PSV EINDHOVEN: Zoet; Brenet, Schwaab (Gastón Pereiro, m. 80), Isimat-Mirin, Héctor Moreno, Willems; Narsingh (Bergwijn, m. 80), Propper, Guardado, Hendrix (Ramselaar, m. 66); y Luuk de Jong.
ATLÉTICO DE MADRID: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Saúl (Torres, m. 77), Gabi, Koke; Gaitán (Tiago, m. 60), Gameiro (Carrasco, m. 65) y Griezmann.
Gol: m. 43: Saúl, de volea dentro del área grande.
Árbitro: Martin Atkinson (Inglaterra). Amonestó los locales Héctor Moreno y Luuk de Jong y a los visitantes Gabi y Giménez.
Incidencias: Estadio Philips de Eindhoven, 35.000 espectadores. Lleno.
eindhoven - Dos acciones al borde del descanso, un gol de volea de Saúl Ñíguez y un penalti parado por el esloveno Jan Oblak al mexicano Andrés Guardado, domaron a un punzante PSV y provocaron un triunfo esforzado del Atlético de Madrid en su estreno en la Liga de Campeones de esta temporada.
Una victoria más transcendente de lo que dicta este momento del torneo, la primera jornada, porque es fuera de casa, porque el PSV es un rival exigente y porque tres puntos de principio en una fase que pone dieciocho en juego son ya al menos un cuarto de camino hacia los octavos de final de la máxima competición continental.
Y porque el partido surgió trepidante, revolucionado y lanzado a un ritmo impresionante. Un ida y vuelta incontrolable a partir de una demostración de intenciones primero. Inicialmente del Atlético, apabullante en campo contrario, los primeros tres minutos; después del PSV, desde el juego aéreo y la velocidad, los tres siguientes.
Sobrevivió el conjunto holandés, porque Zoet se cruzó a un balón ante el brasileño Filipe Luis, pero también el Atlético, porque el árbitro inglés Martin Atkinson anuló un gol a Luuk de Jong. Si entendió falta en el salto previo del mexicano Héctor Moreno, fue riguroso; si vio fuera de juego, falló en su decisión.
Un alivio para el equipo madrileño mientras gesticulaba una y otra vez en la banda el argentino Diego Simeone. No le gustan al técnico estos duelos que se mueven en el descontrol, de un lado a otro, sujetos más a lo imprevisto, a lo individual o al contragolpe que al despliegue colectivo, con las consecuentes oportunidades.
Ahí no se siente a gusto su equipo, porque no maneja los tiempos ni los espacios del partido y porque sufre en el desorden por el que transitó casi todo el primer tiempo. Pero hubo momentos de buen fútbol, verticalidad, movilidad y desborde del Atlético y del argentino Nicolás Gaitán.
Al final se jugó más a lo que quería el conjunto madrileño. Nada de contragolpes del bloque holandés, más tiempo de posesión, más espacios para correr hacia arriba y, por fin, una sensación más o menos de control del Atlético, ganador en Eindhoven por Saúl y Oblak, los protagonistas de un triunfo valioso.