Real Madrid3

Barcelona4

REAL MADRID: Diego López; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Modric (Min. 89, Morata), Di María (Min. 85, Isco); Bale, Benzema (Min. 66, Varane) y Cristiano Ronaldo.

BARCELONA: Valdés; Alves, Alba, Piqué, Mascherano; Busquets, Xavi, Cesc (Min. 78, Alexis); Neymar (Min. 68, Pedro), Messi e Iniesta.

Goles: 0-1: Min. 6; Iniesta. 1-1: Min. 20; Benzema. 2-1: Min. 24; Benzema. 2-2: Min. 43; Messi. 3-2: Min. 55; Cristiano Ronaldo de penalti. 3-3: Min. 65; Messi de penalti. 3-4: Min. 84; Messi de penalti.

Árbitro: Undiano Mallenco (C. Navarro). Amonestó a Di María, Pepe, Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo y Modric por el Real Madrid; y a Cesc y Busquets por el Barcelona. Expulsó a Sergio Ramos (min. 64) por el Real Madrid.

Incidencias: Estadio Santiago Bernabéu, unos 80.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria del ex Presidente del Gobierno Adolfo Suárez.

Madrid - Un triplete de Lionel Messi resucitó al Barcelona en un clásico grandioso de fútbol, goles y polémica, que acabó con remontada azulgrana para bajar del liderato al Real Madrid, cortar la racha sin perder de Carlo Ancelotti -31 partidos- y dar el liderato al Atlético de Madrid en una Liga de tres.

El clásico respondió con fútbol a la grandeza de un duelo gigantesco. Intensidad, goles y rivalidad en uno de los enfrentamientos más bonitos del mundo que no decepcionó a nadie. El Barcelona tiró de orgullo para silenciar a los que faltan el respeto señalando a un fin de ciclo. Como si un ciclo se pudiese finalizar con Messi en el campo. El Real Madrid rescató su velocidad punta más alta para entremezclarla en la coctelera con su pegada.

Picado en su orgullo saltó al Bernabéu el Barcelona. Con la firme intención de mostrar que a su estilo aún le queda vida y dar vida al cuestionado Tata Martino. Salió por el balón para cargar su último cartucho. Con una superioridad clave en el centro del campo gracias a la presencia de Cesc. Era el factor desequilibrante. Entre líneas hizo sufrir a la defensa madridista y correr a sus medios tras el balón. Sus pases en profundidad desequilibraron. Las ayudas defensivas de los hombres de arriba no llegaban y el duelo tomaba color azulgrana.

aparece iniesta Iniesta en el costado izquierdo y Neymar en el derecho encontraron espacios a espaldas de Carvajal y Marcelo. Neymar perdonó su ocasión. Iniesta fusiló a la red la suya. Su primer gol en un clásico en el Bernabéu tardó en llegar, pero levantaba al Barça cuando venían mal dadas en Liga. Intercambiaba papeles con Messi. El argentino asistió con guante de seda y Andrés soltaba un latigazo con su zurda. Arriba. Imparable para Diego.

Pero el Madrid había dado con el punto débil azulgrana en el partido. Alves fue superado siempre por Di María y tembló cuando se incorporó Marcelo. Sólo faltaba afinar la puntería. Lo hizo con Di María. De la nada inventó un centro medido a la cabeza de Benzema que ya no perdonó. Desataba la locura en el Bernabéu Di María, asfixiado por la fiebre que sufrió en la semana. Nada más ser atendido y recuperar oxígeno enganchó otra vez el esférico, lanzó otra carrera que vio Marcelo y su paso encontró el regalo de Mascherano, que midió mal en su salto, el control perfecto con el muslo de Benzema y el remate imparable con derecha del francés. Era el minuto 24. En 240 segundos había dado la vuelta al marcador el Real Madrid.

Era un castigo excesivo al Barcelona, que aturdido pudo caer a la lona. Otra vez Di María se marchó de Alves y encontró a Benzema. El disparo con la izquierda esta vez encontró un pie salvador de Piqué. Fue cuando apareció Messi para lanzar un grito de fútbol al mundo. Cuando peor lo pasaba su equipo pidió la pelota, afrontó rivales, lanzó una pared a Neymar y marcó con un chut duro, abajo, un tanto psicológico a tres minutos del descanso.

Nacía el segundo acto con todo por decidir. Undiano Mallenco pitó penalti un derribo fuera del área de Alves a Cristiano. El portugués aprovechó el regalo, como lo hizo después Messi en sendos penaltis sobre Neymar, que supuso la expulsión de Ramos, y Andrés Iniesta, que supuso devolver la vida al Barça.