Bilbao

En un plazo de nueve días Roberto Martínez (Balaguer, Lleida, 1973) puede convertirse en un héroe con derecho a estatua en Wigan, una pequeña ciudad de unos 90.000 habitantes situada en el condado metropolitano del Gran Manchester. Sucede que el Wigan Athletic disputa hoy en Wembley la final de la Copa de Inglaterra, un acontecimiento inédito en la historia de este modesto club, ante el potente Manchester City. Pero el próximo día 19 jugará ante el Aston Vila el último partido de la Premier League, fecha en la que puede consumar, o no, su descenso a la Championship (la Segunda División inglesa) cuando en teoría disponía de un equipo para no pasar tantos apuros. Y lo que es seguro, pase lo que pase, es que ya tiene pasaporte para competir en la Europa League, acontecimiento también sin precedentes en sus 81 años de vida, ya que el City tiene asegurada una plaza en la Liga de Campeones.

El Wigan es el antepenúltimo clasificado de la Premier, con 35 puntos, tres menos que sus inmediatos antecesores, el Newcastle, Norwich City y Sunderland, empatados a 38 puntos, a los que tiene que dar caza en los dos encuentros que restan para la conclusión de la temporada liguera. El próximo martes se la juega en Londres frente al Arsenal, que necesita la victoria para entrar en la Liga de Campeones, y el domingo siguiente cierra la campaña con un partido más amable, en su feudo del DW Stadium contra los villanos, sin nada que rascar en la competición.

Pero pase lo que pase, Roberto Martínez tiene un prestigio ya consolidado en el fútbol inglés, ganado a pulso sacándole chispas a equipos de perfil modesto, de tal forma que se ha convertido en el principal candidato para sustituir en el Everton a David Moyes, el heredero de sir Alex Ferguson en el Manchester United.

un pionero En la actualidad, una treintena de futbolistas españoles están enrolados en equipos de la Premier inglesa, y muchos más han encontrado trabajo en las divisiones inferiores. Pero hace 18 años aventurarse en las ligas británicas constituía todo un exotismo.

Roberto Martínez se formó en la cantera del Zaragoza, equipo con el que tan solo disputó un encuentro en Primera División, frente al Atlético de Madrid. No tuvo fortuna y acabó en el equipo de su pueblo, el Balaguer, que entonces militaba en Tercera División. En el verano de 1995 decidió dar el paso. Probar fortuna en las islas junto a dos excompañeros del Zaragoza B, Jesús Seba e Isidro Díaz. Los tres encontraron acomodo precisamente en el Wigan, que finalmente decidió ficharlos.

El equipo competía en la Third Division (el equivalente a la Segunda B) y Roberto Martínez se convirtió el 11 de noviembre de aquel año en el primer futbolista español en disputar, anotando un gol, un partido de la FA Cup (la Copa inglesa). Un torneo que hoy afronta en el mismo equipo, pero en calidad de entrenador y en la máxima categoría del balompié inglés.

En el intermedio, Roberto Martínez se ha labrado a pulso un prestigio que transciende al terreno de juego. Terminó su primera temporada en el Wigan como máximo anotador del equipo, con trece goles, y rechazó una oferta superior del Sheffield por fidelidad al club que le había abierto sus puertas de par en par. Allá permaneció seis años y se labró toda una leyenda, hasta el punto de ser elegido, por votación de los socios en 2005, como el mejor jugador de la historia del club.

el regreso Tras un breve paso por el Motherwell escocés y el Walsall, en enero de 2003 Roberto Martínez firma con el Swansea, el otro club donde ha dejado huella. En el equipo galés permaneció tres campañas (2003-06) y regresó un año después, tras un breve paso por el Chester City, para dar un nuevo paso en su trayectoria profesional ejerciendo de jugador-entrenador. Allá permanece hasta 2009, fecha en la que volvió al Wigan y a lo grande. David Whelan, un magnate local, compró el club precisamente cuando el técnico catalán aterrizó en el equipo en 1995 y prometió que lo llevaría a la máxima categoría. Lo que parecía una baladronada tomó forma una década después. Whelan recurrió al admirado Roberto Martínez, quien desde entonces permanece al frente de los latics con eficacia, y por eso se entiende su capacidad para mantenerse en la Premier en los tres siguientes cursos teniendo en cuenta su condición de modesto, sobre todo en el tramo final del campeonato.

Y eso mismo aguarda la fiel hinchada del Wigan Athletic ahora, cuando a falta de dos jornadas para la conclusión de la Liga el equipo está con el agua al cuello precisamente cuando se congrega en el espléndido Wembley para vivir un acontecimiento sin precedentes, la final de la Copa inglesa frente al Manchester City, y hace las maletas para viajar por Europa.