meditada y difícil. Llevaba tiempo dándole vueltas. El año pasado tuve ofertas, pero decidí seguir para cerrar el ciclo, porque veía que se podía lograr algo importante. El lunes 23 se lo comuniqué a la directiva, que me había ofrecido una semana antes la posibilidad de seguir. Agradezco mucho que hayan seguido confiando en mí. Solo tengo palabras de agradecimiento para este club que me lo ha dado todo, me ha dado carta blanca y me ha dejado hacer.

¿Sabe ya dónde entrenará la próxima temporada?

-Todavía no. Lo que he hecho ha sido comunicárselo ya al club para que tenga margen y pueda decidir con tranquilidad quién será el nuevo entrenador.

¿Le gustaría seguir cerca de casa o se nos irá lejos?

-Estudiaré las ofertas y elegiré la que crea mejor. No voy a decidir por el hecho de estar a 300 kilómetros o a 300 metros, no me voy a poner vallas. Miraré cuál es el proyecto deportivo y qué me van a dejar hacer a mí.

Mirando al pasado, ha vivido muchos momentos con el Gernika. En su primera etapa ya rozó el ascenso.

-En mi primera temporada con el primer equipo jugamos la final del play-off contra el Atlético Baleares, que tenía diez veces más presupuesto que nosotros. Nos eliminaron con un gol a un minuto de acabar la prórroga. Luego como entrenador del Portugalete también me quedé a las puertas, contra el Getafe B. Además, al año siguiente el Getafe de Michel nos eliminó en Copa, empatando los dos partidos. Menos mal que a la tercera fue la vencida y logramos el ascenso del Gernika en 2015.

Imagino que ése será el momento más especial, pero seguro que ha habido muchos más.

-Las 25 jornadas consecutivas sin perder de la temporada del ascenso, en la que batimos el récord de puntos del club en Tercera, por ejemplo. En Segunda B, ganar a equipos como el Albacete, que llegaba a Urbieta invicto. Ha habido muchos momentos magníficos y pocos malos.

El 14 de abril, en el partido contra la Real B, fue la primera y única vez que no alineó a ningún futbolista de la villa. A estos niveles el dato es descomunal.

-Eso me da igual, si hay gente del pueblo en el once es porque da la talla. Ese día, por circunstancias, como la lesión de Larruzea, no hubo ninguno, pero luego salieron dos desde el banquillo. Se ascendió con 16 canteranos y se ha mantenido un núcleo importante. Hemos conseguido que gente como Carracedo o Entziondo sean como canteranos por todo el tiempo que llevan aquí. Para mí, todos los de la plantilla son gernikarras, no me quita el sueño dónde hayan nacido. Hay gente que no ha nacido aquí y ha dado más por el equipo que canteranos, que algunos han decidido marcharse y es respetable.

Lo decía a modo de elogio, porque nadie puede presumir de jugar con tantos de la casa en Segunda División B.

-Están Altamira, Lander, Etxabe, los Larrueza, Koldo... Otiñano también vive en Gernika aunque no haya nacido aquí. No hay que olvidar que somos de los que menos presupuesto tenemos en Segunda B, y algunos en Tercera también tienen más. Hay que felicitar a la gente que trabaja en el club, porque esto no es una camada, son jugadores de edades diferentes. En Tercera también hay muchos canteranos del Gernika, y otros que han ido a filiales como Villalibre, Jauregi u Obieta. Hay muchos años de trabajo y toca seguir para que el salto desde las inferiores a Segunda B no sea tan enorme.

Les queda el Leioa en casa y el líder Mirandés fuera. Con el objetivo ya sellado, ¿cómo afrontan los dos partidos restantes?

-En los últimos partidos no hemos estado bien y queremos dejar una buena imagen ante nuestra afición en el derbi. El último partido, contra un rival que puede estar jugándose el campeonato, será bonito y servirá de crecimiento para los chavales. Intentaremos acabar con el máximo número de puntos, y sextos mejor que séptimos.

¿Le gustaría añadir algo?

-Sí, agradecer el apoyo de la afición y de la directiva. También a la plantilla, tanto a los actuales como a los que ya no están, porque el éxito de esta temporada también es gracias a ellos.