La sangría de puntos se convierte en un océano
Osasuna frena a la errática tropa de Mourinho, que ahonda su crisis liguera
OSASUNA: Andrés Fernández, Marc Bertrán, Rubén, Arribas, Damiá. Lolo, Oier Sanjurjo. Cejudo (Min. 85, Llorente), Armenteros, Nino y Kike Sola.
REAL MADRID: Casillas, Arbeloa, Varane, Albiol, Coentrao. Xabi Alonso, Khedira. Modric (Min. 67, Ozil), Di María (Min. 57, Benzemá), Callejón e Higuaín (Min. 57, Kaká).
Árbitro: Clos Gómez (colegio aragonés). Expulsó a Kaká por doble cartulina (Min. 75). Mostró tarjeta amarilla a los locales Rubén, Oier, Armenteros, Kike Sola y Lolo, y a los visitantes Xabi Alonso y Ozil.
Incidencias: Unos 16.000 espectadores en el Reyno de Navarra.
iruñea. Sin el tino de Cristiano Ronaldo, sin la fiereza de los rocosos guardaespaldas Ramos y Pepe, sin autoestima ni orientación alguna, el Real Madrid, vacío, hueco, incluso de un entrenador, José Mourinho, que ya no se desvive frunciendo en banda el entrecejo, ya no hace el espantapájaros, se proyecta apático, como resignado a la par del vestuario con la caótica situación, volvió a dejar un reguero de sangre en su batalla por la Liga. El escenario de la refriega, el Reyno de Navarra, frente a un Osasuna mayúsculo, como durante todo el presente milenio cuando ambos se miden. No en vano, en los últimos 13 choques celebrados en Iruñea, el Madrid no ha ganado en 7 -cuatro derrotas y tres empates-. Un purgatorio blanco.
La estampa fue Kaká. El brasileño, tipo cuerdo, que saltó al césped en el minuto 57 en un antojo de revulsivo, fue expulsado en el 75, tras dar primero un codazo y después no respetar la distancia mínima en un saque de falta rival. Catastrófico, como el equipo en términos generales, pues el encuentro concluyó con un Osasuna espoleado por su resistencia en el paso de los minutos. Tiempo en el que el plantel de Mou se proyectó efervescente.
Los de José Luis Mendilibar, muy a pesar de ser colistas, impregnaron la cita de actitud. La propuesta concedió consecuentemente las riendas del partido y el Madrid quedó a merced de la voluntad rojilla. Si bien, Osasuna se esmeró en sostener el resultado, lo que le privó de ocasiones de gol; Lolo y Cejudo opositaron sin éxito. En el bando opuesto, Higuaín y Callejón dispusieron oportunidades en la primera mitad, sumisa del contraataque la tropa blanca.
Sin fútbol, el segundo acto fue un pulso de mediocampo. Mou buscó la reacción con una retahíla de cambios paradigmas de la ineficacia, de hecho, el Madrid solo gozó de la ocasión de Callejón en el 78, cuando anotó pero su acción fue anulada por fuera de juego. El epílogo fue un Osasuna más que vivo, ilusionado con poder ganar, porque por merecer, mereció más que su rival. Ahora 15 puntos separan al Madrid del líder Barcelona, 15 que hoy pueden ser 18, un océano donde fácilmente poder naufragar, una gangrena que bien puede entumecer las aspiraciones de un título de Champions o Copa.