GASTEIZ. Pocas veces en el mundo del fútbol la escenificación de un despido culmina con un intenso abrazo entre el presidente y el entrenador destituido, en este caso un Luis de la Fuente que ofreció su versión de lo ocurrido con un tono bajo que denotaba la desazón del que sabe que ha dejado escapar la oportunidad de su vida. "No es un momento fácil, así que os pediría que no os extendáis mucho", instó a los periodistas antes de desaparecer durante las próximas semanas del primer plano. "El primero que ha fallado soy yo. Durante la semana en los entrenamientos el equipo me daba muy buenas sensaciones, pero hemos fallado al trasladar eso a los partidos. El primer sorprendido he sido yo, que antes de cada encuentro pensaba que íbamos a hacer el partido de la temporada", explicó el técnico.
Su salida obliga al Alavés a buscar un sustituto, y todo apunta a que será José Carlos Granero tras quedar descartadas las opciones de Gonzalo Arkonada y Abel Resino. Se trata de un entrenador valenciano, de 48 años, de amplia trayectoria profesional y al que los dirigentes albiazules han tanteado después de que en los últimos años haya conseguido el ascenso a la Liga Adelante con el Alicante y también con la Ponferradina, donde fue cesado en enero de 2011. Es un entrenador que conoce a la perfección el director deportivo albiazul, Dani Barroso, ya que durante años han desarrollado sus respectivas carreras en la zona levantina.
"Perdemos un técnico pero ganamos un amigo", llegó a decir ayer el máximo mandatario del consejo de administración, Fernández de Quincoces. "El fútbol da muchísimas vueltas y vamos a mantener el contacto", adelantó el entrenador. Durante su fugaz etapa al frente del banquillo alavesista -apenas nueve jornadas- Luis de la Fuente siempre hizo gala de una lógica confianza en su equipo que, sin embargo, y como admitió en su adiós, acababa enterrada bajo toneladas de realidad tras los noventa minutos: "Tenía una grandísima ilusión y creía y creo ciegamente en los jugadores, pero el balance tiene que ser negativo, sobre todo porque el equipo no ha transmitido buenas sensaciones. Me voy contento por el trabajo del día a día pero con mal sabor de boca por no haber podido trasladar eso al terreno de juego. El Alavés necesitaba dos victorias consecutivas para que los jugadores que parecían menos buenos parecieran mejores y rindiéramos mejor".
Así, mientras el presidente agradecía su "implicación" en un proyecto que ahora continuará con otro hombre en el banquillo, De la Fuente lanzaba un capote a Dani Barroso, director deportivo de la entidad y responsable junto a él de confeccionar una plantilla que queda en entredicho. "Los jugadores han trabajado a destajo y han hecho un gran esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias. Creo que hemos hecho un gran trabajo y la plantilla así nos lo ha reconocido", concluyó el otrora jugador del Alavés antes de abandonar Mendizorrotza caminando junto a Fernández de Quincoces.
quinto cese en tres años y medio La cuestión es que De la Fuente se ha convertido en el quinto responsable técnico de la primera plantilla del Alavés destituido en tres años y medio. Antes que a él le sucedieron Josu Uribe, José María Salmerón, Manix Mandiola y Javier Pereira en un capítulo de ceses que se inició en febrero del año 2008. Además también pasó por el banquillo Javi López, que estuvo tres meses en el cargo hasta consumar el descenso a Segunda B en junio de 2009. Tras la salida de Dmitry Piterman el equipo no ha terminado de encontrar la estabilidad deportiva en el banquillo y desde la temporada 2007-2008 solamente en el pasado curso se vivió cierta tranquilidad y el entrenador que empezó la campaña, Miguel Ángel Álvarez Tomé, logró acabarla. El peso de la historia, una sombra alargada.