EL arranque del curso político está siendo mediatizado por la complicada situación económica y las perspectivas de unos próximos meses aún muy duros ante el escenario de la guerra en Ucrania que se prevé aún para largo y, también, por el condicionante de un intenso y ya cercano calendario electoral. El pleno de política general del pasado jueves en el Parlamento Vasco y la celebración ayer del Alderdi Eguna del PNV han sido los puntos álgidos que permiten vislumbrar por dónde discurrirá la política en Euskadi en un futuro más o menos inmediato. La formación jeltzale volvió a mostrar su vigor en Foronda en un acto que fue de nuevo multitudinario después de que en los dos años anteriores la militancia no pudiera acudir a la tradicional cita debido a la pandemia. La presencia de miles de personas en las campas, ya sin restricciones, permitió comprobar la unidad y la fortaleza internas con la que el PNV ha fijado sus prioridades de acción política y afronta los retos de cara al futuro. Mientras, tanto el pleno de la Cámara como los actos de arranque de curso de los partidos han mostrado dos aspectos a tener en cuenta. Por una parte, el carácter de clima electoral que las formaciones están imprimiendo a sus apariciones públicas y ofertas a la ciudadanía, incluidas presentaciones o anuncios de candidatos. Por otra, la gran mayoría de partidos han mostrado su disposición –más matizada y condicionada en unos casos que en otros– hacia la consecución de grandes pactos de país como los que propuso el lehendakari, Iñigo Urkullu, para hacer frente a la situación de crisis. Es habitual, sin embargo, que, a medida que se acerca la cita con las urnas, el ambiente de lucha por el voto suela impedir el logro de acuerdos. En todo caso, la pugna electoral no debiera ocultar ni minimizar los importantes desafíos a los que se enfrenta la ciudadanía. No basta, por tanto, con una genérica disposición a llegar a los acuerdos que ha puesto encima de la mesa el lehendakari, y menos aún si esta es condicionada a la aceptación de los postulados propios, sino que hace falta actitud y voluntad de colaboración real. Asimismo, tal y como planteó ayer el líder del PNV, Andoni Ortuzar, el tiempo que queda hasta el fin del mandato de Pedro Sánchez es clave para concluir el desarrollo del Estatuto mediante el cumplimento de los compromisos adquiridos por el Gobierno español.