La anunciada OPA del grupo húngaro Magyar Vagon sobre al fabricante español de trenes Talgo aparece algo más despejada después de que el Gobierno central haya matizado en las últimas horas su rechazo a la adquisición, asegurando ahora que estará “vigilante” sobre la OPA. Fuentes del Ejecutivo expresaron a la agencia Europa Press esta primera reacción a la formalización de la oferta, bajando así el tono expresado en privado el pasado miércoles por el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien aseguró que el Gobierno hará “todo lo posible” por frenar esta operación, ante la sospecha de que tras el consorcio húngaro podría haber inversores rusos próximos al régimen de Vladimir Putin. Magyar Vagon quiere comprar el 100% de Talgo por 619 millones de euros, una operación que tanto el comprador como la empresa española creen necesaria para garantizar la estabilidad futura de la compañía, que tiene una de sus dos fábricas en la localidad alavesa de Rivabellosa.

El consejo de administración de Talgo confirmó esta semana por unanimidad que la OPA es “amistosa” y “atractiva” para los accionistas y tiene una opinión “preliminar favorable” sobre el precio de la oferta, que se lanza a 5 euros por acción. No obstante, el consejo de administración esperará a conocer el folleto de la OPA para poder analizarlo en detalle. Ese análisis se llevará a cabo principalmente sobre cuestiones como el mantenimiento del empleo y la capacidad industrial en España, así como la sede de la compañía. El principal accionista, Trilantic también ha expresado su intención de aceptar la oferta. Desde Trilantic la ven con buenos ojos teniendo en cuenta la prima que supone, pero quieren revisar detalladamente todas las aristas y les preocupa particularmente el plan industrial, así como el compromiso para preservar la españolidad del fabricante de trenes, dijeron a la agencia Efe fuentes cercanas. El capital de Talgo está actualmente en manos de los dos principales accionistas, Trilantic y Torreal, que en conjunto controlan en torno a un 45%, en tanto que casi un 55% está cotizando en bolsa. Según el consorcio húngaro, la operación pretende reforzar la capacidad industrial de Talgo y abrirle mercados estratégicos y en crecimiento en Europa. Añade que mantendrá en España la sede, la capacidad de fabricación y la actividad; así como el empleo, la marca y la relación comercial con Renfe. La empresa, Trilantic y Magyar Vagon tienen establecida una línea de colaboración para intentar salvar los posibles vetos que presente el Gobierno central y para convencer también a las entidades financieras que poseen avales de Talgo.

De salir adelante la OPA, el grupo combinado resultante tendrá una facturación superior a los 700 millones de euros y una plantilla global de 5.500 empleados, con operaciones en Europa, Estados Unidos, norte de África y Oriente Medio, según las fuentes húngaras. En 2023 Talgo facturó 652 millones de euros.