Abaroa decide en las llanas

Fuenlabrada0

SESTAO RIVER: Raul, Gago, Cabero, Tarantino, Arnáez, Cristian (Min. 61, Kurbus), Rubio, Ricky, Jito (Min. 67, Izurza), Jorge Hernández (Min. 79, Canario) y Abaroa.

FUENLABRADA: Ismael, Anuarbe (Min. 69, Jean Carlos), Carrasco, San José, Salvi, Rovirola, Tello (Min. 46, Matas), Jorge Ortiz (Min. 76, Pachón), Borja Díaz, Borja Sánchez y Babunski.

Gol: 1-0: Min. 38; Abaroa.

Árbitro: Galech Apezteguia (navarro). Expulsó al entrenador visitante Morientes (Min. 89) y amonestó a su segundo entrenador y también al entrenador local ‘Peli’. Además de a los jugadores locales Cristian, Gago, Tarantino, Izurza, Raúl Domínguez y Rubio; y a los visitantes Carrasco, Salvi, Rovirola, Jorge, Borja Díaz y Jean Carlos.

Incidencias: Unos 1500 espectadores en Las Llanas.

sestao - Abaroa decidió un disputado y equilibrado encuentro entre el Sestao River y el Fuenlabrada en Las Llanas. Y puede decirse que es muy difícil superar, o incluso hacer frente, al conjunto verdiblanco que se vio ayer en la primer parte. Un equipo aguerrido, fuerte e intenso que empuja hasta arrinconarte como un púgil cuando lleva contra las cuerdas a su rival a punto de ser noqueado. Lo demás es cuestión de tiempo porque las ocasiones se suceden por sí mismas. Abaroa fue el que primero avisó de cabeza. Jito el que lo intentó por segunda vez. Cristian, de cabeza a la salida de un saque de esquina, persistía en busca del gol. Y un flojo testarazo de Jito tras envío de Abaroa fue la antesala del gol local. Ricky asistió a Jito y este a su vez a Abaroa que, de disparo duro, superó al portero madrileño.

Pero lo que son las cosas. Algo ocurrió con Fernando Morientes, técnico visitante, en el vestuario que cambió por completo el escenario en Las Llanas. El Fuenlabrada se transformó y los verdinegros sintieron temor y recularon. El conjunto madrileño empezó a llegar con peligro. Las bandas se abrían y el Sestao veía peligrar el triunfo y los tres puntos. Aunque a la contra el River pudo sentenciar. Rubio, incansable ayer, pecó de egoísmo en una jugada individual que mereció otro final. Después, Ricky finalizó arriba. Mención aparte la tangana de entrenadores a la hora de devolver los balones. No vino a cuento.