bilbao - La Policía Nacional detuvo ayer en Pozuelo de Alarcón (Madrid) a tres hermanos acusados de participar en la agresión el pasado domingo de Francisco Javier Romero Taboada, alias Jimmy, que murió poco después a consecuencia de la brutal paliza, según aventuró anoche el diario El Mundo en su página web. Los agentes tratan de averiguar la implicación de los arrestados en el homicidio del hincha de Riazor Blues durante el enfrentamiento con radicales del Frente Atlético. La Policía cree que al menos dos de ellos pudieron agredir al fallecido antes de caer al Manzanares.

En las pesquisas también ha sido clave el análisis de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de la zona de Madrid Río. Además, varios miembros del Frente Atlético han confirmado que los arrestados participaron en la multitudinaria reyerta. Al menos uno de ellos cuenta con antecedentes policiales por pertenecer a grupos vinculados a la ultraderecha.

Mientras se desarrolla esta operación, la conflictiva actuación de la Policía Nacional en la prevención de la batalla campal entre hinchas del Frente Atlético y Riazor Blues sigue provocando controversia.

La Policía defiende que en ningún informe emitido por el cuerpo con carácter previo al partido del domingo entre el Atlético de Madrid y el Deportivo figuraba “referencia alguna” a la quedada violenta entre ultras de ambas aficiones, según aseguró un portavoz autorizado del cuerpo policial en referencia a las informaciones que apuntan a que había constancia de que esa cita entre ultras se iba a producir.

En esta misma línea se pronunció ayer el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien, en declaraciones en Telecinco, reiteró que, según le comunicó la Policía, “no existe un documento oficial que acredite que se conocía la quedada en Madrid”, tras lo cual aseguró que “algo ha fallado en el protocolo de comunicación” y, ante la existencia de informaciones contradictorias, ha ordenado una investigación.

Además, el ministro anunció medidas para erradicar conductas violentas vinculadas al fútbol como creación de “listas negras” de violentos a los que no se permita entrar a los estadios, que peñas con actitud violenta no puedan estar en sus zonas habituales, y no se les distribuyan entradas. Interior también estudiará que haya más rotación entre los coordinadores de Seguridad de los equipos de fútbol, que son policías empotrados en los clubes, para que no estén “tan integrados en sus estructuras”.

Jorge Fernández anunció además que los secretarios de Estado de Seguridad comparecerán conjuntamente en el Congreso de los Diputados el próximo martes, si así lo acuerdan sus respectivas comisiones, para precisar estas medidas y dar información sobre qué sucedió el domingo y qué falló.

Jorge Fernández añadió que “parece” que la información que el coordinador de seguridad del Deportivo transmitió al Atlético y a la Oficina del Deporte de la Comisaría de Seguridad Ciudadana “podía contener imprecisiones” en cuanto al número de ultras que iban a desplazarse a Madrid, en qué medio y si disponían o no de entradas y si las consiguieron al margen del canal oficial, porque “si no tienen entradas no se desplazan”.

los clubes son responsables En todo caso, subrayó el ministro, la responsabilidad de la pelea del domingo donde murió un ultra del Depor, “es de los violentos, que quedaron para hacer lo que hicieron”; luego hay una “de los clubes” y después, en su caso “de la Policía, que tiene que prever la posible comisión de hechos delictivos”.

Fernández Díaz reconoció que le produjo “cierta repulsión instintiva” que el partido entre el Atlético y el Depor se jugase como si no hubiera pasado nada”, además de saludar las medidas anunciadas por el Atlético y el Deportivo contra sus respectivos ultras, aunque avisó de que el Gobierno estatal no se conformará con que todo quede en el cierre por dos jornadas de la grada de los Riazor Blues.