El Grupo Mondragon ha conseguido hacer frente a un duro 2023 marcado por los conflictos geopolíticos y sus repercusiones en la economía y, en este contexto, logró batir un récord de facturación, al superar por primera vez los 11.000 millones en ventas. Afrontará de este modo con una sólida base el presente ejercicio, en el que la incertidumbre no ha desaparecido a pesar de lo cual su facturación ha crecido un 4,4% en el primer cuatrimestre.

Los resultados dados a conocer ayer por la alianza cooperativa con sede en Arrasate apuntan a crecimientos en todos los aspectos de su actividad. El aumento del 5,1% de las ventas de sus cooperativas hasta alcanzar los 11.056 millones de euros viene acompañado por un ligero incremento de sus plantillas y un mayor esfuerzo inversor. En 2023, el grupo empresarial destinó 369 millones de euros a este capítulo, lo que significa elevar la cifra un 6,4% con respecto al año anterior.

El presidente del Grupo Mondragon, Iñigo Ucín, valoró estos resultados, más aún cuando se producen “en un contexto de incertidumbre, condicionado por varios conflictos internacionales y sus consecuencias en los mercados”. Su consolidada posición se refleja en una fuerte rentabilidad, con un Ebitda de 1.486 millones de euros y un significativo repunte del 34,7%, y en unos beneficios que ascienden a 593 millones de euros. Además, la buena evolución que marca el presente ejercicio, en la línea según Ucín de años anteriores, sitúa a la alianza cooperativa con fortaleza para los próximos meses.

Una de las divisiones más fuertes del Grupo Mondragon es la industrial, donde se registra una facturación de 5.036 millones de euros con un crecimiento de casi cuatro puntos porcentuales y unos beneficios de 256 millones obtenidos por una plantilla integrada por 27.487 personas. En este punto, Mondragon subrayó que durante el pasado año se logró un ligero incremento del empleo industrial, y se localizó en Euskadi frente a cierta caída de puestos de trabajo internacionales del 2,6% hasta llegar a las 9.854 personas.

Las diferentes actividades que se integran en la división industrial han tenido, por lo general, comportamientos positivos aunque con excepciones. En Componentes, la línea blanca no consigue recuperar los niveles que presentaba en el primer semestre de 2022 lo que genera cambios tanto en la oferta como la demanda.

Tampoco 2023 ha sido favorable para Construcción, que ha sufrido un retroceso sobre todo en las especialidades de embalaje y confort en el hogar, pese a lo cual la alianza cooperativa mantiene su intención de invertir e impulsar proyectos de futuro. Equipamiento, por su parte, ha vivido un ejercicio de consolidación de los avances anteriores. Su medio plazo está asegurado por una fuerte cartera de pedidos resultado de la apuesta por diversificar y por fomentar proyectos de intercooperación entre varias cooperativas.

Comportamiento al alza

Otros sectores presentan una evolución manifiestamente positiva, y sus motivos reflejan la estrategia adoptada por las economías mundiales, que basan su crecimiento en la sostenibilidad y la digitalización. Automoción crece un 14% y regresa a los niveles prepandemia tras cuatro difíciles años. En esta recuperación ha tenido una intervención decisiva la innovación con el desarrollo de tecnologías avanzadas tanto para el vehículo eléctrico como para el tradicional de combustión. La evolución de esta actividad en China se refleja en que, según señaló el Grupo Mondragon, sus cooperativas han tenido más dificultades en este mercado. Europa, Norteamérica y China, en cambio, registran avances.

Los Bienes de Equipo también son motivo de confianza para la alianza cooperativa porque su cartera de pedidos ha crecido de manera notable gracias a las energías renovables, las prensas de estampación y las baterías. Por último, el crecimiento de Ingeniería y Servicios también superó el 12%, con proyectos ligados al ámbito de la sostenibilidad.