a coruña - Riazor recibió la Copa con el minuto de silencio más extraño, probablemente, que se haya visto en un campo de fútbol y con la grada de los ultras clausurada tras el fallecimiento de Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, en una reyerta entre radicales del Deportivo y el Atlético en Madrid.
Los aficionados que estaban en el campo, menos de 8.000, silbaron cuando por megafonía se anunció el minuto de silencio con el que el Deportivo pretendía el doble objetivo de mostrar su rechazo frontal a la violencia y lamentar, a la vez, que se hubiera cobrado una muerte.
La megafonía, con la música de la canción Negra Sombra, cubrió los abucheos y el minuto de silencio que unos seguidores guardaron de pie y otros, sentados.
Los sesenta segundos que contó Mateu Lahoz acabaron con parte de Riazor pidiendo la dimisión del presidente, Tino Fernández, quien, tras la pelea de los ultras en Madrid decidió cerrar provisionalmente esta semana ante el Málaga, en Copa, y el sábado, en Liga, la grada donde se ubican los Riazor Blues.
Por donde suelen entrar los ultras, las puertas estaban cerradas y los furgones de la Policía Nacional, apostados justo al lado de la torre de Maratón, de la que colgaba la pancarta, con fondo blanco y letras azules: Jimmy, un de nós (uno de nosotros).
La grada de Maratón Inferior, que se conoce popularmente como General, donde los Blues entonan sus cánticos desde 1987 y donde habitualmente se ubicaba Jimmy, estaba desierta, delimitada por personal de seguridad.
Apenas dos horas antes, los Suaves, la sección más ultra de la afición, había despedido a uno de los suyos en el cementerio de Feáns, un adiós en la intimidad al que asistió el expresidente del Deportivo Augusto César Lendoiro. Desde que Tino Fernández le quitó la silla en la que llevaba 25 años, hay una herida en el deportivismo que no acaba de cerrarse.
Era evidente la división entre tinistas y lendoiristas desde hace más de un año, cuando Tino presentó su candidatura, derrotó al anterior presidente en una asamblea de socios y, con aquella victoria, le obligó a despejar el camino a las elecciones de enero, en las que el club cambió de directiva. Esa fisura se mantiene y los incidentes de Madrid Río en los que murió Jimmy, la reacción del actual consejo de cerrar la grada de los Blues y expresar su deseo de que se disuelvan y la presencia de Lendoiro en el entierro del ultra fallecido contribuyeron al ambiente enrarecido de Riazor, donde faltaron los cánticos de los hinchas en una noche demasiado fría.
el presidente por fin se ‘moja’ Por la mañana y en declaraciones a Onda Cero, Tino Fernández aseguró que no habrá más miembros de Riazor Blues en las gradas de su estadio e insistió en que su club “no pagó” ninguna de las entradas que el Atlético de Madrid envió a la entidad gallega con motivo del partido celebrado el pasado domingo y que terminó con la muerte de un hincha deportivista, y echó las culpas al presidente de las peñas, que fue quien se llevó las entradas y las repartió entre los ultras.
“Estoy seguro que no va a haber más Riazor Blues en Riazor. La primera medida que hemos aplicado es cerrar la grada de Riazor Blues los dos próximos partidos porque todavía hay una investigación abierta”.