El viceconsejero de Vivienda del Gobierno vasco, Miguel de los Toyos, ha puesto esta mañana cifras a la crisis de oferta que está elevando los precios del mercado inmobiliario: Euskadi necesita construir 6.500 viviendas al año en los próximos cinco lustros para satisfacer la demanda, sin embargo, actualmente se levantan una media de 5.000, por lo que “tenemos un déficit de 1.500 viviendas al año”. De los Toyos ha clausurado hoy el acto de presentación del informe sobre la contribución socieconómica y fiscal de la industria de la construcción en Euskadi por parte del clúster del sector, Build Inn, cuyo presidente, Alberto Marín, ha coincidido en que “la vivienda es hoy una verdadera emergencia social”.

“Esta es una visión que compartimos desde el clúster y que asumimos con corresponsabilidad, nos comprometemos como industria a ser parte de la solución a esta crisis”, ha apuntado. Según el viceconsejero, antes de que estallara la crisis de 2008, en Euskadi se construían de media 10.000 viviendas al año, una cifra que en los últimos diez años ha bajado a la mitad. “La pandemia ha tenido un efecto importante, la crisis de suministros impactó intensamente en los costes, que se han elevado más de un 30%, y todo esto unido a la escasez de suelo y a una burocracia que dilata los plazos de las operaciones son ingredientes para una tormenta perfecta como la que estamos padeciendo”, ha explicado.

Ricardo Barkala, Alberto Marín, Andima Ormaetxe, Miguel de los Toyos, Jon Ansoleaga y Jordi Esteve Cedida

De los Toyos ha reconocido que la presión de la demanda y sus consecuencias sobre los precios va a continuar y ha aportado otro dato: según el INE, en los próximos 15 años se crearán 96.000 nuevos hogares en Euskadi, una realidad que implica la necesidad de construir 6.500 viviendas al año en ese periodo. Y por este motivo su departamento se ha comprometido a llegar a las 7.000 anuales durante esta legislatura, una apuesta en el que la construcción tiene mucho que aportar.

“Actualmente nos enfrentamos a una crisis de oferta; aunque la capacidad del sector está creciendo, no lo hace al ritmo que la sociedad demanda”, ha subrayado Marín. “La industria de la construcción en Euskadi atraviesa un proceso de transformación profundo. Factores como la inflación, la escasez de vivienda asequible, los objetivos climáticos del 2030 y la falta de talento nos impulsan claramente a un cambio estructural del sector hacia un modelo más industrializado (...) Desde el clúster entendemos que la industrialización es y va a ser clave para acometer estos desafíos”, ha señalado. “Esa industrialización nos permitirá aumentar la edificación de viviendas y edificios en menos tiempo, reducir sus costes operativos, avanzar en la descarbonización y mejorar las condiciones laborales de las personas trabajadoras a través de la tecnificación y la digitalización”, ha agregado.

Contribución económica

El informe que ha presentado esta mañana Build Inn, elaborado en colaboración con PwC Consulting, destaca que la industria de la construcción vasca generó 10.700 millones de euros el año pasado, el equivalente al 13% del PIB de Euskadi, una contribución que ha crecido un 41% en los últimos cuatro años. A esto se suma su efecto multiplicador: por cada euro de PIB generado directamente se producen 2,5 euros adicionales en la economía vasca.

En términos de empleo, el sector representa el 12,4% del total de los ocupados en Euskadi, con 122.031 puestos de trabajo a tiempo completo. Según los datos del clúster, la industria aportó además 2.237 millones de euros a las arcas públicas, lo que supone el 11,8% de todos los ingresos tributarios de Euskadi el año pasado, con un fuerte incremento del 54% en su aportación respecto a 2019.

Otro dato a tener en cuenta es su contribución al comercio exterior. En concreto, la industria de la construcción alcanzó la cifra récord de 1.831 millones de euros exportados en 2022, que supone una aportación del 8,2% al superávit de la balanza comercial de Euskadi.