La innovación que impulsa el talento y competitividad en Bizkaia
DEIA organizó en la mañana de ayer una cita entre expertos que nos avanzaron cómo se encuentra Bizkaia y su tejido empresarial e industrial en cuestión de innovación y qué retos futuros se avecinan en este sentido
Hablar de Bizkaia es hacerlo de un territorio con una larga tradición industrial, pero también de un espacio que en las últimas décadas ha sabido reinventarse para convertirse en un auténticoecosistema de innovación, capaz incluso de medirse ante los más grandes en Europa.
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Innovación, como se dijo en varias ocasiones en la mañana de ayer, no es solo apostar por nuevas tecnologías o impulsar infraestructuras avanzadas; innovación también trae consigo la construcción de un entorno donde empresas, administración pública, centros tecnológicos y universidades colaboran para generar conocimiento, atraer talento y crear oportunidades de crecimiento.
Y es que, en un contexto global cada vez más complejo y competitivo, esta capacidad para innovar no es un lujo: es una condición necesaria para que las empresas sigan siendo relevantes. En Euskadi, y especialmente en Bizkaia, esta visión ha calado con fuerza. Las pymes, que representan alrededor del 94% del tejido empresarial vasco, dependen en gran medida de esta capacidad para diferenciarse y adaptarse.
Si la innovación es un motor de competitividad, un ecosistema que la facilite y la acompañe se convierte en un aliado estratégico para cualquier organización que busque crecer, consolidarse o incluso sobrevivir en el mercado actual. Por eso, profundizar en cómo Bizkaia está construyendo este entorno innovador ayuda a entender por qué el territorio se ha posicionado como un referente en transformación económica y desarrollo empresarial. Precisamente, esta fue la idea fuerza que dio pie ayer miércoles a la celebración del foro ‘Talento, colaboración y futuro empresarial’.
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Una cita para la que tuvimos la suerte de contar con nombres tan destacados en la materia como Javier Garcinuño, Director de Bilbao Ekintza; Nagore Tellado, directora de Innovación y la Oficina de Transferencia del Conocimiento de EHU; Gotzon Bernaola, coordinador general de Innovación Empresarial de la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque y Daniel del Río, director de Compras de Bizintek Innova.
Los cuatro fueron precedidos por un saludo inicial a cargo de Joseba Mariezkurrena, Director General de Emprendimiento y Competitividad Empresarial de la Diputación Foral de Bizkaia. Durante su turno de palabra, Mariezkurrena destacó que la innovación en el territorio no es solo una declaración de intenciones, sino una realidad palpable en esa apuesta por la transformación para hacer del tejido industrial y empresarial algo más maduro y competitivo a nivel global.
“Un camino de madurez donde no podemos olvidar la digitalización, que trae consigo la innovación, la atracción y retención de talento, la productividad, la competitividad y nuevos modelos de negocio”, expresó Joseba Mariezkurrena, que remarcó una idea clave antes de dar paso a la mesa de debate con los cuatro ponentes: “La innovación es apostar por proyectos que nazcan, se desarrollen y se queden en nuestro territorio”, defendió a modo de conclusión antes de ceder la palabra.
Conectando actores. Acelerando procesos
Bizkaia es su capacidad para articular una red colaborativa en la que cada agente aporta una pieza esencial. Centros tecnológicos, universidades como EHU, incubadoras y aceleradoras, parques tecnológicos, clústeres sectoriales y una administración pública que empuja en la misma dirección conforman un entramado sólido y cohesionado.
Esta red facilita algo fundamental: que las empresas —y especialmente las pymes— no tengan que innovar solas. Pueden apoyarse en conocimientos avanzados, infraestructuras compartidas y programas diseñados para acompañarlas en todo el proceso, desde la detección de oportunidades hasta el lanzamiento de nuevos productos o servicios.
Aunque la innovación puede parecer algo reservado para grandes nombres, las pymes también pueden liderar procesos transformadores
Aquí, como se mencionó en varias ocasiones durante el evento, la innovación deja de ser un concepto abstracto para convertirse en un camino accesible, con recursos concretos, asesoramiento experto y financiación adaptada a las necesidades reales de cada negocio.
Y todo esto, genera una cultura común de innovación que atraviesa todo el territorio y que fomenta un dinamismo difícil de encontrar en regiones donde las empresas están más aisladas.
