Bilbao. "Gooooooooooooooooool; A-mo-re-bi-eta; Apareció el vasco; el nacido en Cantaura, provincia de Anzoátegui y hoy el público de Puerto de La Cruz le pide el pasaporte para sellárselo y darle la bienvenida a Venezuela". La enérgica, explícita y vigorosa expresión, similar en intensidad a la de Víctor Hugo Morales y el Barrilete cósmico (el legendario gol de Maradona a Inglaterra en el Mundial de México), describió el éxtasis del cabezazo de Amorebieta a la salida de un córner, que validó el histórico y homérico triunfo de Venezuela sobre la todopoderosa argentina de Messi, un capítulo que jamás se dio con anterioridad por inalcanzable.
El hito de Amorebieta, su carrera en estampida, su grito, su abrazo, su felicidad extrema, su sueño después de marcar el gol y cerrar la victoria se extendió por cada recoveco del país con el alborozo de un logro que se pensaba quimérico hasta que el central del Athletic asomó en el corazón de área para agujerear a Argentina. "Es el gol más importante de mi vida", acertó a decir a la conclusión del duelo frente a la albiceleste Amorebieta, emocionado hasta el tuétano, porque "es un día inolvidable: debutar, hacer un gol y ganar ante Argentina en casa". El central del Athletic también quiso evidenciar su compromiso con Venezuela "quiero demostrar que siento la vinotinto y que he venido aquí a trabajar".
Los decibelios del estruendosa, sonora e impactante conquista en el terreno de juego llegaron hasta el populista discurso de Hugo Chávez, exultante por el éxito del combinado nacional. "Le ganamos a Argentina! Bravo Venezuela!! Viva La Vinotinto!! Viva La Patria!!", escribió el dirigente venezolano en la red social Twitter, a través de su cuenta @chavezcandanga. Fernando Amorebieta se convirtió en un TT (Trending topic; tema del día) en la versión argentina de Twitter, sentada en el diván del psicoanálisis del ciberespacio, lánguida y apenada tras la derrota que nunca imaginaron.
¡Anzoatigazo! La locura era venezolana, dichosa como un niño saltando en la cama elástica de la ilusión, en plena celebración, por el terremoto futbolístico causado por Fernando Amorebieta, protagonista del mayor delirio que se recuerda. El diario El Nacional, una de las cabeceras más importantes del país, tituló en su portada: "Venezuela volteó la historia". Una declaración de principios. "El mejor trago vinotinto" también se pudo leer en las crónicas que deletrearon el viaje a la luna de Venezuela. El periódico hacia referencia al popular apodo que da nombre al combinado debido al color burdeos, el del vino, de su camiseta. Impacto fue más allá y absolutamente eufórico bautizó la victoria con un expresivo: "¡Venezuela se respeta carajo!". En la crónica, el periódico resaltó el tanto de Fernando Amorebieta. El diario deportivo Líder indicó en su portada: "Venezuela terminó con el yugo argentino".
Por su parte, Meridiano expuso en su edición que el desenlace del duelo entre Venezuela y Argentina fue "¡Un triunfo memorable de la vinotinto!". El Norte, a su vez, equiparó la hazaña de Amorebieta al Maracanazo, al Mundial que Uruguay conquistó ante Brasil en el estadio Maracana en 1950 y que sumió a los brasileños en una profunda depresión debido a aquella inolvidable derrota. "¡Anzoatigazo!", tituló el rotativo haciendo un juego de palabras con el nombre del estadio donde se disputó el partido, José Antonio Anzoátegui, nombre que identifica a uno de los más importantes oficiales del ejército venezolano a las órdenes de Simón Bolívar, el libertador. Y es que de alguna manera, el laurel venezolano fue un bálsamo, una alivio para el cuaderno de bitácora de la vinotinto. "La historia del fútbol mundial tiene una nueva página para escribir, y en esa página el título es que Venezuela venció a la selección de Argentina", escribió El Norte.
un gol con historia Las entrañas del histórico gol de Amorebieta, camino del museo del fútbol venezolano, se adentran en la biografía del central del Athletic, que nació en Venezuela porque así lo quiso el destino. Sus padres se habían desplazado por motivos laborales al país sudamericano y Amorebieta abrió los ojos bajo el sol de Venezuela. Allí vivió hasta su regreso a Euskal Herria dos años después. Desde entonces, Amorebieta, que progresó en el fútbol, destacó y no tardó en ser recolectado por el Athletic.
La selección española se fijó en Amorebieta y le convocó en todas las categorías inferiores. Su ascensión resultó meteórica gracias a su perfil zurdo, su imponente físico y su gen competitivo. Así alcanzó el Europeo sub'19 en 2004. Cuatro años después fue convocado con la absoluta para un amistoso en Dinamarca, pero no se estrenó. Aquel fue el punto de inflexión para Amorebieta, que abrió el gran angular y se acercó a Venezuela persiguiendo la internacionalidad. En el proceso de asimilación, Macua y Caparrós le alejaron de la idea de jugar con la vinotinto. Amorebieta seguía, sin embargo, seducido con la posibilidad de estrenarse con su país de nacimiento. Durante el verano, tras consultarlo con el club, (Urrutia y Bielsa dejaron que decidiera él), anunció que jugaría con Venezuela. Después de un amistoso, también contra Argentina, Amorebieta escuchó el himno -"es muy largo, pero ya me lo aprenderé", dijo-, marcó, triunfó y se convirtió en héroe bolivariano.