bilbao- Alex Aranzabal cogió las riendas del Eibar en un momento delicado, justo antes de descender a Segunda B en 2009. Desde entonces ha guiado un proceso de regeneración del club a todos los niveles que ha servido para colocar al equipo armero como líder de Segunda A con el presupuesto más bajo de la categoría.

¿Cuáles son las claves para entender lo que está consiguiendo la Sociedad Deportiva Eibar?

-Creo que se debe a las fórmulas de trabajo que son la idiosincrasia del Eibar: el trabajo, el esfuerzo, tener claro que todos tenemos que dar más del 100% y ser fieles a nuestros principios.

Usted llegó a la presidencia en 2009. ¿Cuáles eran los problemas del Eibar entonces?

-En aquel momento el club estaba en puestos de descenso. Fue en mitad de la temporada, en enero de 2009, y la situación del club en lo deportivo era muy delicada. De hecho, no pudimos evitar el descenso a pesar del cambio de entrenador. En los clubes suele haber ciclos que son, en cierta forma, consecuencia del trabajo y de cómo se hacen las cosas. Entiendo que en aquel momento el ciclo era descendente y perdimos la categoría. Nos encontramos en una situación en la que había que gestionar el club en Segunda División B con muchos menos recursos y con una estructura que arrastrábamos de Segunda A. Era una papeleta bastante complicada.

¿Cambio mucho la radiografía del club durante esos cuatro años en Segunda B?

-Yo creo que ha habido un relevo generacional en muchos sentidos. Los años en Segunda B nos obligaron a seguir una serie de políticas de ajuste y de reestructuración del club. Hay que pensar que nosotros, en este momento, tenemos un presupuesto algo menor a los cuatro millones de euros, en Segunda B teníamos un millón de presupuesto aproximadamente. Eso nos obligó a tomar decisiones difíciles como quitar el filial, la renovación del equipo a nivel deportivo? Y por supuesto la apuesta por el entrenador, por Gaizka Garitano, en el cuarto año que estábamos en Segunda B. Ahora está demostrando su capacidad y que es un gran entrenador, pero en el momento que se le dio el equipo, Gaizka solo había entrenado al Eibar B.

¿Qué vieron en Garitano para dejar el equipo en sus manos?

-Creo que él conoce bien la casa. Ha sido futbolista del Eibar, había sido segundo entrenador de Ángel Viadero el primer año que estuvimos en Segunda B y como entrenador solo tenía la experiencia del Eibar B en Tercera División. A pesar de eso, creo que el Eibar es un club especial y diferente en muchas cosas, por su idiosincrasia y su forma de trabajar. A Gaizka no había que explicarle nada de eso porque él es Eibar en estado puro. Aquel año fantástico con Mendilibar de entrenador él era uno de los puntales del equipo. Estuvo varios años en el Eibar y conocía nuestra forma de ser y nuestra idiosincrasia como nadie.

¿Sintieron la tentación de crear un equipo nuevo para jugar esta temporada en Segunda A?

-El Eibar tiene el presupuesto más bajo de la categoría. Teníamos claro que no nos íbamos a volver locos, que la forma de trabajar en Eibar es tener los pies en el suelo y confiar en el bloque. La columna vertebral del equipo de este año es la del equipo de Segunda B. Son jugadores jóvenes, con hambre. Sabíamos que había que completar la plantilla porque el salto de categoría es muy fuerte. Compites, prácticamente, con equipos de Primera División como el Deportivo de La Coruña, Tenerife, Las Palmas? Son equipos que han hecho buenas temporadas en Primera y de ciudades muy potentes. Hemos reforzado el equipo pero con un grupo que había funcionado, empezando por el míster y su cuerpo técnico: Patxi Ferreira, Mikel Lafuente? Nos ha funcionado. Con un presupuesto tan corto no podemos pensar en fichar grandes estrellas ni en tirar de talonario. La fórmula del Eibar es coger jugadores con proyección, confiar en ellos, darles confianza y posibilidades de que crezcan. Ellos crecen porque son gente con hambre y hacen crecer al equipo.

En su momento más dulce el Eibar se ve empujado a una ampliación de capital. ¿Cómo lo afronta el club?

-Todo esto ya lo sabíamos, porque no deja de ser una aplicación de una ley que se nos ha comunicado oficialmente hace unos días. Lo hemos dicho por activa y por pasiva: no estamos de acuerdo. Entendemos que lo que las leyes persiguen es que haya una gestión ordenada, que los clubes tengan una economía sana. Precisamente, se ha puesto al Eibar como un ejemplo de eso desde la propia Liga de Fútbol Profesional. Hay quien habla del modelo Eibar. Lo que no entendemos es que se nos diga que somos el espejo en el que se tienen que mirar todos los equipos de fútbol profesional y luego se nos someta a esta presión de tener que multiplicar nuestro capital social prácticamente por cinco. Creo que tenemos el derecho legítimo de protestar y a decir que la aplicación de la ley en este caso es injusta porque hay un montón de clubes con deudas con la Agencia Tributaria, con cantidades pendientes en la Seguridad Social, con los jugadores? Y resulta que al equipo que ponemos como ejemplo es al que vamos a violentar con todo esto. No lo entendemos porque tenemos una situación patrimonial muy saneada. El Eibar en este momento es un club supersaneado, sin deudas y que lleva años pagando puntualmente todo lo que le toca.

¿Tiene esperanzas de llegar a un acuerdo y que se haga una excepción o cree que van a tener que realizar la ampliación?

