La transformación digital de la industria, la denominada Industria 4.0, es un proceso en el cual se encuentran inmersas grandes y pequeñas organizaciones empresariales y que implica la aceptación de una serie de cambios que llegan de la mano de las tecnologías digitales.

Defensores de las ventajas que está aportando esta transformación al mundo industrial y conscientes de los cambios que ello requiere, DEIA ha reunido a profesionales de diversos ámbitos para debatir sobre cómo debe enfocar la empresa vasca los cambios que le acechan, los problemas a los que se enfrenta y, por supuesto, analizar todo el horizonte que se abre de cara al futuro.

Manuel Baraza, director de Industria, Energía y Utilities de Ibermática; Mikel Altuna, director de Innovación de ULMA Handling Systems; David Villares, responsable de Compras de Hospital Quirónsalud Bizkaia; y, Aitor Cobanera, director de Innovación y Tecnología de la SPRI han puesto sobre la mesa cuáles son los pasos que está dando la empresas vasca en la implantación de tecnología y cuáles son los retos a los que se enfrenta.

El primero en tomar la palabra, Manuel Baraza, puntualiza lo que a grandes rasgos representa la Industria 4.0, “ante todo una transformación. Es el comienzo de una era, no una ola”, destaca. Insiste en que como toda transformación, lo primero que genera es incertidumbre en el tejido industrial y añade que el cambio que se está registrando en cada organización se está llevando a cabo de manera diferente y con distintos ritmos según el tamaño de la empresa y también del sector al que pertenezca. “Ahora bien, sí te puedo asegurar -señala- que la transformación digital va a llegar a todas las empresas y a todos los sectores más tarde o más temprano, y que tiene que producirse de manera integral y global en todas las áreas y departamentos de la organización”.

En una primera presentación de la situación, Baraza identifica dos consideraciones como los puntos fuertes de dicha transformación. Por un lado, estamos ante un reto con doble filo, ya que si bien representa una gran oportunidad para las empresas, en caso de no afrontarla correctamente puede llegar a ser peligrosa y hundir a la empresa.

Por otra parte recalca, que no se trata de adaptarse a los cambios que genera la digitalización, ni mucho menos. “No se trata de modernizar el mismo camino por el que ya transitábamos, no se trata de hacer más bonito lo que ya hacíamos... se trata de encontrar un camino nuevo, totalmente alternativo hacia el objetivo último que no es otro que aportar valor al cliente desde la diferenciación”.

Para Mikel Altuna todas las tecnologías que integran la Industria 4.0 son herramientas que generan valor. La transformación de la que hablamos va más allá -puntualiza-, no solo va a llegar del uso de las tecnologías, sino que debe haber un enfoque más abierto, un enfoque de negocio.

“Aquellas empresas que hayan dado el salto hacia dicha transformación digital pero únicamente bajo el punto de vista tecnológico no van a conseguir mucha mejora”. “Es un enorme error”, subraya.

“Cualquier iniciativa de Industria 4.0 en una compañía tiene que buscar la generación de valor. Las iniciativas aisladas y puramente tecnológicas sin una visión global del negocio no van a servir de nada a la organización que le aplique”.

Otro de los retos que destaca Altuna es abrir los proyectos de Industria 4.0 a la totalidad de los departamentos de la empresa. “Tiene que darse un enfoque global dentro de la compañía para que los resultados sean los esperados”.

El director de Innovación de ULMA Handling Systems defiende la estrategia de mejorar lo que ya estábamos haciendo gracias a las tecnologías que tenemos a nuestro alcance, por cierto, unas tecnologías que cada vez están más democratizadas.La implicación de estas tecnologías al mundo de la salud es el ámbito que domina David Villares. Para el director de Compras e Inversiones del Hospital Quirónsalud Bizkaia, la Industria 4.0 representa una gran oportunidad en el campo de la salud. “Tomando como punto de partida que ya contamos con el know-how, las oportunidades que nos abren los proveedores de los servicios tecnológicos están siendo numerosas. Algunos de estos nuevos horizontes nos permite alcanzar la excelencia pero también nos estamos encontrando con situaciones nuevas que nos permiten explorar hacia otros caminos y vías de negocio que hasta el momento no habíamos percibido”.

La percepción de Cobanera, desde la vertiente de la empresa pública, es otra. A su modo de ver las cosas, hablar de oportunidades queda ya obsoleto. “ A día de hoy, la Industria 4.0 es una necesidad”.

“Todo el entramado empresarial, ya sean grandes compañías o pymes, bien de servicios o pertenecientes a cualquier otro sector, tienen que explorar en la Industria 4.0”, afirma contundente Cobanera.

