VALLADOLID: Justo Villar; Pedro López, Baraja, Arzo, Del Horno; Medunjanin (Min. 70, Nauzet), Borja; Keko, Bueno, Sesma (Min. 46, Lázaro) y Manucho (Min. 46, Costa).

MALLORCA: Aouate; Josemi, Rubén, Nunes, Ayoze; Varela (Min. 79, Webo), Mario Suárez, Borja Valero, Castro (Min. 92, China); Víctor (Min. 65, Julio Álvarez) y Aduriz.

Goles: 1-0: Min. 49; Bueno. 1-1: Min. 69; Rubén. 1-2: Min. 83; Julio Álvarez.

Árbitro: Clos Gómez (Comité aragonés). Amonestó a Pedro López, Costa, Castro, Josemi y Ayoze.

Incidencias: Estadio José Zorrilla. 16.500 espectadores.

valladolid. El Athletic recibirá el próximo domingo a un Valladolid angustiado, antepenúltimo, a cuatro puntos ya de la salvación, después de sucumbir ayer frente a un Mallorca que apunta a Europa. Una conclusión certera de esta realidad es que Mendilibar no era ni mucho menos el culpable de la irregular andadura blanquivioleta.

Los nervios le atenazaron cuando tenía el partido ganado con un gol de Bueno pero se dejó remontar en dos claros errores defensivos. Los de Pucela intentaron progresar por la banda de Keko, un jugador rápido y con un tren inferior fortísimo, pero el choque no ofrecía espacios, ni ocasiones. Sólo centrocampismo insulso y juego táctico. Ya en la primera parte Aduriz pudo adelantar a los baleares tras saque largo de Aouate, en un disparo que obligó al guardameta paraguayo Justo Villar a una notable intervención.

Los cambios de Onésimo Sánchez en el descanso dejaron a su equipo sin jugadores con recorrido en la banda izquierda, pero a los 49 minutos el estado del partido cambió con el citado tanto de Alberto Bueno. Fue un disparo lejano de Asier del Horno que Aouate despejó innecesariamente para que Keko recogiera el rechace y, tras un buen regate, le dejara el gol en bandeja a Bueno.

Este tanto alimentó la autoestima del Valladolid y fue como una sacudida eléctrica para el Mallorca que desapareció del mapa durante un cuarto de hora en el que los locales gobernaron el mediocampo hasta que un cetro chut de Mario Suárez, que golpeó en la parte superior del larguero, devolvió el espanto y el desasosiego a la grada. El Valladolid tiene miedo a perder, tal vez por eso es el rey del empate. Eso se plasmó cuando Rubén González aprovechó una acción a balón parado para equilibrar de nuevo la balanza. Manzano debió ver ese temor en el equipo que dirigió hace diez años porque echó el resto y sacó a Webó. El Mallorca fue al abordaje, a buscar decididamente su segunda victoria a domicilio. Y lo logró gracias a Julio Álvarez en fallo de la zaga local. Ojalá que el Athletic no ejerza de rival resucitador.