EL pasado 3 de octubre elCentro Pompidou de Parísinauguró una exposicióndel artista francés de origenargelino Adel Abdessemed quetiene como título Soy inocente, unaalegoría a modo de advertenciasobre lo que comporta gran partede su obra: la provocación.La exposición se convirtió en unéxito rotundo días antes de su inauguración.
Exactamente desde elpasado 26 de septiembre, fecha en laque quedó instalada en la plaza deBeaubourg, frente al museo, la estatuade bronce, de cinco metros de altoy varias toneladas de peso, que conel título de Cabezazo inmortaliza lafamosa embestida que protagonizóel astro futbolístico francés, de origenargelino como el creador de laobra, Zinedine Zidane contra el italianoMarcoMaterazzi en la final dela Copa del Mundo del 206, disputadaen el estadio Olímpico de Berlín.
Desde entonces, la estatua ha desbordadoel cauce de la pretensiónartística para convertirse en unimportante reclamo turístico, perotambién ha levantado la controversiay el debate en Francia, donde noson pocos los que se preguntan cómouno de sus mayores ídolos futbolísticosha quedado inmortalizado porla villanía de aquella reacción, unarrebato surgido desde el cansancio,la tensión de un partido importantísimo,la impotencia y la buenamaña para la provocación que sedaba el corpulento defensa azurro.
Recogiendo ese clamor, una treintenade presidentes de federacionesterritoriales de fútbol de Franciatomaron la iniciativa y enviaronuna carta al diario deportivoL’Equipe en la cual, además de reflejarsu denuncia, piden al exjugadorque exija la retirada de la estatuapor razones éticas y morales.
Philippe Alain Maichaud, comisariode la exposición de AdelAbdessemed en el Centro Pompidou,explicó en el acto de la inauguraciónque “la estatua se enfrentaa la tradición, que consiste enhacer estatuas en honor de algunasvictorias. Esta es una oda a la derrota”,dijo. La del propio Zidane, perotambién la de aquella deslumbranteselección francesa que, lideradapor el exjugador del Girondins deBurdeos, Juventus y Real Madrid,perdió la final del Mundial 206frente a Italia en la tanda de penaltis,culminando su ocaso.
“Recibí el acto violento de Zidaneen la cara saliendo de la pantalla deltelevisor”, relata el autor de la escultura,Adel Adbessemed. “Desdeentonces quisemostrar el lado oscurodel héroe y la inmediatez de ungesto rotundo”. El cabezazo del futbolistagalo contra el pecho del bigardoMaterazzi.
¿Y Zidane? ¿Qué dice ZinedineZidane al respecto? El exfutbolistano ha querido manifestarse públicamente,pero de sus círculos máspróximos ha trascendido el malestar,su enojo hacia el violento homenajeque han plantado en su recuerdojunto a uno de los corazonesartísticos de París.
En la carta dirigida a L’Equipe, lospresidentes de federaciones acusana Adbessemed de haber realizadouna escultura “provocadora” ocultando“deliberadamente” el talentodel jugador “y todas las emocionespositivas que supo compartir con elpaís”. Pero sobre todo destacan lasórdida imagen que se proyectasobre los jóvenes franceses de unaépoca gloriosa y de un genio que hadejado un legado de excelso fútbol.