Insiste en la importancia de saber diferenciar lo que supone la digitalización (ganar en eficiencia, productividad...) y la transformación digital de la empresa, que afecta a toda la estrategia y a todos sus ámbitos, a una mayor relación entre los departamentos, a la conectividad interna y externa...

Los cuatros expertos están de acuerdo en que todas las herramientas tecnologías que engloba la Industria 4.0 aportan valor, y argumentan cómo todas estas tecnologías (robótica, análisis de datos, inteligencia artificial, tecnologías cognitivas, nanotecnología), se han democratizado en la actualidad.

Profundizando aún más, definen la Industria 4.0 como el nuevo panorama que se abre a las empresas que tienen producto, cliente y servicio que ofrecer? Esto quiere decir, que una empresa por el mero hecho de transformarse y digitalizarse no va a mejorar. “Si antes lo estaba haciendo bien con la transformación digital lo va a hacer mejor pero si hasta ahora lo estaba haciendo mal, va a seguir haciéndolo mal o peor”, puntualiza Cobanera.

A la pregunta de a qué tiene que ayudar la Industria 4.0, el director de Innovación y Tecnología la SPRI apunta hacia la generación de mayores ventas, mayor valor añadido, más empleabilidad, empleo de más calidad? pero en todo momento con una visión de cliente. En la misma línea, Cobanera señala que a nivel de usuarios, la transformación digital está siendo más rápida que a nivel empresarial. “Los clientes son cada vez más digitales, lo que nos lleva a pensar que dentro de poco no va a quedar más remedio que utilizar todo ese mundo para llegar a ellos”.

El camino por recorrer para alcanzar la transformación digital es otro de los temas a debate. Cobanera entiende que para las grandes compañías es más sencillo hacer frente a los cambios que este proceso requiere, o ven más rápida la necesidad de cambio frente a las pequeñas empresas que se encuentran en el camino con limitaciones como, por ejemplo, disponer de menos recursos o tener que recurrir a expertos para poder estructurar en sus organizaciones los cambios que se necesitan. “De la noche a la mañana no se puede ser tecnológico digital”, argumenta, “pero aún teniendo en cuenta las limitaciones que he mencionado, creo que merece la pena iniciar el proceso de cambio por parte de todas las empresas, grandes y pequeñas”.

Analizando los ritmos que cada organización está aplicando en el proceso de transformación, Baraza habla de varios debido a tres aspectos concretos. El primero de ellos tiene que ver con el ciclo económico del que venimos, francamente bueno y bastante largo. A su entender, en ocasiones uno tiene que sentir una cierta presión para cambiar determinadas cosas. El hecho de plantearse nuevas formas de gestionar una organización puede crear ciertas reticencias, sobre todo en tiempos de bonanza.

El segundo de los aspectos a los que Baraza hace mención tiene que ver con los sectores. Hay elementos sectoriales como el de la automoción, alimentación o farma en los que la digitalización se ha hecho muy fuerte. No hay más ver, puntualiza el director de Ibermática, cómo nuestras empresas han pasado de vender piezas a vender piezas con datos. Se trata de sectores en los que la demanda de la digitalización se acelera, en donde hay grandes compañías a nivel mundial que tiran de ello. Por último, hace mención hacia por dónde comenzar con la transformación.

En respuesta a la pregunta de qué es lo que hace que no acaben de despegar todas las compañías en este proceso de transformación digital, el director de ULMA Handling Systems apunta a que en muchas ocasiones los responsables de tomar la decisión sobre en qué invertir la primera partida para comenzar con el proceso, no saben por dónde empezar. Aquí surge la equivocación conceptual a la que ya se ha hecho mención anteriormente, el hecho de pensar que solo hay que cambiar algunas cositas relacionadas con la tecnología. Esto, como ya hemos señalado, es un grave error. Lo primero en lo que hay que invertir, subraya Altuna, es partiendo desde un punto integral de la compañía, revisando su estrategia y adaptándose al nuevo escenario.

A veces es difícil convencer dentro de las propias organizaciones que los cambios a los que deben hacer frente requieren un tiempo y que será pasado ese tiempo cuando comiencen a dar frutos. Altuna se muestra partidario de no tener prisas en sacar un producto a la calle, “ya que a veces, las mismas prisas matan el proyecto”. Añade que hay que tener en cuenta la cadena de valor de los productos y también convencer a las unidades de decisión de las organizaciones que esta transformación requiere un tiempo”.

