El Barça se despista
La Real se rehace y empata ante un rival que se creyó ganador antes de serlo
REAL SOCIEDAD: Bravo; Estrada, Demidov, Iñigo Martínez, De la Bella; Illarramendi, Griezmann, Xabi Prieto (Min. 68, Cadamuro), Zurutuza, Mariga (Min. 79, Aranburu) y Agirretxe (Min. 79, Vela).
BARCELONA: Víctor Valdés; Alves, Busquets, Adriano, Fontás (Min. 81, Iniesta); Keita, Xabi, Thiago (Min. 62, Messi), Alexis (Min. 30, Villa), Pedro y Cesc Fabregas.
Goles: 0-1: Min. 10; Xabi. 0-2: Min. 11; Cesc. 1-2: Min. 59; Agirretxe. 2-2: Min. 60; Griezmann.
Árbitro: Mateu Lahoz, del colegio valenciano. Amonestó a Busquets y Messi.
Incidencias: 30.000 espectadores en el estadio de Anoeta. 293.000 euros de recaudación. Alexis se retiró lesionado en el minuto 30 y tuvo que ser retirado del terreno de juego por la Cruz Roja.
bilbAo. La Liga bipolar, mito construido con estadísticas, balances contables y razonamiento por la tozuda realidad de los últimos torneos, deberá ser revisado después de que la Real Sociedad desplazara en un gran despliegue al Barcelona del pedestal en Anoeta igualando a los azulgranas, que perdieron todo el rigor y parte del crédito que se le supone a tan excelsa sinfónica a la salida de vestuarios y se dejaron echar el guante por un equipo que jamás renunció y decidió ganarse el respeto y el jornal, además de un pedazo de gloria, mirando al frente.
A la voluntad y a la valentía realista, que combatió con tenacidad, fútbol, pierna fuerte y filo los goles de Xavi y Cesc en el primer acto, se le sumó un Barcelona absolutamente destensado, sin hueso, que desatendió el asunto que se traía entre manos. Un escuadrón, el de Guardiola, que se quedó tieso y sin respuesta. Ni la salida de Messi, Iniesta y Villa (por el lesionado Alexis) pusor sortear la decadente inercia del cuadro catalán ante el remonte de la Real, capaz de igualarse en el marcador en apenas un par de fotogramas por mediación de Imanol Agirretxe, cabeceador único, que conquistó su tercer gol en Liga, y Antoine Griezmann, que resolvió un disparate que inició Thiago en el centro del campo con un pase al espacio que desencadenó en la carrera en solitario y remate de Agirretxe, desviado por Busquets al larguero tras despachar a Valdés, y que situó a Griezmann ante el gol.
El Barcelona, que padece el síndrome de Anoeta, donde no ha sido capaz de vencer en sus dos últimas visitas, estuvo a un dedo de perder cuando despertó la Real, que no midió bien el riesgo de la defensa adelantada durante el primer acto, pero que se reconcilió sobradamente con el fútbol en el segundo episodio. A los txuri-urdin el triunfo se les escurrió entre los dedos en un par de embestidas que no encontraron la red por centímetros ante un Barcelona deshilachado y extraordinariamente despistado en cada cuadrícula del campo. Incluso estuvieron a punto de pegarse un tiro en el pie con un gol en propia puerta.
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