Motor de competitividad
La innovación se traduce en mejoras continuas, optimización de procesos, digitalización o transición hacia modelos empresariales más sostenibles. Las pymes que se suman a esta dinámica aumentan significativamente sus posibilidades de competir en mercados locales e internacionales.
En Bizkaia, esta competitividad se materializa en varias dimensiones: diferenciación de productos y servicios; mayor eficiencia y reducción de costes con la digitalización o la automatización y el acceso a nuevos mercados o la adaptación al cambio. No es casualidad, por tanto, que Bizkaia esté apostando de forma tan decidida por impulsar la tecnología, la sostenibilidad y la internacionalización como ejes estratégicos.
Las empresas que participan de este ecosistema no solo innovan más, sino que innovan mejor, porque lo hacen acompañadas, apoyadas y en un entorno que reduce barreras y acelera resultados, como dejó claro Gotzon Bernaola en su intervención.
Atraer y retener el talento
La innovación tiene un impacto directo en la capacidad de las empresas para atraer y retener talento. En un mercado laboral donde los perfiles cualificados buscan proyectos estimulantes, oportunidades de desarrollo y entornos que valoren el aprendizaje continuo, trabajar en una empresa que forma parte de un ecosistema innovador es un punto a favor.
La innovación no es un destino, sino un proceso continuo que se nutre de la colaboración, el aprendizaje y la apertura al cambio
En Bizkaia, esto se ve cada vez más claro. Los profesionales —especialmente los más jóvenes— buscan formar parte de organizaciones que estén alineadas con valores como la sostenibilidad, la digitalización o la transformación. Quieren participar en proyectos con impacto, aprender de forma constante y tener acceso a nuevas tecnologías.
Las pymes que se integran en esta dinámica se vuelven más atractivas porque demuestran que no solo ofrecen un empleo, sino un entorno de crecimiento.
Además, la colaboración con universidades y centros tecnológicos permite a las empresas acceder a talento emergente, participar en programas de formación dual o desarrollar proyectos que aportan una visión fresca e innovadora.
“Esto no solo ayuda a cubrir necesidades de personal, sino que fomenta la creación de una comunidad profesional conectada con las necesidades del territorio”, apuntaba Nagore Tellado en su firme defensa de la Universidad como herramienta para transferir conocimiento al tejido productivo.
El momento de las pymes
Aunque la innovación puede parecer algo reservado para grandes compañías, en Bizkaia se ha demostrado que las pymes también pueden liderar procesos transformadores. De hecho, son un pilar fundamental del desarrollo económico vasco. Y la innovación es precisamente lo que les permite destacar frente a competidores más grandes o con mayores recursos.
“Tenemos una importante esencia industrial, de hacer las cosas bien y esto también juega a nuestro favor a la hora de innovar”, remarcó Daniel del Río en una de sus intervenciones.
El acceso a ayudas específicas, programas de acompañamiento, espacios de experimentación, financiación adaptada y redes de colaboración genera un entorno favorable para que las pymes puedan desarrollar proyectos que, de otra manera, serían inviables. La innovación se convierte así en un valor añadido que diferencia a estas empresas y les permite construir propuestas más sólidas y sostenibles.
Con todo esto, Bizkaia ha logrado construir un ecosistema de innovación que no solo impulsa la competitividad del territorio, sino que acompaña a las empresas —especialmente a las pymes— en su transformación. La innovación no es un destino, sino un proceso continuo que se nutre de la colaboración, el aprendizaje y la apertura al cambio. “Nuestra mayor fortaleza y la herramienta clave para construir un futuro económico sólido, diverso y resiliente para las generaciones que nos sucederán”, argumentaba al final Javier Garcinuño.
Javier Garcinuño: “La innovación no es un concepto abstracto: es una realidad hecha entre todos”
La ciudad de Bilbao ha entendido que su competitividad pasa por especializarse en aquello que mejor conecta con la realidad económica de Bizkaia: los servicios avanzados para la industria. Ingenierías altamente cualificadas, empresas tecnológicas, consultoras especializadas, proyectos de digitalización o compañías centradas en el desarrollo de soluciones aplicadas forman parte de una estrategia urbana de especialización inteligente.