El responsable de Compras del Hospital Quirónsalud Bizkaia defiende las posturas de sus compañeros de mesa en base a la integración de toda la organización en el cambio, pero va más allá, al afirmar que hoy en día la innovación no genera valor de inicio, sino que necesita un ecosistema donde se den los pasos necesarios para que se produzca la transformación y, por supuesto, la implicación por parte de todos los departamentos de la organización.

Respecto a sobre si el tejido empresarial vasco está preparado para hacer frente a los cambios que implica la Industria 4.0, Villares lo tiene muy claro, e incluso afirma que en su sector se están alineando todos los astros, como el know how, innovación, industria, capacidad tecnológica y de tracción y también la inversión para generar el entorno que necesita la transformación digital.

Desde la perspectiva que le otorga su responsabilidad en Ibermática, Baraza puntualiza que en Euskadi tenemos las sensibilización y la predisposición para poder llevar a cabo los cambios; seguramente sabemos hasta lo que tenemos que hacer pero tiene dudas sobre sí la empresa vasca sabe cómo afrontar esos cambios. Según su visión, la transformación digital es un proceso largo en el tiempo, del que ahora mismo estamos sentando las bases. “Creo que vamos por el buen camino y que estamos en unos niveles muy buenos en comparación con otras regiones de Europa pero también que hay que ser prudentes”, corrobora. No obstante, argumenta, una de las ventajas de Euskadi sobre el resto de regiones es su cultura colaborativa.

Altuna no deja pasar por alto que Euskadi cuenta con el ecosistema necesario para llevar a cabo la transformación digital que requiere la Industria 4.0. Además de contar con centros de investigación a nivel puntero, pone en valor el apoyo institucional que están recibiendo las empresas vascas, sobre todo por parte del Gobierno vasco.

“Hoy en día sigue siendo difícil lanzar al mercado ciertos proyectos innovadores pero en Euskadi, gracias a la SPRI y a otras organizaciones, es posible que ciertos proyectos vean la luz”, agradece Altuna.

Cobanera, como director de Innovación y Tecnología de la SPRI, tiene mucho que decir sobre el papel que tienen las instituciones para alcanzar la implantación de la Industria 4.0 en el entramado industrial vasco. A su juicio, en épocas recientes, la empresa vasca ha sido capaz de adaptarse a otros cambios como la globalización o la apuesta por la calidad..., procesos que han servido para que Euskadi se encuentre hoy en una posición privilegiada frente a que otras regiones a la hora de afrontar la Industria 4.0.

Cobanera destaca por encima de todo la importancia que tiene en el proceso de cambio el efecto tractor de las grandes compañías sobre el tejido de pymes. Hay que entender que por tamaño y recursos son las grandes compañías las que son punta de lanza de esta transformación pero este esfuerzo tiene que servir para que las pequeñas organizaciones caminen en la misma dirección.

Tecnologías diferentes La Industria 4.0 abarca tecnologías que van desde la robótica , el análisis de datos, la inteligencia artificial, la nanotecnología, el Internet de la cosas... Cada una de ellas está madurando de una forma diferente.

En este apartado, Baraza no pasa por alto la idea de que la aplicación de cualquiera de las tecnologías habilitadoras de manera independiente es, a su juicio, todo un error. De nuevo, insiste, en la importancia de proceder con las tecnologías digitales de manera global e integral en todos los departamentos de la empresa.

“Cualquier pensamiento parcial en este proceso acaba siendo negativo”, y enlaza esta idea con la defensa de las plataformas para conseguir la integración de todos los departamentos de la empresa en torno a la transformación digital.

Los cuatro ponentes se reafirman en la teoría de que no hay que elegir entre unas tecnologías u otras.

Para Altuna, “habrá unas que sean más beneficiosas que otras pero lo importante es pensar en esas tecnologías como un medio para llevar a cabo la transformación digital que supone la Industria 4.0 de manera integral”. No obstante, resalta, a la hora de elegir entre ellas, cada organización valorará las que más valor le generen a su negocio”.

Hoy en día, corrobora, acceder a la tecnología no es el problema, la cuestión es cómo aplicarla. “Es ahí donde hay que actuar bien”.

En este proceso de cambio han surgido también una serie de conceptos como velocidad, servitización, sensorización... que tienen mucha repercusión. La información y el análisis de datos no puede pasar por alto. Hasta ahora -en palabras de Baraza-, existían silos instrumentales de información en las compañías. “Estos silos deben romperse si queremos dar el salto, una ruptura que requiere de mucha inteligencia y mucha colaboración”, apunta.

