Villabona - José Ignacio Garmendia no ha abandonado el mostrador de la carnicería familiar. No lo hizo cuando era toda una institución del fútbol en Eibar y no lo hace ahora. Analiza para DEIA su carrera, así como al genial Eibar de Gaizka Garitano.

¿Cómo fueron sus inicios en el Eibar?

-Jugaba en Preferente en el Hernani y jugué un partido en Eibar en el que me metieron seis goles. Nada más terminar, gente del Eibar me dijo que me querían fichar, pero en ese momento les dije que no tenía ganas de hablar con la goleada que me acababan de meter. Seguimos hablando y me comprometí para el año siguiente, con la suerte de que en ese margen el Eibar subió a Tercera. A partir de ahí estuve 19 años. Me hace mucha ilusión poder haber hecho toda esa carrera en un solo equipo.

¿Cómo llegó a Segunda A?

-Fue un camino duro y largo. Fueron siete años en Tercera. Todos los años acabábamos jugando la promoción y siempre nos echaban. Al séptimo año conseguimos el ascenso en Badajoz. Es uno de los mejores recuerdos futbolísticos que tengo, porque la gente tenía muchas ganas de ascenso y de vivir algo así. La verdad es que se movió un montón de gente de Eibar, fueron muchos autobuses hasta allí y la vuelta fue increíble, porque todo dios se echó a la calle, como cuando Real y Athletic ganaron la Liga.

¿Pensaron que sería para un solo año?

Fueron dos años en Segunda B y logramos el ascenso rápido. Era un hito grande para el equipo. Ese fin de temporada nos invitaron a la subida ciclista a Arrate y un comentarista de ETB, que todavía sigue ahí, nos dijo "para lo que vais a durar... Dentro de un año vais a estar otra vez abajo". Y mira, año tras año se lo hemos recordado, porque se batieron todos los récords de permanencia en Segunda A.

Compaginó el fútbol con la carnicería.

-Sí. Mis padres tenían la carnicería y yo estaba con ellos. Los entrenamientos eran por las tardes e iba después de estar en la carnicería. Nunca me costó. Era dejar mi trabajo y hacer mi hobby. Nunca vi el fútbol como una profesión. Creo que por eso se me hizo más llevadero y pude disfrutar tantos años. Ningún entrenador me puso problemas por trabajar con cuchillos. He tenido suerte porque no he tenido apenas lesiones y menos en la carnicería.

¿Qué tenía diferente el Eibar para mantenerse 18 años en Segunda A?

-Primero, tener en mente que mantenernos era nuestra prioridad. Nosotros decíamos que para el Eibar estar en Segunda A era la Champions. Luego, la unión en el vestuario y muchas veces también la suerte. Hubo años que estuvimos toda la temporada en descenso, con lo que eso conlleva. Y también estábamos mucha gente en el vestuario que llevábamos varios años en el equipo, que sabíamos lo que había costado ascender, y que para nosotros aquello lo era todo. Eso se lo transmitíamos a los nuevos que venían. Eso nos daba fuerza.

Llegó a ganar dos veces el Zamora. ¿No le tentaron para dar el salto a Primera?

-Sí, pero no me he movido nunca con intermediarios ni he buscado salidas. Hubo varios años en los que hubo alguna opción y se habló algo, pero estaba a gusto en el Eibar. Estaba en casa, ya tenía familia y el fútbol, en Segunda A, ya colmaba mis aspiraciones deportivas.

Terminó dos veces quinto en la Liga. ¿Vivieron algo parecido a lo que está pasando ahora con el Eibar?

-Lo de ahora es el no va más. Yo estoy contento por haber aportado mi granito de arena para que el equipo se haya ido asentando. Entré en el equipo en Tercera y lo dejé en Segunda A. Ahora ha venido otro grupo de gente que supongo que estará viviendo lo mismo que nosotros con la salvedad de que encima están mirando a un posible ascenso a Primera. Eso tiene que ser el no va más. Ha habido un compendio de mucha gente durante muchos años en el que se han hecho muchas cosas bien y ahora se ha juntado un grupo humano y futbolístico grande que lo está haciendo de maravilla y que lo está gozando. No creo que debamos meterle más presión. Lo están haciendo de maravilla y, si siguen con esta inercia, pueden lograr el hito de estar en Primera.

¿Qué partido le dejó mejor sabor de boca?

