BILBAO ATHLETIC: Iago, Ramalho (Min. 69, Etxebarria), Ekiza, Santamaria, Galán, Iñigo Pérez, Iturraspe (Min. 77, Eraso), Julen Goñi (Min. 62, Aketxe), Adrien Goñi y Arkaitz e Ismael López.
PONFERRADINA: Mackay, Malo, Alejandro, Ibarra, Candela, Alcaide, Jonathan Ruiz, Rubén Vega, Yuri de Souza (Min. 80, Sampedro), Salas (Min. 89, Sosa) y De Paula (Min. 87, Fuentes).
Gol: 0-1: Min. 42; Yuri de Souza.
Árbitro: Diaz Arias, cántabro. Expulsó al entrenador visitante Granero (Min. 87) y mostró amarillas a Ekiza, Jonathan Ruiz, De Paula, Malo, Yuri de Souza y al médico de la Ponferradina.
Incidencias: Unos 450 espectadores en Lezama.
bilbao. La visita del líder a cualquier campo siempre se antoja complicada. Además, si el equipo local anda coqueteando con buenas actuaciones y en otras ocasiones con choques sumergidos en la duda de su juego, con falta de contundencia en los minutos finales como le ha ocurrido en varias ocasiones, la llegada de la Ponferradina ponía de nuevo en duda la entereza y la solvencia de los de Luis de la Fuente. Así fue. Los visitantes cargados de veteranía se plantaron en Lezama rodeados de un ambiente gélido (0 grados) y con una grada casi vacía, una de las peores entradas para ver al primer clasificado, se alzaron con un merecido triunfo. Para colmo de los de casa, la liga se está convirtiendo en un auténtico polvorín. Por abajo la clasificación se comprime peligrosamente y los puntos cada vez tienen más valor. Por lo que los rojiblancos no pueden permitirse el lujo de muchos tropiezos como éste y menos en casa.
La Ponferradina dejó muy claro su apuesta por el título. No tuvo muchos acercamientos pero el equipo entrenado por Granero manejó a su antojo el tiempo del encuentro. Y eso es muy importante, y en Lezama suficiente para vencer. En la primera mitad, dos llegadas fueron serios avisos. Un disparo con intención de Salas y una caída de Candela por entrada de Julen Goñi que el colegiado no vio como pena máxima. Los méritos eran de sobra para el conjunto berciano que tres minutos antes del descanso recibió su recompensa. El brasileño Yuri de Souza se inventó una parábola para Iago que apenas pudo ver cómo el balón se colaba por la escuadra. Tras el gol los locales, espoleados por la desventaja, intentaron el empate pero Ismael López remató alto.
Tampoco tras el descanso cambió mucho el escenario. Los bilbainos buscaban un revulsivo para hacer frente el poder de un equipo que huele a play-off, seguros en defensa y con una línea creativa importante, poco se pudo hacer. Ni la salida de Isaac Aketxe, con media hora por delante, ni la de Javi Eraso buscando dar más fluidez a un balón que parecía congelado como la tarde de Lezama. La opción de la zurda prodigiosa de Iñigo Pérez era la posibilidad más clara y el entrenador riojano optó por ella. A cuatro minutos del final, el mediocentro gastó su último cartucho en vano. Esta vez fue el larguero el que privó del empate a los bilbainos. Fue un momento de duda visitante pero se cumplió el dicho de que la suerte siempre acompaña al líder. La derrota crea dudas y acerca a los cachorros a la zona peligrosa de la tabla clasificatoria, así que la salida a Montañeros se antoja esencial para la reacción del filial rojiblanco.