MADRID ? Un doblete de Karim Benzema,al fin goleador en el momentoclave de la temporada, impulsó al RealMadrid a su tercera final consecutiva,esperando rival para la gran cita deKiev tras un duelo majestuoso anteun Bayern repleto de orgullo, que sesobrepuso a todo y rozó la remontadapor la gran cantidad de ocasionesque tuvo, pero que no acertó a aprovechar.

La grandeza del clásico de Europase mostró en toda su expresión en elSantiago Bernabéu. Duelo grandiosoentre dos equipos educados para atacar,que sufren sin balón, con un RealMadrid sin la capacidad para anestesiarel duelo y que jugó a la ruleta conel Bayern. Verticalidad blanca concapacidad de sufrimiento ante eldominio posicional del equipo alemán,una maquinaria perfecta.

Dicen que de los errores se aprendey los jugadores del Madrid se sabíanla teoría, pero volvieron a errar en lapráctica. Sabían que los primerosminutos eran claves, pero parecieronempeñados en firmar un camino desufrimiento a la gran final. Lo ocurridoante la Juve se repitió contra elBayern. Al minuto 3, el Real Madridya perdía.

La sorpresa de Zidane condicionó asu equipo. Lucas Vázquez, de lateralderecho por el miedo a la falta de ritmode Nacho. Fuera de posición, perocon coraje para recibir a una bandapotente con Alaba y Ribery. Pero elpartido se rompió desde el otro costado,el que defendía Marcelo: de uncentro llegó un mal despeje de Ramosy un nuevo tanto de Kimmich. Comoen la ida, adelantó al Bayern ante elestupor del Bernabéu.

Tardó diez minutos en tener el balónel Real Madrid. Marcelo, de nuevodecisivo en ataque, puso un centro alsegundo palo, donde Alaba perdía lamarca y Benzema remataba con todala fe del mundo para voltear su situación.Era el día. El gol tan esperadopor Zidane.

Todo regresaba a su origen. ElBayern necesitaba dos tantos para laremontada, pero dejaba sensación depoder hacerlo. Presión alta para dificultarla salida de balón del RealMadrid y un partido sin control. ElReal Madrid añoraba la figura deCasemiro, sorprendente suplente paradejar paso a Kovacic. El Real Madridnecesitaba pausa.

PENALTI AL LIMBO El intercambio degolpes era una realidad que interesabaal Bayern. Ribery aparecía paraasistir a Müller, que chutaba blandoa Keylor, James fallaba la más claratras encontrar un rechace de una buenaparada abajo a Lewandowski. Alborde del descanso, después de rozarla escuadra Tolisso con un disparocolocado, llegó un centro de Kimmichque golpeaba en una mano de Marceloen su salto para tapar espacio.

Penalti. Los jugadores del Bayern sedesesperaban ante el colegiado.

El factor fortuna caía del lado del reyde Europa. Nacía la segunda mitadcon un fallo de los que cuestan eliminatoriasa no ser que tengas la grandezadel Bayern para levantarte.

Tolisso cedía a su portero y Ulreichno supo despejar el balón. La fe en lapresión de Benzema encontraba elpremio del gol a puerta vacía.Quien pensase que era la sentenciano podía estar más equivocado. ElBayern vendería cara su eliminacióne inició un asedio en la búsqueda delos dos goles que necesitaba. El RealMadrid se fue desmoronando y Zidanetardó en introducir los retoques.El gol alemán se veía venir y tardó eltiempo que lo pudo evitar un descomunalKeylor Navas, que sacabamanos salvadoras, volaba a disparocruzado de Hummels y nada podíahacer ante James. El gol del jugadorque descartó Zidane incendiaba lasemifinal. Fue cuando llegaron loscambios, la tardía entrada de Casemiroy la apuesta por Bale para ver sienganchaba una con espacios.

El sufrimiento de los cuartos de finalante la Juve se repitió ante un Bayernque murió en área madridista. Ladecimotercera está a un solo paso.