Euskadi encadenó en mayo cuatro meses de crecimiento de afiliación a la Seguridad Social y se encuentra en máximos históricos. Y este crecimiento fue, una vez más, más notorio entre las mujeres que entre los hombres, sin embargo, quienes conocen y estudian el mercado de trabajo, alertan de que todo el empleo femenino se está creando en servicios. Tiene lógica, teniendo en cuenta que es el sector que más puestos de trabajo está generando, pero al mismo tiempo perpetúa la actual brecha de género. “Uno de los problemas consagrados que se repiten año tras año en las estadísticas y que se mantiene es la segregación horizontal, es decir, la segregación por ocupaciones entre hombres y mujeres. Tenemos una muy alta sobrerreprestanción de mujeres en servicios, muy baja en industria y todavía más baja en construcción”, asegura Goio Martín, de CCOO.

De hecho, según un estudio reciente del Ministerio de Trabajo sobre la situación de las mujeres en el mercado de trabajo, ellas representan el 61,5% de las personas afiliadas en comercio al por menor (a excepción de vehículos a motor y motocicletas), el 73,9% en actividades sanitarias, el 66,3% en educación y el 53,5% en hostelería. “Cuando hay buenas noticias de empleo es porque está habiendo incrementos en estos sectores y, por lo tanto, estamos aumentado más la brecha. Eso luego repercute en los ratios ocupacionales y en las brechas salariales”, añade.

Josu Ferreiro, catedrático de Economía en la UPV/EHU, coincide en el análisis. “Si analizamos los datos vemos que todo el empleo creado en las mujeres ha sido en el sector servicios, han bajado en agricultura, en industria y en la construcción. Toda la creación de empleo femenino se está generando en servicios”, explica. “Históricamente, el crecimiento de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo no se ha traducido en las mismas condiciones que los hombres y ese es un problema que sigue perpetuándose”, lamenta.

Y es que, como apuntan, en servicios, las condiciones de trabajo tienden a ser menos favorables e, incluso, precarias que en otros sectores. “Una economía basada en servicios lo que trae es un empeoramiento de las condiciones laborales, porque en este sector hay más inestabilidad, los sueldos suelen ser más bajos y hay mayores tasas de temporalidad y parcialidad”, sostiene Edurne Larrañaga, miembro de la Fundación Ipar Hego.

“Estamos en un número de afiliación de máximos históricos y esto significa que más gente está buscando empleo, que está pasando de una situación inactiva a una activa. Respecto a las mujeres, la lectura que hacemos es que, ante la carestía de la vida, los sectores más vulnerables se han puesto a buscar empleo. Este paso de la inactividad a la actividad se está dando en un número muy elevado en personas dedicadas a las labores del hogar y limpieza, que en su mayoría son mujeres. Cuando hablamos de afiliación, hablamos del régimen general, por lo tanto la economía sumergida no la podemos llevar tanto a datos, pero lo que vemos ahí es que el 88% de la afiliación creada en el último año es en el sector servicios”, explica.

Otro dato a destacar: mientras que, entre las mujeres, el empleo público sube de forma considerable, el privado disminuye y mucho. “El empleo que se está creando, fundamentalmente, es empleo público. Las mujeres se están concentrado en servicios en el sector público. Y, en el sector privado, el que está tirado de la actividad económica es el comercio”, apunta Ferreiro.

Temporalidad y parcialidad

Una de las características del sector servicios es que concentra mayores tasas de parcialidad y temporalidad. “Que en estos sectores estén los mayores ratios de parcialidad y temporalidad hace que luego nos den las brechas”, señala Goio Martín. “Las mujeres representan el 75% de los empleos temporales”, advierte. Por ejemplo, las tasas de parcialidad son del 25% entre las mujeres y del 7% entre los hombres, mientras que la temporalidad es del 24% entre ellas y del 17% entre ellos.

Además, estamos ahora en época estival, cuando aumentan los contratos temporales y a tiempo parcial. “El año pasado vimos la interrupción de muchos contratos fijos discontinuos, sobre todo de mujeres. Pasó en sectores feminizados como puede ser la limpieza, comedores, ligados a la educación. Y creemos que este verano va a pasar lo mismo. Mientras que los sectores ligados al turismo van a crecer, la reforma laboral del Estado ha permitido y está permitiendo que, ahora en verano, mucha parte de la contratación fija discontinua se suspenda. Es decir, muchas mujeres van a pasar las vacaciones sin sueldo y sin cotizar”, subraya Edurne Larrañaga.

Según Ipar Hego, el año pasado el 65,13% de los contratos fijos discontinuos de mujeres se suspendieron de mayo a agosto. En cifras supone que en mayo había 27.058 mujeres con contratos fijos discontinuos trabajando y que, en agosto, bajaron a 9.435, unos 17.600 menos. Respecto a la temporalidad, todos alertan de que la reducción que trajo la reforma laboral no solo se ha estancado, sino que en los últimos meses se está viendo de nuevo que está incrementando.