valencia. Manuel Llorente presentó ayer su dimisión como presidente del Valencia al consejo de administración del club y en una rueda de prensa posterior explicó que llevaba varios días madurando la decisión y que tras ver el cambio de escenario creado con la llegada de los nuevos patronos de la Fundación se ha terminado de decidir. Llorente ha ocupado el cargo de presidente desde junio de 2009 y su periplo al frente del club de Mestalla debía haberse prolongado hasta el final de la próxima temporada. Con esta dimisión, pone fin a su segunda etapa en el club, al que llegó en 1995 y se mantuvo hasta 2005, en un periodo en el que ocupó los cargos de gerente, primero, y director general después. Llorente seguirá formando parte del consejo de administración hasta que se celebre la próxima junta de accionistas en la que se elegirá un nuevo consejo.

Acompañado del director de comunicación, Jordi Bruixola, el ya expresidente del Valencia confesó emocionado que tomó la decisión la noche anterior y que ayer se la comunicó a su consejo de administración, así como al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. "Llevo varias días madurando esta decisión, la he pensado mucho en las últimas 24 horas y sobre todo tras la reunión que hubo en el patronato de la Fundación. Tras escuchar el discurso de su nuevo presidente, me quedó claro que estamos en un nuevo escenario. Desde ahora facilitaremos la transición a la nueva gestión", indicó. El dirigente se refirió de esta forma a la reunión del pasado miércoles de la Fundación Valencia, poseedora del paquete accionarial mayoritario del club, en la que se eligió a nuevos patronos y a un nuevo presidente en la persona de Federico Varona.

"El discurso del presidente de la institución que tiene la mayoría absoluta define un escenario nuevo, en el que posiblemente se puedan establecer dos consejos paralelos, lo cual no iba a consentir. Considero que lo importante es la entidad y que dos no riñen si uno no quiere. Tomé la decisión de quitarme, porque parecía en los últimos días que yo era el obstáculo", prosiguió. "En las últimas 48 horas parecía que Llorente ponía obstáculos, que quería aferrarse al sillón y eso me ha motivado a irme. A raíz de esas informaciones he tomado esa decisión. Es un día duro, porque los últimos cuatro años han sido muy intensos y me emociono cada vez que he pensado lo que ha sacrificado mi familia. Ha habido mucho desgaste, pero para mí era un orgullo ser presidente del Valencia", destacó.

Cuestionado por la incidencia que su marcha puede tener en las negociaciones para la renovación del técnico Ernesto Valverde, el ya expresidente aseguró que no tiene por qué, ya que considera que "a Valverde lo ha contratado el Valencia, no Llorente".