bilbao - Cuatro meses le ha durado a Luis Suárez la digestión de su último bocado. El apetito del ariete ha alcanzado en este tiempo niveles desconocidos para sus jugos gástricos y está decidido a darse otro atracón, futbolístico eso sí, en su estreno en la Liga Española. El escenario es inmejorable: el Santiago Bernabéu, un estadio de tres estrellas Michelín.
Luis Enrique ya anunció ayer que el fichaje estrella del equipo catalán tendría su oportunidad ante el Real Madrid: “Solo os puedo decir que Luis Suárez tendrá minutos. ¿Cuántos? Esa es la pregunta del millón, pero tendrá algún minuto, seguro”. En un partido como el de hoy (18.00 horas), en el que el guion es impredecible, la coletilla de “seguro” solo puede significar que Suárez será titular. La llegada del exdelantero del Liverpool al equipo trae consigo varias dudas. Habrá que ver si Luis Enrique lo inserta en la alineación dibujando un 1-4-3-3 o un 1-4-4-2. Y lo que es más intrigante todavía: ¿Cómo funcionará la maquinaria diseñada para rodear a Messi con un delantero centro puro?
Luis Enrique regresa al Bernabéu, donde el año pasado ya fue pitado cuando se acercó como entrenador del Celta de Vigo. “Entonces fue una cosa más personal. Mañana el cariño estará más repartido”, ironizaba ayer el asturiano. Lo cierto es que el Barcelona puede dar un golpe de autoridad en la Liga. Si vence, con solo nueve jornadas disputadas, aventajaría al Real Madrid a siete puntos de distancia.
Al margen de la inyección de motivación que puede suponer contar ahora con Luis Suárez, el equipo azulgrana cuenta con un sólido argumento para pensar que puede salir airoso de su visita al eterno rival: todavía no ha encajado un solo gol en lo que va de Liga. Claudio Bravo, que ha aterrizado en la ciudad condal con un récord de imbatibilidad debajo del brazo, lo tendrá hoy muy difícil para prolongar su buena racha. Enfrente tendrá al equipo más goleador del campeonato. Los merengues han conseguido anotar 30 goles.
El partido encierra una partida de ajedrez en la zona ancha. Si bien la pincelada definitiva la trazarán las talentosas delanteras, será el centro del campo el que decida qué tipo de partido se va a desarrollar. El Barcelona seguirá apostando por tener el balón, pero el Real Madrid, que borda el juego vertical y el contragolpe, no contará con el lesionado Gareth Bale, por lo que Carlo Ancelotti se verá obligado a apostar por Isco, un jugador que le permite otro tipo de juego, más horizontal. El técnico italiano anunció ayer que en la alineación presentará “una sorpresa”, por lo que es posible que incluya en el once a Sami Khedira, un jugador de más poderío físico para esa batalla de centrocampistas. En el otro bando, Luis Enrique podrá contar con el ya recuperado Sergio Busquets y no es descartable que ponga de titular a Xavi, un jugador al que esta temporada ha utilizado en momentos puntuales.
“No hay un partido en el mundo que reúna tanta calidad”, explicaba Ancelotti, “he pensado todo el tiempo en este partido, me gusta hacerlo”. El entrenador blanco dice no estar preocupado por la aparición en escena de Luis Suárez, pero no dudará en poner en el eje de la zaga a Sergio Ramos y Pepe, que han superado a última hora sus respectivas dolencias físicas. Está por ver si el extremeño Gil Manzano se pone serio y no les deja bailar más allá de los límites del reglamento o si, por el contrario, los dos defensas tendrán vía libre para provocar una nueva dentellada de Suárez.