Lo ocurrido en las últimas elecciones municipales en Balmaseda supuso una sorpresa mayúscula. Por primera vez, un partido que no era el PNV ganaba en las urnas, mientras que Karrantza Zabala afianzaba su mandato. Anoche en ausencia de plataformas vecinales, ambos municipios optaron por la candidatura jeltzale, que ganó con comodidad. El mapa de Enkarterri. No obstante, EH Bildu estrecha el margen en comparación con la convocatoria de hace cuatro años.

Un año más tarde, la lista del PNV casi tocó ayer la mayoría absoluta en la villa, con el 49,45% de los sufragios. Es decir, 1.625 votos, 903 por encima de EH Bildu. Sí lo consiguió el partido en Karrantza. Se impuso con el 62% de los votos, mejorando además su resultado de 2016.

En Alonsotegi, lugar de nacimiento del lehendakari Urkullu, donde en las municipales EH Bildu fue de forma inédita la primera opción, de nuevo se produjo un giro: PNV, el 45% de los votos. EH Bildu, el 33%, aunque se deja por el camino 83 votos ante el empuje de la coalición abertzale.

Tras más de diez años, Osakidetza ha activado el centro de comarcal de especialidades sanitarias, las obras de defensa contra inundaciones han transformado el centro de Zalla sin necesidad de derribar viviendas y ya se puede ver la estructura de la estación de ITV en la zona de Longar. "Un reflejo de la colaboración interinstitucional y de lo que está por venir, según indicó el alcalde, Juanra Urkijo. El primer edil jeltzale, que reconocía que la noche electoral resultó más tranquila que en 2019, cuando el escrutinio de Zalla se dilucidó por 19 votos, calificó los resultados como "positivos en general".

En Güeñes, el PNV acusa la problemática en torno a la contaminación de la planta de biomasa de Glefaran. Recogió el 46% de los votos, sin embargo, con EH Bildu le recortó 420 ante el descalabro de Elkarrekin Podemos.

El partido jeltzale también ganó en Artzentales, Galdames, Gordexola, Lanestosa, Sopuerta y Turtzioz.