el de mañana, a las 19.00 horas en Urbieta frente a Osasuna B, será un partido emotivo para toda la plantilla del Gernika, que está a un peldaño de lograr el ascenso a Segunda División B tras el 0-1 logrado en El Sadar. Pero entre ellos habrá un jugador que lo vivirá de manera todavía más especial: el autor de la diana en feudo navarro, el delantero Iñaki Zarandona (1987, Elantxobe). Y es que, al no poder compaginarlo con el horario laboral, tiene prácticamente tomada la decisión de abandonar el fútbol una vez finalice la temporada, o lo que es lo mismo, a partir de mañana.
“Me encantaría poder decir que he contribuido a subir al Gernika a Segunda B. Me da muchísima pena, pero despedirme con el ascenso me dejaría un gran sabor de boca”, apunta Zarandona, que desde febrero alterna el balón con el trabajo en la Funeraria Uribe de la villa. “Estos meses he podido jugar porque el jefe y los compañeros, entre los que está mi hermano Egoitz, me han ayudado”, reconoce el atacante, que suele desempeñarse por bandas. “El fútbol es un hobby, y si te ayuda un poco económicamente, mejor. Pero el trabajo es lo que te da de comer, no se puede dejar, y en estas épocas menos”, añade el jugador, que aclara que “no tenemos horario y nos pueden llamar en cualquier momento”.
Su oficio ha generado algún “cachondeo” en el vestuario, sobre todo por parte del míster, Jabi Luaces, quien “más me vacila”. Aún así, lo que le llovieron el domingo fueron abrazos, después de la chilena con la que batió la portería del filial de Osasuna. “Ni me lo pensé, el balón caía de arriba y no había ningún defensa alrededor. Tuve la suerte de que pegó en un rival y entró para dentro”, recuerda Zaran. “Fue una pasada, en la grada había mucha gente de Gernika, entre ellos mi novia Aloña y mi madre Karmele. Me acordé de toda la gente cercana, es para ellos que también han sufrido mucho”, destaca el futbolista.
Los más de 300 aficionados que se desplazaron hasta El Sadar reflejan cómo “hemos conseguido que la gente se enganche, nos hace mucha ilusión”, reconoce el nacido en Elantxobe pero residente en Gernika, a cuyo club llegó en juveniles procedente del Busturia. Sabe que “aún quedan 90 minutos y en el fútbol puede pasar cualquier cosa”. Por ello, tiene clara la clave para mañana. “Debemos jugar como siempre e intentar meter gol, no sabemos salir a la defensiva. Darles la iniciativa sería un error, porque juegan muy bien. Son jóvenes pero de mucha calidad y rapidez”, analiza.
Experiencia y aprendizaje Zarandona es uno de los futbolistas de la plantilla actual, junto a Lander y Etxabe, que sabe lo que es que el Gernika se quede a las puertas del ascender de categoría. Ocurrió en 2008, también con Luaces de entrenador, cuando cayeron en la prórroga frente al Atlético Baleares. “La experiencia es un grado y esas cosas te hacen aprender”, explica el atacante, que pese a tener solo 27 años aporta veteranía a una plantilla con “mucha gente de casa y un ambiente increíble”. Así, subir sería “más especial, sería la leche”, añade.
Y eso que Zaran ya sabe lo que es ascender a la categoría de bronce y jugar en ella. Él fue uno de los pilares del Amorebieta en la campaña 2010-11, cuando los azules subieron por la vía rápida, tras acabar primeros y superar al Manacor en una única eliminatoria que quedó sentenciada en la ida en Urritxe con un contundente 3-0. También fue un habitual en el once la temporada siguiente, en la que acabaron cuartos y disputaron el play-off de ascenso a Segunda. “Fue una experiencia preciosa, en Urritxe me trataron muy bien y estoy muy agradecido al Amorebieta”, apunta Zarandona, que tras dos años de azul regresó a Tercera con el objetivo de ascender a su Gernika. Mañana podría cumplirlo.