La confianza de los hogares vascos ha experimentado en el primer trimestre del año una "mejora relevante" de cuatro puntos, de forma que se va aproximando a valores positivos (-5), pero sin alcanzarlos y, pese a la "prevalencia de la cautela", es el mejor resultado de los últimos ocho trimestres, según el estudio de confianza de los hogares vascos realizada en el primer trimestre de este año y desarrollada por el Departamento de Estudios de Laboral Kutxa.

Estas conclusiones se desprenden de la encuesta realizada a 800 personas entre el 12 y el 24 de febrero, según ha precisado la cooperativa de crédito.

Entre los motivos que condicionan la confianza de los hogares vascos y que han sido determinantes en su pesimismo, desde el segundo trimestre de 2022, destacan dos, de una parte, el escenario inflacionista y de tipos de interés más elevados y, de otra parte, la inestabilidad geopolítica (mundial) que condiciona el recorrido del impulso económico.

Según Laboral Kutxa, ambos aspectos deberían ir mitigando su impacto, pero todavía están conteniendo la confianza de los hogares vascos que, no obstante, "confirma su perfil de mejora".

En concreto, el primer trimestre del año se mantiene en la tónica de "suave" mejora en el índice de confianza de los hogares vascos (+4 puntos) y ya roza la neutralidad (-5).

Los datos del primer trimestre de 2024 ponen de manifiesto que los hogares del Estado (-18) y la UE-27 (-16) apenas alteran su nivel de confianza y se mantienen en niveles similares a los del trimestre precedente (-1 en ambos casos). Por lo tanto, prevalece la cautela, por lo que la recuperación de la confianza sigue "contenida y anclada en un cierto pesimismo".

En este sentido, apunta que las previsiones de crecimiento económico para 2024 y 2025 (FMI2) para el Estado español (+1,5% y +2,1%) y Zona Euro (+0,9% y +1,7%) apuntan hacia unos valores más normalizados, cuyo cumplimiento dependerá "en gran medida de la continuidad de la rebaja inflacionista y del consiguiente recorte de los tipos de interés frente a cualquier factor de conflicto o inestabilidad geopolítica, con amplio impacto en la confianza de los agentes".

Las expectativas de los hogares vascos sobre la marcha de la situación económica general en los próximos doce meses mejoran ligeramente (+3), pero siguen siendo pesimistas (-18), sumando ocho trimestres consecutivos en valores negativos, de manera que persiste la "desconfianza" sobre la marcha de la economía general.

Así, a pesar de seguir siendo pesimistas, la mejora registrada se apoya en el recorte del grupo de hogares que cree que dicha situación será algo o mucho peor (42,5%; -5,2 puntos porcentuales), ganando peso los que sostienen que será similar (43,0%; +6,5 pp) y compensado el descenso del grupo que anticipa que será algo o mucho mejor (14,5%; -1,3 pp).

Laboral Kutxa ha precisado que se debe tener en cuenta que las expectativas de los hogares sobre la marcha de la actividad económica suelen ser más pesimistas de lo que los datos señalan, ya que la economía vasca creció el 1,8% en 2023, cifra" altamente positiva", que se acompaña de unos "datos históricos de empleo" (+1,7%, 16.805 puestos de trabajo más).   

EMPLEO

Precisamente, los hogares vascos inician 2024 mejorando sus expectativas sobre el desempleo (+6 puntos), que alcanzan el primer valor positivo desde el segundo trimestre de 2022.

Estos resultados confirman que, entre los hogares vascos, prevalece la confianza con respecto del mercado laboral vasco. Cerca de un tercio de los hogares (29,5%) estima que el paro disminuirá y menos de uno de cada cuatro (23,7%), que aumentará.

Estas expectativas de los hogares en relación con el desempleo están en consonancia con la evolución de la afiliación y paro registrado (promedio enero-febrero), ya que Euskadi registró 1.005.378 personas afiliadas (+1,7% interanual) y 110.887 personas paradas (-0,5% interanual), consolidando la tendencia a la baja (doce trimestres consecutivos).

Por otra parte, las expectativas de los hogares vascos sobre la economía de su hogar registran una nueva mejoría (+4 puntos), consolidando su recuperación y alejándose de los "peores valores" registrados en 2023.

Este resultado viene determinado por el aumento de los hogares que consideran que su situación va a mejorar (14,1%; +2,0 pp) o se va a mantener igual (65,1%; +2,5 pp), que se debe al descenso de los hogares que estiman que su situación va a empeorar (20,9%; -4,5 pp).

En el primer trimestre de 2024 los vascos prácticamente mantienen sus expectativas de ahorro (+1), lo que lleva a que el balance del índice sea ligeramente positivo (0,13) tras dos años con valores ligeramente negativos (-2, en 2022 y 2023, en promedio anual).

En el primer trimestre de 2024, casi dos de cada diez hogares vascos ahorrarán con seguridad (17,5%; +4,4 pp) y casi cuatro de cada diez señalan que probablemente ahorrarán (35,9%, -4,9 pp) mientras que el resto de los hogares apunta a que probablemente o con certeza, no lo hará (46,6%; +0,6 pp).

Los resultados del primer trimestre de 2024 muestran la mejora registrada en los cuatro componentes de la confianza de los hogares. El índice de confianza mejora (+4 puntos) aun siendo todavía ligeramente negativo (-5), lastrado por dos componentes que, pese a la mejora registrada, no llegan a alcanzar valores neutros o positivos.

Entre los dos componentes de la confianza de los hogares que siguen en negativo hay que destacar el pesimismo sobre la marcha de la economía general (-18) -en general, en una tónica "más persistentemente negativa", que supera el relativo a la economía del hogar (-5). La clara mejora de las expectativas sobre la evolución del desempleo y de la capacidad de ahorro (+6 y +1 puntos) conlleva que ambos indicadores parciales entren en valores positivos (+2 y +0,13), "traccionando de la mejoría registrada en la confianza de los hogares".

Por lo tanto, parece que los hogares vascos inician 2024 con un grado de confianza que "comienza a superar los envites de la excepcionalidad del último cuatrienio (2020-2021 y 2020- 2023), muy condicionado por argumentos de cierta excepcionalidad".

Los hogares vascos anticipan un escenario de menor crecimiento de los precios (1, +8 puntos) pero mantienen una valoración del momento de compra negativa (-23), en la que inciden otros factores distintos de los precios.

En concreto, el índice de expectativas de realización de grandes compras sigue "tibio" (-6, +1 punto), con una evolución tendencial plana", ya que se prevén volúmenes de grandes compras similares a los actuales.

La intención de compra de vivienda se mantiene en un nivel muy parecido a 2023 (menos del 0,5% de los hogares señala esta intención), en coherencia con el perfil de ralentización de las operaciones de compraventa de 2023 (-12,5%, sobre 2022).

No obstante, aumenta ligeramente la intención de compra de vehículo (5,5%, de los hogares), con un resultado que aflora "en un inicio de año prometedor", dado que la matriculación de vehículos nuevos en enero-febrero ha experimentado un crecimiento del 7,9%, en tasa interanual.