bilbao. Con la única posibilidad de alzarse con la Copa, ese título al que José Mourinho otrora restó trascendencia, el Real Madrid vive una espera para la final desconcertante. No solo porque no sabe sobre la continuidad de su entrenador en el banquillo, sino porque éste mismo protagonizó ayer una de las ruedas de prensa más incendiarias de la temporada. Eso sí, cuando el pescado está prácticamente vendido, no antes. Un acto, con motivo del encuentro de hoy ante el Valladolid, marcado por su balance sobre los casi tres cursos que lleva en el vestuario blanco y que siguen alimentando especulaciones sobre su futuro. De hecho, Mou no ha tenido por costumbre aparecer ante la prensa en días como el de ayer.
"Cuando se valora mi trabajo no se valora nunca en modos absolutos, se valora siempre en función de lo que he conseguido. Por eso la culpa es mía, porque he ganado tanto que las expectativas son siempre más altas que lo que después consigues", inició, papel con notas en mano, respondiendo a la pregunta de si considera un fracaso marcharse sin conquistar la Champions League.
El luso prosiguió con su particular subidón de autoestima, estableciendo un repaso a la historia del club: "Tengo mis célebres papelitos. Siempre espero que algún listo haga una pregunta que exija sacarlo. La liga de los récords es mía, vas a querer borrarla pero no lo vas a conseguir. Solo cuando un equipo haga 101 puntos", dijo, para comenzar a repasar sus apuntes: "Veinte años sin ganar una Copa del Rey es porque no es fácil. No puedes borrarlo. La Supercopa es pequeñita, pero tres semifinales de Champions, que a mí no alimentan el ego ni me dejan satisfecho, no debe de ser fácil porque Toshack, Di Stéfano, Antic, Beenhakker, Floro, Arsenio, Capello, Heynckes, Hiddink, Del Bosque, Queiroz, Camacho, García Remón, Luxemburgo, López Caro, Capello de nuevo, Juande Ramos, Schuster y Pellegrini, 18 entrenadores en 21 años, han jugado cinco semifinales. El malo de Mourinho, tres años, tres semifinales. Es porque no es tan fácil. Pero repito no me alimenta el ego, no soy entrenador del casi pero la Liga de los récords es mía", sumó. Y añadió sobre su etapa: "Si existe alguna cosita que podría haber sido más contundente y exigente hubiera sido en el final de la primera temporada traer a Diego López. Lo he pedido, pero no ha llegado y no he hecho lo suficiente para conseguir traerlo".