“¿Max, te preocupa el ritmo de carrera de los Mercedes?”, le preguntaron el sábado, después de firmar la pole. “No”, respondió con esa frialdad que le caracteriza, con esa porte gélida que transmite entereza y confianza. Max Verstappen es un tipo impasible, cada carrera más próximo al piloto perfecto. Cuatro victorias consecutivas y diez en las quince carreras disputadas dan crédito de un sólido pilotaje, sin fisuras.

Si algo podía preocupar al campeón y líder de la Fórmula 1 era la estrategia de los Mercedes, que por otra parte cada vez están más próximos a la zona alta de las clasificaciones; el progreso es evidente. La escudería alemana puso en pista un plan de una sola parada, a diferencia de los Red Bull o los Ferrari, que proponían al menos dos.

Gracias a la proposición de Mercedes, la emoción parecía garantizada hasta los últimos suspiros del Gran Premio de los Países Bajos. Se esperaba ver a un Hamilton defendiéndose en el liderato con neumáticos desgastados de un Verstappen obligado a exprimirse para dar caza al inglés.

Pero un safety car virtual en la vuelta 47 de las 72 programadas, introducido por los problemas en el monoplaza de Tsunoda, favoreció a Verstappen. El neerlandés aprovechó para ahorrar tiempo en su segunda parada y ahí parecieron extinguirse las opciones de Hamilton, quien decidió alterar el plan inicial y visitó el garaje por segunda vez. Mad Max recuperaba así el liderato. La carrera parecía vista para sentencia.

La prueba, sin embargo, se alteró de nuevo a 16 giros del final, esta vez por un coche de seguridad físico provocado por un fallo mecánico en el coche de Bottas. Mercedes, sin nada que perder, apostó fuerte: dejó a Hamilton en pista como nuevo líder aunque con gomas medias usadas; con George Russell emuló la propuesta de Verstappen, que realizó su tercer cambio de neumáticos para esta vez montar gomas blandas. 

Mercedes invocaba así a la carrera de Abu Dhabi de 2021, la que decidió el título. En Zandvoort el equipo germano volvió a dejar vendido a Hamilton. Cometió el mismo pecado. Nada más relanzarse la carrera, en la misma recta de meta, Verstappen adelantó al inglés.

Hamilton comenzó a lanzar juramentos, porque después de Verstappen pasaron Russell y también Charles Leclerc para terminar cuarto cuando llegó incluso a pilotar con la sensación de poder volver a ganar una carrera. “No puedo creer que me hayan jodido así”, expresó Hamilton, cabreado como pocas veces se le ha visto. Como contraposición, un alegre Russell, segundo, celebró que “los Mercedes se están acercando al escalón más alto”.

Entonces sí, se apagó cualquier atisbo de sorpresa. Verstappen pudo sacar el brazo por el costado para conducir relajado y sin competencia. Porque Ferrari, que salía con Leclerc y Carlos Sainz a la zaga del poleman Verstappen, careció de ritmo como para disputar la victoria.

La ruina de Carlos Sainz 

Para más inri, los de Maranello completaron otra lamentable exhibición en los pit stops. En una parada tardaron más de 12 segundos en cambiar las gomas de Sainz y en otra, también con el madrileño de protagonista, le incorporaron al pit lane sin ceder el paso a Fernando Alonso, lo que costó una sanción de 5 segundos por el unsafe release. Sainz partía tercero y fue octavo tras verse arruinado. “Todo lo que podía ir mal, fue mal”, precisó Sainz.

En cuanto a Leclerc, que fue tercero, su rostro hablaba por sí solo al término de la prueba. “La diferencia con Verstappen es muy grande”, lamentó con espíritu derrotista. En las últimas 12 vueltas perdió 10 segundos con respecto al ganador... Pese a que recuperó la segunda plaza en el Mundial, en detrimento de un discreto Sergio Pérez –fue quinto–, figura a 109 puntos de un Verstappen que ya goza de opciones matemáticas de coronarse en Singapur, dentro de dos citas, cuando aún restarían cinco carreras.

“No ha sido fácil, hemos tenido que empujar toda la carrera. Hemos tenido que tomar decisiones y había muchos interrogantes. Si no hubiera salido el safety car podría haber sido distinto”, admitió Verstappen, que asistió a quizá la carrera más complicada de la temporada en cuanto a decisiones estratégicas.

Remontada de Fernando Alonso

Fernando Alonso, por su parte, completó una brillante actuación. Partió desde la decimotercera pintura y gracias a su pilotaje y el planteamiento de Alpine, terminó sexto. “No lo hubiera imaginado”, confesó el asturiano, que encadenó diez grandes premios seguidos puntuando para quedarse a 7 puntos de su compañero, Esteban Ocon, que terminó noveno.