Esta apuesta, como dejó claro ayer Javier Garcinuño, no surge por casualidad, sino de un análisis profundo del tejido empresarial vasco y de su tradición industrial, que necesita cada vez más servicios intensivos en conocimiento para seguir siendo competitivo en un mundo cada vez más globalizado.
“En este contexto, Bilbao ha decidido alinearse con las necesidades reales de sus empresas, posicionándose como un lugar donde esos servicios avanzados pueden crecer, probar nuevos enfoques y generar soluciones con impacto directo en la economía local. Se trata de un modelo de ciudad que no renuncia a su identidad, sino que la proyecta hacia el futuro a través de la innovación, la tecnología y la colaboración público-privada en pro de seguir avanzando”, recordaba el director de Bilbao Ekintza.
Dentro de esta estrategia territorial, la isla de Zorrotzaurre se ha convertido en un símbolo del Bilbao que viene.
Lo que durante décadas fue un espacio industrial en transformación es hoy un nuevo distrito urbano pensado para convivir con la innovación, el talento y el emprendimiento. Aquí se mezclan la formación universitaria, la investigación aplicada, los espacios para empresas tecnológicas, el diseño, los proyectos creativos y la vida cotidiana. Zorrotzaurre no es solo un proyecto urbanístico: es una visión compartida.
Ayuntamiento de Bilbao, Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y la Red de Parques Tecnológicos han sumado esfuerzos para consolidar este espacio como un enclave estratégico del territorio.
“Esta cooperación institucional refuerza el compromiso con un modelo de desarrollo basado en el conocimiento, la sostenibilidad y la competitividad, y demuestra que la innovación avanza mejor cuando se hace desde una mirada común”, mencionaba Javier Garcinuño.
Nagore Tellado: “La Universidad tiene un papel importante dentro del ecosistema innovador”
Durante su turno de palabra en el foro celebrado ayer sobre innovación, talento y competitividad de las empresas en Bizkaia, esta profesional recordó que la Universidad está considerada una institución educativa en la que se imparte una educación de excelencia para que se gradúen jóvenes talentos con una excelente formación.
“Sin embargo las universidades, no solo la EHU sino todas están en un proceso de evolución que ya comenzó hace años en el desarrollo de investigación de excelencia (que permite además actualizar y mejorar el programa educativo a los alumnos) y ahora estamos en una segunda evolución en la que la universidad está volcada en la transferencia de su conocimiento a la sociedad, en tener impacto en la sociedad en general, en un sentido amplio y en concreto en transferir el conocimiento y la tecnología que desarrollamos a las empresas o mediante la creación de spin-off”, señalaba Nagore Tellado, al tiempo que apuntaba a que la transferencia conlleva la creación de un ecosistema más innovador intramuros, en la propia universidad, por lo que esto mismo se traslada a nuestros estudiantes.
Pero, la intervención de la Directora de Innovación y Oficina de Transferencia del Conocimiento de la EHU no solo se quedó en este punto, sino que puso sobre la mesa la importancia que tiene la relación y colaboración con otros agentes implicados en materia de innovación como pueden ser las instituciones, los centros tecnológicos o las pymes.
“Tenemos dos vías de colaboración, a través de nuestros estudiantes es la principal. Las Aulas Universidad empresa, los TFG, TFM o tesis doctorales, así como las cátedras Universidad-empresa en IA, en tecnologías del lenguaje, en ciberseguridad o en el desarrollo de microchips. Y también a través de la colaboración directa con nuestros grupos de investigación”, detallaba ante los presentes Nagore Tellado.
Esta profesional con la que contamos en este foro no quiso cerrar su intervención sin hacer alusión a la necesaria cooperación entre las entidades implicadas para retener ese talento, como clave para seguir avanzando en materia de innovación y competitividad dentro del territorio de Bizkaia.
“Nosotros desde las universidades somos los que generamos y formamos ese talento y es bueno que no se nos vayan fuera, o si lo hacen lo hagan con la idea de formarse todavía más y de aprender con la mente puesta en volver algún día, pero no solo por nuestra calidad de vida. Si no, por ser parte de ese camino de innovación y de ese camino de crecimiento de nuestro territorio. Pero, para que se produzca ese regreso debemos ofrecerles proyectos interesantes y empleo de calidad”, apuntaba.