-Ha habido partidos importantes. A nivel individual hay días en los que has parado dos penaltis y luego has ganado, pero creo que para los que estábamos en el Eibar en aquella época, el partido clave fue el de Sarriá, un Espanyol-Eibar en el que nos jugábamos el descenso con el Racing, que jugaba con el Betis. Nosotros ganamos 2-3 al Espanyol y el Betis le ganó al Racing 1-3. Descendió el Racing y nosotros nos mantuvimos. Habíamos estado todo el año en descenso y los únicos diez minutos en los que salimos de esos puestos en toda la Liga fueron al final de ese partido. Por todo lo que significó, aunque no fuera individualmente mi mejor partido, es el partido de mi vida.

Usted llegó a marcar un gol.

-Sí, contra el Pontevedra. Fue un día lluvioso de invierno, con viento. Entonces sacábamos en largo y aprovechando las dimensiones de Ipurua intentábamos peinar para meternos en el área. Una ráfaga de viento ayudó un poquito. Recuerdo que el balón botó. Había bastante agua e hizo un bote extraño y se coló por encima del portero, que era Aranguren. Yo me quedé pensando qué había pasado y todos vinieron hacia mí.

¿Cómo llegó la hora de su retirada?

-Me lo pidió el cuerpo. Fue el único año en el que no jugué. Empezó jugando y haciéndolo bien el difunto Javier Yubero, que venía de la Real. Alonso, viendo que yo ya tenía 38 años, le puso a él. Ya veía que a esa edad era mejor tener un recuerdo bueno. Hablé con gente de confianza y decidí marcharme en una buena situación deportiva.

¿Le costó seguir con una vida sin fútbol?

-No. Fue un año muy importante. No haber jugado esa temporada y ver el fútbol desde el banquillo, desde la perspectiva de otros compañeros que estaban en mi situación y que jugaban poco, me hizo ver el fútbol de una manera diferente a la que me había tocado en los años anteriores. Era una análisis interior en el que te dabas cuenta de que ahora te tocaba eso y te tocaba ser coherente contigo mismo y aportar. Fue muy positivo para mí aportar desde el banquillo, compartir esa situación con compañeros que tenían quince años menos que yo y transmitirles que había que seguir trabajando. Me llenó, era una faceta que me faltaba en el fútbol. Me quedé un año más entrenando a los porteros en el Eibar. Solo verles entrenar me hacía pensar que había tomado la decisión adecuada.

¿Ve al Eibar en Primera?

-A mí, como he sido siempre muy humilde, no me gusta comentar, pero la realidad es la que el equipo transmite y es que es muy serio, que está haciendo un juego vistoso y práctico. Es muy difícil hacerles gol y hacen goles. Veo que van a estar en la pelea para subir. Mucho tienen que cambiar las cosas para mal.

¿Es viable social, económica y deportivamente un Eibar en Primera?

-Si va a seguir la misma directiva con las mismas premisas económicas y deportivas, yo no tengo dudas. No ha cambiado su forma de trabajo al subir de Segunda B a Segunda A y si suben a Primera seguirán igual. Para Eibar subir a Primera es una lotería, si es que el dinero lo emplean como hasta ahora. A nivel social sería increíble. Pensar que todos esos equipos que vemos en la galaxia tengan que pasar por Ipurua es increíble. Para el pueblo sería transmitir una imagen hacia fuera.

¿Estar a medio camino entre Donostia y Bilbao le puede beneficiar o perjudicar?

-Cuando el Eibar se hizo sociedad anónima el Athletic fue una parte importante. Esas cosas no hay que olvidar. A la vez eres un equipo guipuzcoano y la Real está ahí. El Eibar tiene que ser un puente entre los dos equipos. Tanto para Athletic como para Real es bueno que el Eibar esté lo más arriba posible, sea un equipo serio y puedan ayudarse entre sí los tres equipos.

¿Qué le parece la ampliación de capital a la que ve se empujado?

-Las leyes estarán ahí, pero creo que se están moviendo con tiempo y, ahora que están en una ola positiva deportivamente, creo que están haciendo bien sacando las cosas a la luz para que las instituciones les ayuden.

¿Le preocupa que el Eibar caiga en unas manos extrañas?

-La labor de los directivos va enfocada a evitar eso mismo. Nadie quiere eso. Cuando se convirtió en sociedad anónima el Athletic aportó mucho y creo que ahora el Eibar debe ser de su masa social.

¿Cuál le gustaría que fuese el primer partido del Eibar en Primera?

- Un Eibar-Barcelona sería lo máximo. El Barcelona tendría que cambiar el color de la camiseta. Estaría bien que Messi se pasase la primera semana de septiembre por Ipurua.