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Barcelona2

BATE BORISOV: Chernik; Polyakov, Gajduchik, Milunovic, Mladenovic, Aleksandr Volodko, Nikolic (Min. 66, Yablonski), Stasevich, Gordejchuk, Maksim Volodko (Min. 63, Kartniski) y Signevich (Min. 79, Mozolevski).

BARCELONA: Ter Stegen; Alves, Piqué, Bartra, Jordi Alba, Mascherano, Sergio Busquets (Min. 72, Gumbau), Sergi Roberto (Min. 18, Rakitic), Munir (Min. 70, Sandro), Luis Suárez y Neymar.

Goles: 0-1. Min, 48; Rakitic. 0-2. Min. 65; Rakitic.

Árbitro: Manuel de Sousa. Mostró tarjeta amarilla a Busquets, Alves, Gumbau, Polyakov, Maksim Volodko, Gajduchik, Kartniski, Milunovic y Aleksandr Volodko.

Incidencias: Borisov Arena ante unos 13.000 espectadores.

bilbao - Dos destellos de Rakitic, faro del Barcelona, iluminaron lo suficiente a los azulgranas para descontar al BATE Borisov, un equipo de madriguera, sin periscopio ni juego para saludar a Ter Stegen. Del portero se supo porque lo anunciaron por megafonía. No hubo noticias de él ante la escasez del BATE, un equipo esforzado, pero sin huella. Deshabitado el juego interior, ese que emana del libro de estilo de La Masía, los azulgranas se orillaron demasiado y dieron carrete al BATE más por impericia que por la resistencia de los ucranianos dispuestos a pactar todo lo que no fuera deshonroso. Ese era el plan. Sostenerse en el alambre. Los ucranianos soportaron el zarandeo del Barcelona porque el equipo de Luis Enrique no dio con el cauce hasta que Neymar dio con la ganzúa de Rakitic, que abrió el marcador y cerró el duelo, un monólogo del Barcelona.

Partió el Barça a toque de corneta, más efervescente y acelerado que exacto y cartesiano, en Ucrania, donde el BATE esperaba entre sacos terreros, con un par de zanjas a modo de trincheras como propuesta. Se movilizaron por los márgenes, tratando de estirar el fuelle del acordeón ucraniano, dispuesto para el paso marcial, conocedor de la distancia entre ambos. Apelotonado con orden el BATE en sus cuadrantes, el Barcelona, previsible por el centro, enfatizó el vértigo con las diagonales de Neymar, mascarón de proa del ataque de la tropa de Luis Enrique, que no tardó en asomarse a los dominios de Chernik.

Apergaminado con la pelota -no mezclaban bien los medios- y previsible en el entrejuego, los azulgranas se aliaron a la estrategia para cercar al BATE, dispuesto el equipo ucraniano a la defensa y a dar con un pepita de oro en algún pelotazo que destemplara a los barcelonistas, que no conseguían dar con la red. Neymar, Busquets, Luis Suárez y Rakitic, que sustituyó a un Sergi Roberto lesionado en el meridiano del primer acto, olisquearon las redes, pero no lograron embocar. En ocasiones fueron las manoplas de Chernik; en otras, por falta de tacto y exactitud en el remate, una rémora para un equipo con semejante ascendente sobre el juego.

La pelota era del Barça. La secuestró. Nunca se la discutió el BATE, varios peldaños por debajo de los azulgranas. Promovían los ucranianos el achique, suficiente para dislocar a un Barcelona escaso de picante, con el aguijón chato. Sin cicuta en el remate. Por ese desfiladero, mucho balón, poco gol, transitó el Barcelona hasta que Rakitic, recién iniciado el segundo acto, acertó con la tecla con un disparó desde el balcón del área después de que la maniobra de Neymar le despejara la foresta. Con el horizonte limpio, el croata soltó un remate secó que liquidó a Chernik. No tardó Rakitic en volver a ganarse un primer plano. Asistido por Neymar, con el tempo concreto, excelente en la interpretación de la Rakitic zarandeó al BATE con un tac, un toque sutil, de alta escuela, imposible para Chernik, rendido en el duelo con el centrocampista, certero con el punto de mira. Rakitic apagó al BATE.