El hidrógeno se ha identificado desde instancias europeas como un elemento imprescindible para la transición energética hacia una economía neutra en emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). 

Por un lado, puede almacenarse a largo plazo y en grandes cantidades, lo que facilita la integración masiva de las energías renovables en el sistema energético al acoplar generación y consumo. Por otro, también posibilita el transporte de la energía sin utilización de la red eléctrica.

Objetivos para 2030

En este sentido, el objetivo principal de la Estrategia Vasca del Hidrógeno es establecer las condiciones para la producción de hidrógeno renovable, su almacenamiento, transporte y distribución en el mercado local y, al mismo tiempo, que sirvan de base para establecer un centro logístico con relevancia en el mercado internacional de exportación

Para ello, el documento cuenta con un Plan de Acción que incluye 58 líneas de actuación orientadas a la consecución de unas metas para el año 2030. Estos objetivos incluyen toda la cadena de producción hasta los diferentes usos finales y se estructuran en torno a seis ejes; producción, almacenamiento, transporte y distribución, usos finales, desarrollo industrial y tecnológico, mercado y marco regulatorio y aspectos transversales

En lo que respecta a los objetivos de producción, el documento plantea alcanzar una potencia instalada de electrolización de 300 megavatios (MW), que la totalidad del hidrógeno producido sea de origen renovable o bajo en carbono, así como una producción anual de 2.000 t/año de combustibles sintéticos

La Estrategia también recoge que el 90% del hidrógeno consumido en la industria como materia prima sea de origen renovable o bajo en carbono, y que suponga un 5% del consumo energético total del sector industrial. Cuando los usos finales sean en edificios, el documento prevé 10 proyectos piloto de uso de hidrógeno en estas instalaciones. 

Para el transporte y movilidad, se estima una flota de 20 autobuses de hidrógeno en Euskadi, 450 vehículos de transporte de mercancías, y una red pública de 10 hidrogeneras repartidas en los territorios. 

Inversión

Se estima que la consecución de estos objetivos implicaría la realización de inversiones por valor de entre 910 y 1.510 millones de euros, lo que permitiría una producción de 100.000 toneladas de hidrógeno de origen renovable o bajo en carbono en 2030. En función del peso de cada sector o de la ruta tecnológica en el reparto de consumo, esto supondría un ahorro de energía no renovable cercano a las 300.000 toneladas de petróleo, lo que equivale al consumo aproximado de 350.000 viviendas y a una disminución de las emisiones de GEI de entre 590.000 y 790.000 toneladas de dióxido de carbono. 

Finalmente, con el objetivo de asegurar el despliegue, seguimiento y evaluación de la Estrategia, está prevista la creación de una estructura de gobernanza constituida por un comité de seguimiento, un equipo de monitorización, así como los grupos de trabajo necesarios para abordar en profundidad los diferentes retos que aparezcan en el desarrollo de las líneas de actuación.

Estrategia Energibasque

El hidrógeno ha sido incorporado como una nueva área de la Estrategia Energibasque en sintonía con el interés y capacidades existentes en el ecosistema vasco. Energibasque es la estrategia de desarrollo tecnológico e industrial de Euskadi, uno de los ejes de la Estrategia Energética de Euskadi para el 2030. Su objetivo principal es conseguir convertir a los territorios en polo de conocimiento y referencia de desarrollo industrial en el sector de energía a nivel mundial.