Gotzon Bernaola: “El futuro de una Euskadi innovadora será de las pymes o, si no, no será”
Las pymes representan la base del tejido empresarial de Bizkaia y, aun así, son las que más dificultades encuentran a la hora de innovar. “La falta de tiempo, la escasez de recursos, la presión del día a día o la ausencia de perfiles especializados hacen que muchas veces la innovación quede en un segundo plano. Sin embargo, su competitividad futura depende precisamente de su capacidad para transformarse, adaptarse y anticiparse a un entorno que cambia a gran velocidad”, explicaba en su intervención Gotzon Bernaola al respecto.
Y es aquí donde cobra especial sentido la labor de Innobasque, la Agencia Vasca de la Innovación. Su misión es clara: ayudar a que la innovación sea accesible, práctica y viable para todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector.
Para ello, Innobasque escucha, acompaña y asesora a las pymes en cada fase del proceso, respondiendo a una realidad muy común: muchas empresas quieren innovar, pero no saben por dónde empezar o no cuentan con los recursos necesarios para hacerlo. “Innobasque actúa como un aliado que orienta y facilita.
Por un lado, ofrece formación adaptada a las necesidades de las pymes, desde metodologías de innovación hasta habilidades digitales o gestión del cambio. Por otro, ayuda a identificar oportunidades de mejora, a estructurar proyectos y a hacer que la innovación se convierta en un proceso real y no en una idea abstracta.
Además, facilita el acceso a ayudas y financiación, un aspecto decisivo para que las empresas puedan poner en marcha iniciativas que, de otro modo, resultarían difíciles de afrontar”, detallaba de manera concreta el coordinador general de Innovación Empresarial de la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque.
Pero más allá de los recursos y la metodología, la innovación tiene un componente clave: las personas. Ningún proceso de transformación funciona sin ese factor humano. En las pymes, donde los equipos suelen ser reducidos y los roles muy transversales, la innovación requiere escucha, participación y una mentalidad abierta al aprendizaje continuo. Innobasque trabaja precisamente en esa dimensión humana, ayudando a que la cultura innovadora cale, se comparta y se interiorice.
Pese a todo, hay un reto clave que no es otro que el relevo generacional. Muchas empresas están dirigidas por personas que han dedicado toda su vida al negocio y cuyo conocimiento es valioso, profundo y difícil de reemplazar.
Sin embargo, asegurar que esa experiencia no se pierda y fluya hacia las nuevas generaciones es uno de los grandes desafíos del momento. La innovación, en este sentido, no es solo tecnológica: también es organizativa. Acompañar a las pymes en este tránsito es fundamental para garantizar su continuidad y su competitividad.
Daniel del Río: “La capacidad de cerrar el círculo nos permite acelerar ese camino de innovación”
Bizintek, de la que es jefe de Compras Daniel del Río, es una empresa de ingeniería y fabricación electrónica con más de veinte años de trayectoria en Bizkaia.
“Diseñamos y fabricamos equipos electrónicos para sectores donde la electrónica avanzada es un componente crítico: electromedicina, energía, industria y automoción. Nuestro modelo combina innovación aplicada: no nos limitamos a desarrollar prototipos, sino que llevamos la electrónica hasta su industrialización y fabricación en serie; talento multidisciplinar: nuestros equipos integran ingeniería electrónica, firmware, mecánica y producción, lo que genera un entorno técnico avanzado y colaboración tecnológica: trabajamos de forma estable con empresas industriales para llevar las tecnologías al mercado”, explicaba este profesional..
A la pregunta de qué aporta una pyme como la suya en el ecosistema vasco de innovación, Daniel del Río apuntaba a un perfil singular dentro de este espacio al ser una empresa que combina diseño electrónico avanzado y fabricación propia. “Esta capacidad de cerrar el círculo —desde la idea hasta el producto industrializado— nos permite acelerar la innovación y reducir la distancia entre la investigación tecnológica y su aplicación en el mercado. En sectores como el de la energía o la electromedicina, actuamos como socio tecnológico para empresas que necesitan soluciones fiables, escalables y certificables. Trabajamos bajo estándares exigentes, lo que demuestra que desde Bizkaia se puede competir con solvencia en mercados globales con requisitos técnicos muy altos”, remarcaba en uno de sus turnos de palabra en este foro.
Como dejó claro Daniel del Río, y en esto coincidió con el resto de ponentes con los que compartió mesa de debate, la innovación hoy es imposible sin colaboración.