Según los ponentes del encuentro, esta ruptura no está resultando fácil, ya que aún sigue existiendo un cierto recelo en las empresas de compartir la información entre distintas compañías.

Para Baraza, “sin fluidez organizacional no hay progreso empresarial”.

El campo de la logística es uno de los grandes beneficiados con la transformación digital. Resulta evidente, y así lo expone Altuna, el cambio que se ha dado en el proceso de compra de cualquier artículo o servicio hoy en día. Este cambio ha supuesto variaciones en todo el proceso que acarrea por detrás. El director de Innovación de ULMA Hadling Systems pone varios ejemplos. “Queremos productos más personalizados, más unitarios, los tiempos de entrega tienen que ser menores, el envío gratis....”. Para conseguirlo hay que trabajar en la cadena logística o de valor, y en el camino, hay que apoyarse en la tecnología. Herramientas como la automatización han sido de gran ayuda.

La salud es otro de los campos que camina de la mano de la transformación digital. “Nuestra meta es, según añade Villares, la búsqueda de la excelencia en el cuidado de la salud del paciente y eso se entiende como la búsqueda de la mejora continua en la experiencia del paciente, que hoy en día pasa únicamente por la implantación de la tecnología”.

Bajo este prisma, las herramientas que se utilicen en esta búsqueda van a estar supeditadas a esa mejora continua, siendo el propio paciente quien genere al mismo tiempo valor e información.

El Hospital Quirónsalud de Bizkaia es todo un ejemplo de implantación de tecnología al servicio de la salud. La medicina personalizada es una de las áreas en las que está trabajando actualmente, y también en la de detección o diagnóstico, cuyo reto es la simplificación y rapidez a la hora de evaluar, cribar y procesar resultados.

En el primero de los campos, Hospital Quirónsalud Bizkaia se encuentra inmerso en un proyecto de colaboración para desarrollar una plataforma que integre el conocimiento de un profesional médico, clínica del paciente y el proceso de fabricación aditiva. Se trata del proyecto Plataforma Medicina Personalizada, medicina personalizada que gracias a la fabricación aditiva permite realizar cirugías más precisas con guías y prótesis, exclusivas y adaptadas a cada paciente. Esta iniciativa permite al especialista realizar previamente las cirugías sobre el biomodelo y ayuda a determinar qué técnica es la más adecuada, más efectiva y menos invasiva. Además, el paciente puede ver y experimentar con los diseños y modelos en 3D de las prótesis, previo a la cirugía, para comprender de primera mano la intervención.

Otra iniciativa en la que está colaborando actualmente Quirónsalud Bizkaia, junto a ULMA, tiene que ver con la implantación de un dispositivo que permita valorar de forma ágil y eficaz el estado del cerebro del paciente tras sufrir un golpe en la cabeza. El objetivo es determinar la presencia y ubicación del lóbulo de las hemorragias intracraneales al producirse un impacto en la cabeza (accidente deportivo, por ejemplo).

Tras este recorrido por algunos de los sectores que ya se están beneficiándose de la implantación de las tecnologías digitales, Cobanera profundiza en el papel que tiene la SPRI.

Recalca la importancia de los talentos y de contar con personas con competencias. “No solamente de los profesionales que salen de la universidad y disponen de formación. También hay que tener en cuenta a aquellos trabajadores que están ya dentro de las organizaciones y que tienen que aprender y subirse al carro de la digitalización”.

El director de Innovación y Tecnología de la SPRI tiene claro que la transformación digital va a llegar a la industria vasca antes o después, y puntualiza que cuanto antes mejor. Para conseguirlo, la SPRI pone a disposición de la empresas herramientas como por ejemplo Ebay 4.0, el Centro Vasco de Ciberseguridad; así como actuaciones con el fin de formar talentos o acercar la innovación a las start-up, entre otras.

Ciberseguridad El peso de los datos en las organizaciones ha hecho que la ciberseguridad, área relacionada con la informática y la telemática que se enfoca en la protección de la infraestructura informática y todo lo relacionado con esta, esté de plena actualidad.

Los cuatros expertos presentes en el Encuentro DEIA puntualizar que el nivel de exigencia en materia de seguridad debe ser muy alto en las organizaciones. Para Altuna, al igual que para el resto de los presentes, la seguridad hay que aplicarla desde el diseño, desde las fases iniciales, “no se puede aplicar como un parche”.

La concienciación en todos los campos y sectores es hoy el objetivo, y eso, concluyen, cómo en Euskadi tenemos la suerte de contar con empresas referentes a nivel mundial en materia de ciberseguridad.