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El elixir de la eterna juventud

El elixir de la eterna juventudAFP

eL paso de los años continúa sin tener incidencia negativa alguna en el rendimiento de Aritz Aduriz, quien a un mes escaso de cumplir los 35 años de edad, parece poseer el elixir de la eterna juventud. A pesar de la dificultad que entraña abrazarse a la regularidad desde la posición de delantero centro, el donostiarra volvió a convertirse la pasada temporada en una indestructible máquina de hacer goles en beneficio del Athletic.

Este año, por tanto, el trofeo Sánchez Joyeros al rojiblanco más regular lleva su nombre, al sumar 59 puntos y aventajar en nada más y nada menos que 25 puntos a Mikel San José, segundo clasificado. Y es que Aduriz, indiscutible para Ernesto Valverde, lideró a sus compañeros en busca de los objetivos marcados, firmando el mejor registro goleador de su dilatada carrera como profesional.

Tras cerrar con 18 goles los cursos 2012-13 y 2013-14, el ariete, inconmensurable, alcanzó los 23 goles la pasada campaña. Dieciocho de ellos los firmó en los 31 partidos de liga que disputó, añadiendo a su particular lista otras cinco dianas en la Copa y tres más en la Champions League. La Europa League, torneo en el que Aduriz solo jugó uno de los dos partidos que afrontaron los leones ante el Torino, fue la única competición que quedó huérfana de los goles del donostiarra, un auténtico martirio para las defensas rivales. Los números, no en vano, reflejan la trascendencia de su figura en el seno de un equipo en el que nadie sufre pesadillas relacionadas con el gol.

De ahuyentarlas, día sí y día también, se encarga el portador del dorsal 20 del Athletic, siempre dispuesto y preparado para enviar el esférico al fondo de la red. Los porteros, cuestionados por la dificultad de frenar el ímpetu goleador del rojiblanco, acostumbran a calificar tamaño reto como un desafío de primer orden. La pasada temporada, un elevado número de citas tocaron a su fin con Aduriz levantando los brazos como ganador, circunstancia que se ha repetido en el primer tramo del presente ejercicio futbolístico. La primera víctima, la más deseada por cuanto significaba alzar un título con el escudo del Athletic luciendo en el pecho, fue el todopoderoso Barcelona en la Supercopa celebrada en agosto. Aduriz, con contrato hasta 2017, firmó un hat-trick en San Mamés y marcó en el choque de vuelta disputado en el Camp Nou, asaltado por un insaciable Aduriz que, tras los 23 goles logrados la pasada campaña, suma 20 en los cuatro primeros meses del presente curso.