bilbao - Míchel González, entrenador del Olympique de Marsella, afronta en los próximos días un doble desafío que marcará a fuego su trayectoria en el fútbol francés. El próximo jueves se enfrenta al Athletic en la ronda de dieciseisavos de final de la Europa League, pero el mañana se mide al poderoso París Saint-Germain en el gran clásico del fútbol francés. Míchel quiere ser el segundo equipo que lo derrota esta temporada, tras el Real Madrid en la Liga de Campeones. “Ellos ya tienen seguro que van a ganar la liga pero eso no cambia nada para nosotros. Vamos a asistir a un gran partido”, aseguró ayer el técnico madrileño, convencido de que los 32 puntos de diferencia que separan a ambos equipos en la tabla “no se verán en el campo”.

Michel recordó que en París el Marsella “dio una buena imagen e hizo un gran partido”, aunque el resultado no fue bueno (2-1). “Nuestro adversario es excelente, pero tenemos la posibilidad de ganar”, dijo, y agregó que una victoria contra el PSG “puede servir para recuperar la confianza”.

Lo cierto es que Míchel lleva una sola derrota en 15 partidos en todas las competiciones, lo que ha hecho renacer la esperanza de alcanzar el tercer puesto, el último que en Francia abre la puerta de la Champions. El OM es octavo a cinco puntos de esa plaza y Michel recupera a buena parte de los jugadores que en las últimas semanas habían estado lesionados.

La asignatura pendiente del equipo está en su estadio, donde las cifras de Michel son muy mediocres. Su última victoria en casa se remonta al 13 de septiembre en liga, lo que ha distanciado al equipo, y por consiguiente al entrenador, de la grada. - DEIA