REAL MADRID: Casillas, Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos, Marcelo, Gago, Xabi Alonso, Granero (Min. 82, Guti), Van der Vaart (Min. 75, Raúl, Cristiano Ronaldo e Higuaín (Min. 89,Diarra).

ATLÉTICO MADRID: De Gea, Valera (Min. 42,Perea), Ujfalusi, Domínguez, Antonio López; Pablo Assunçao, Tiago, Simao (Min. 78, Salvio), Reyes (Min. 46, Jurado), Agüero y Forlán.

Goles: 0-1: Min. 10; Reyes; 1-1: Min. 49; Xabi Alonso. 2-1: Min. 55; Arbeloa. 3-1: Min. 62; Higuaín. 3-2: Min. 67; Forlán, de penalti.

Árbitro: Undiano Mallenco, del Comité Navarro. Mostró tarjeta amarilla a Arbeloa, Perea, Sergio Ramos y Xabi Alonso.

Incidencias: Lleno en el Bernabéu.

bilbao. Sin el sostén de Casillas, sin peso en la últimas victorias, antaño lo más similar a un santo, a un milagrero, al Real Madrid le sujetan sus puntas de relumbrón y camerino y si eso no ocurre, rara vez, asoma la clase media, tipos como Arbeloa, el Pipa Higuaín o el propio Xabi Alonso, mariscal de campo, eje, ancla y brújula, alejados del vedetismo y la pasarela para solucionar asuntos incómodos como el que le propuso el ciclotímico Atlético de Madrid, un equipo de diván, que no se sabe muy bien a lo que juega pero que algunas veces acierta y es incluso capaz de mandar en pleno desorden.

No le alcanzó sin embargo a la tropa de Quique Sánchez Flores, que tiene una tendencia suicida cada vez que se acula y sus cuartos traseros se topan con la mirada de De Gea. Al entramado defensivo colchonero le sacuden con asiduidad ataques de pánico y se disparó a los pies para cojear cuando el partido exige pierna fuerte y mente despejada. Sucede que el Atlético se aturulla, se gira una y otra vez sobre sí mismo y acaba mareado. No supo el Atlético sobrevivir con el gol de Reyes, que puso al Bernabéu nerviosillo porque su equipo no tejía. Y en la locura, en el caos, reinaron los rojiblancos, más acostumbrados a la montaña rusa.

Nadie mejor para representar al Atlético que José Antonio Reyes, ese futbolista que dejó de serlo por el frío, los coches, la añoranza, pero que varias lunas después ha regresado al fútbol, a sentirse importante. Marcó el sevillano tras recibir del Kun, que giró el tobillo majestuoso, y Reyes acomodado, viró por completo el suyo y enroscó al lado contrario de Casillas, que es milagrero pero no le alcanza siempre. Embocó el andaluz y al Madrid se le vieron las costuras. Incapaz de asociarse, no asomaba en los dominio del espigado De Gea, que junto a Ujfalusi mantenían la cordura en la trinchera.

Rebasado el meridiano al Atlético le atrapó el mal de altura y su zaga, sin Varela, lesionado, comenzó con su particular hermanamiento con el ataque madridista. Abierta la puerta, Xabi Alonso hizo palanca e impulsó al Madrid. Primero marcó y luego mezcló con Arbeloa que rompió en velocidad y volteó el partido. Después Tiago le regaló el tercero a Higuaín, esa clase de delantero que nunca se desconecta. Perdido, a la tremenda, con el Madrid achicado, recortó Forlán de penalti tras palmeo de Xabi Alonso y perdón arbitral. Si no, lo haría el Atlético.