bilbao - Pablo Picasso esbozaba sobre un papel unos trazos e inmediatamente después el dibujo se transformaba en arte. Es lo que tiene los genios. En el universo futbolístico Lionel Messi ejerce de sumo sacerdote del balón. Es su máxima expresión artística, además juega en un equipo repleto de talento y sus partidos provocan la máxima expectación porque son promesa de espectáculo.
En el pasado Barça-Celta, hacia el minuto 80 y con el equipo gallego ya entregado, Messi provocó un penalti. Se situó junto al punto de cal. Tocó suavemente el balón, hacia su derecha. Eso fue todo. un golpecito de nada. Cualquiera puede hacerlo. Eso sí. Luis Suárez irrumpió en el escenario como un toro y estampó la pelota en la portería defendida por Sergio, que se quedó atónito. Al igual que la afición culé. Y los millones de aficionados que a través de televisión asistimos sorprendidos a la argucia de la Pulga. Y el árbitro y sus ayudantes, que no apreciaron la ilegalidad del delantero uruguayo, que partió al remate desde el semicírculo, en situación antirreglamentaria. Pero, ¿quién iba a estar pendiente de semejante insignificancia?
La singularidad del protagonista elevó aquella sutil patada al balón a categoría, en un homenaje a otro genio futbolístico, Johan Cruyff, quien el 5 de diciembre de 1982, jugando con el Ajax, tocó la pelota hacia la izquierda para Jesper Olsen, que se la devolvió para que el holandés celebrara el gol.
Ayer, la televisión rescató imágenes con penaltis resueltos de la misma forma (o no resueltos, como la pifia protagonizada por Pires y Henry en 2005, jugando en el Arsenal), pero que han sido relegados al anonimato por el escaso eco mediático de sus actores.
Luis Suárez celebró el gol, el tercero que esa noche anotaba al Celta y el número 23 en la Liga, lo cual le sirve para distanciar en dos tantos a Ronaldo en la lucha por el Pichichi.
Al instante, Neymar se le acercó y le dijo cuatro cosas con rostro serio. La ejecución estaba preparada para él, según reveló el brasileño tras el encuentro, y también que lo habían ensayado en los entrenamientos. Luis Enrique defendió la acción de sus figuras: “En este país está mucho más aceptado un patadón que una filigrana”, argumentó. Su colega del Celta, Eduardo Berizzo, restaba importancia al asunto. “No ha sido algo que haya salido de la legalidad”, señaló.
Entre los medios de comunicación el penalti ha generado controversia. “sublime homenaje de Messi a Cruyff”, destaca el diario deportivo catalán Mundo Deportivo. “Show total” enfatiza el Sport. En Madrid, Marca titula: “Una pasada” y As resalta: “Messi resucita el penalti de Cruyff”.
Sin embargo en Galicia no despierta tanto entusiasmo. “Una licencia tan arrogante como vistosa que llegó con el partido sentenciado (...) la elegancia en la victoria es todavía más necesaria que en la derrota”, reflexiona La Voz de Galicia, mientras Faro de Vigo habla de “celtismo indignado”.