-Nosotros decimos lo que creemos porque entendemos que es nuestro derecho. Estamos recibiendo muestras de apoyo muy importantes a nivel particular de Eibar, de Gipuzkoa, de Bizkaia, de toda Euskadi y de un montón de lugares de España. Sabemos que hay una iniciativa en Juntas Generales de Gipuzkoa, por parte del PSE, interpelando al Consejo Superior de Deportes a que se eche a atrás. Sabemos que el PNV va a plantear una pregunta parlamentaria en el Congreso con este tema y sabemos que todos los partidos políticos están con nosotros. Al margen de la política, que no es lo nuestro, tenemos un apoyo. Esto es una ley y creemos que se aplicará. De hecho, el año pasado se bajó al Guadalajara por esto mismo, porque no cumplieron con la ampliación. Estamos trabajando en cubrir ese capital.

¿La masa social del Eibar y la propia población de Eibar podrían soportar una operación de este calibre?

-Yo creo que no. El año pasado ciudades como Lugo o Guadalajara, que son más grandes, capitales de provincia, tuvieron serias dificultades. En el caso del Lugo recibieron ayuda del Ayuntamiento de Lugo y de la Diputación y en el caso de Guadalajara bajaron de categoría. Es complicado porque vivimos tiempos de crisis. Tenemos 3.000 socios, que está muy bien, pero si de ahí quitaras niños, universitarios, jubilados, parados y gente que tiene dificultades para llegar a final de mes, que aquí hay mucha, al final queda menos de la mitad de los socios para la ampliación. Es muy complicado.

¿Teme que esta coyuntura provoque que el control del club pase a un inversor extraño?

-Nuestra filosofía es que el Eibar sea de los eibartarras y de toda la masa social que siente el equipo, de Gipuzkoa, de Bizkaia, de Euskadi y de cualquier sitio. Queremos, en definitiva, que el accionariado esté muy repartido como hasta ahora, que haya muchos accionistas y que sea de una propiedad popular amplia, muy social, muy repartida. Ese es el objetivo. Para eso, esa misma masa social debe dar un paso al frente de aquí al 6 de agosto. Entre todos tenemos que sacar esto adelante. La Sociedad Deportiva Eibar es un caramelo para cualquier inversor o persona que esté interesada en el mundo del fútbol. Es un caramelo porque tiene una situación supersaneada y está en un momento bueno.

¿Ayudaría a solucionar el problema un ascenso a Primera División?

-Lo primero que quiero dejar claro es que nosotros tenemos los pies en el suelo y no nos planteamos este tipo de hipótesis. Se ha convertido en un tópico, pero solo pensamos en el partido de hoy a las 18.00 horas frente al Sabadell. Sabemos que cada partido para nosotros es como una final. La Segunda División está muy igualada. La forma en la que el Eibar gana los partidos es jugando cada partido como una final, dejando el 200% de cada uno. Por lo tanto, no vamos a pensar ahora en ascensos ni en nada de eso. No miramos la clasificación, sino que miramos que tenemos que acumular los 51 puntos que nos aseguran la permanencia cuanto antes. Después, lo que tenga que venir, vendrá. Pero desde luego, la buena marcha deportiva ayudaría.

Con todo esto que se ha generado en torno al equipo, ¿cuesta mantener al equipo centrado?

-Bueno? Nos aislamos bastante. Tenemos muy claro cuál es nuestro objetivo y cuál es nuestra forma de trabajar. No tenemos presión. Vamos a pensar que viene el Sabadell y, aunque nosotros vayamos los primeros y ellos estén alejados en la tabla, nos da igual. Sabemos que si no estamos al 200%, nos pueden ganar. La clave de nuestra competitividad es la humildad, el trabajo y respetar mucho a los rivales.

¿Habría sitio en Primera División para dos equipos guipuzcoanos?

-Yo creo que sí. Creo, además, que el Eibar cumple geográficamente con una función de bisagra. Está prácticamente a mitad de camino entre Bilbao, Donostia y Gasteiz. ¿Por qué no? Tenemos todo el derecho del mundo. En este momento competimos contra el Alavés, un equipo de capital de provincia. Creo que hay que asumir con normalidad que en el fútbol los resultados deben depender de lo que hace cada uno, no de dónde está ni de nada más.

¿Athletic y Real deberían ver con buenos ojos tener al Eibar en Primera?

-Creo, sinceramente, que el Eibar es bueno para el fútbol vasco porque ha demostrado que es una escuela fantástica. Es un equipo al que han venido muchos jugadores a curtirse, a formarse y, después de sus dos años en el Eibar, han triunfado por ahí. Tuvimos a David Silva, campeón del mundo, a Xabi Alonso, campeón del mundo, a Gorka Iraizoz, a Moisés Hurtado? La lista es muy larga. En estos momentos tenemos a futbolistas con una gran proyección, como Jota, que vino cedido del Celta tras estar en el Castilla. También tenemos a Morales, otro jugador cedido del Levante con mucha proyección. También tres jugadores cedidos de la Real Sociedad. El Eibar tiene algo. Hay jugadores que no terminan de explotar, tienen muchas cualidades que no terminan de plasmar en diferentes equipos y de pronto llegan al Eibar y dan un paso al frente. Creo que eso es algo que sería bueno para el fútbol vasco. Los filiales de Athletic y Real están en Segunda B y el salto de ahí a Primera es muy alto. Poder tener un equipo que te cumple ese eslabón en la cadena es muy positivo. La historia enseña, con dos campeones del mundo como muestra, que eso el Eibar lo sabe hacer.

¿Ipurua estaría preparado para acoger un equipo de Primera?

-Insisto en que no queremos pensar en ello. Pero, sin duda, Ipurua está preparado. Lo digo porque hemos visto en Primera al Numancia, al Extremadura y otros equipos con campos similares al nuestro. Este momento, la clave es que pensemos solo en ganar al Sabadell.