Tras un 2021 récord, la incertidumbre y el alza de los tipos de interés frenó el año pasado la evolución del Private Equity, pero Juan Alcibar, socio de fusiones y adquisiciones (M&A) de Pricewaterhouse Coopers, anticipa un cambio de tendencia a partir del segundo semestre de este ejercicio. .

¿Qué diferencia el Private Equity de otros tipos de inversión? 

El Private Equity o capital riesgo, es un vehículo de inversión en el que una serie de inversores, que puede ser desde fondos de pensiones, hasta inversores privados, prestan dinero a unos equipos gestores que van a destinar esos fondos a empresas para más tarde desinvertir y generar rentabilidad. En ese proceso, ayudan a las compañías a crecer y transformarse, porque ese es el perfil del capital riesgo: obtener una rentabilidad para los inversores y ayudar a avanzar a la compañía en la que se invierte. 

¿Qué penetración tiene en Euskadi? 

El mundo del Private Equity es muy amplio, ha evolucionado una barbaridad los últimos seis o siete años. Y han aflorado muchos proyectos. Algunos se han especializado en sector, otros en zonas geográficas. En Euskadi, Talde es un actor muy importante, pero en los últimos años se ha creado ABE Capital, Stellum en Donosti, entre otros. Han aflorado muchos fondos de capital riesgo y muchos inversores creen que es una buena herramienta para buscar rentabilidad. Sobre todo en un tiempo en el que los tipos de interés han sido muy bajos .

Hay interés por invertir en Euskadi y también capital local disponible para hacerlo.

Es cierto. Hay inversores que están confiando en el potencial inversor de Euskadi y eso ocurre precisamente porque el grado de penetración del Private Equity en Euskadi, comparado con el Estado y sobre todo con Europa, es bastante más bajo. Esto, unido al tejido industrial y las empresas potentes que hay en Euskadi hace que muchos fondos estén pendientes de lo que ocurre aquí. Vivo en Bilbao pero viajo mucho a Madrid y el interés por conocer compañías vascas es muy elevado. Otra cosa es que ese interés desemboque en una operación. En general estamos en un contexto inversor bastante extraño para el capital riesgo.

¿Es buen momento para invertir?

El año 2021 fue muy bueno en general y en el caso de Private Equity alcanzó su récord absoluto, lo que hizo también que los precios de adquisición de las compañías se inflacionaran. Y, de repente, a partir del segundo trimestre de 2022 empezaron a notarse indicios de que se podía parar la actividad, lo que se confirmó en el segundo semestre del año pasado y en el arranque de este ejercicio. A nivel de Europa, Oriente Medio y África el nivel de actividad descendió en 2022 un 17% y en términos económicos cayó más de un 30% y eso que el primer trimestre no fue del todo malo. En enero y febrero de este año, que son solo dos meses y por tanto no es un periodo representativo, las operaciones corporativas han caído un 34% y en concreto un 58% a nivel de Private Equity. 

¿Por qué se ha parado la actividad?

Básicamente por dos factores. Primero la propia situación macroeconómica, que afecta a las compañías, que arrastraban problemas de cadena de suministro, subida de materias primas, inflación, y a ello se une la guerra de Ucrania… Todo esto genera incertidumbre y frena las inversiones, porque incertidumbre es riesgo y precios más elevados. El segundo bloque que ha afectado a la actividad inversores, es que, unido a eso y con cierta correlación, los tipos de interés empiezan una escalada muy importante. Además, no prevemos que bajen los tipos los próximos meses, y la financiación para operaciones de Private Equity, sin llegar a desaparecer, está en mínimos. Con todo, somos positivos de cara al futuro. Hay razones para pensar que el mercado se reactivará probablemente después del verano. Ya estamos viendo algunos síntomas. 

¿Qué síntomas?

Los tipos de interés van a seguir altos y eso supondrá que el número de operaciones será más bajo que en el primer trimestre del año pasado. Sin embargo, en otros mercados ya se veía, pero estamos viendo a nivel estatal y vasco que los grandes grupos empresariales empiezan a analizar de manera habitual cuáles son sus negocios más estratégicos, más core. Desinvierten en las áreas menos estratégicas, para dedicar más recursos a los negocios core. Es una dinámica que va a ir a más y estamos ya trabajando estos temas con clientes. La segunda razón tiene que ver con la propia naturaleza de los fondos. Los inversores prestan el dinero a los fondos durante diez, doce, catorce años... Los equipos gestores de los fondos tienen una especie de reloj que hace tic tac para devolver el dinero y a día de hoy hay todavía dinero disponible en los fondos para invertir y por ello habrá operaciones. Los ciclos de parón duran doce o 18 meses, pero la inversión vuelve con mucha fuerza y creemos que, a partir de la segunda mitad del 23 y del año 24, habrá ciclos de operaciones a un nivel muy elevado, pero quizás con otro grado de exigencia.

Por lo que comenta hay cierta resistencia en Euskadi a abrir el capital de las empresas, ¿se puede superar esa resistencia cultural?

La resistencia ha existido y existe, pero cada vez menos, porque las empresas entienden que el capital riesgo puede ser un compañero de viaje interesante. Cuando un empresario ve al fondo de capital riesgo como un socio exclusivamente financiero se genera tensión, porque el fondo busca unos retornos muy importantes. Si el fondo de inversión es capaz de demostrar que puede aportar otras cosas al empresario se materializan las operaciones. Ese proceso divulgativo de qué es un capital riesgo, cómo te puede ayudar, es clave. Lo hemos visto en Euskadi con MásMóvil o con Bain, que es un fondo de primera categoría, en ITP. Empieza a haber operaciones porque las empresas ven que hay fondos interesantes y porque las empresas vascas, a los ojos del capital riesgo, son también muy interesantes. 

En las Jornadas Financieras de Deusto es el encargado de moderar una mesa en la que están presentes compañías y fondos. 

Es un tema interesante y los ponentes que participan en las jornadas es siempre de primer nivel. Y en el caso del debate que voy a moderar, Lorea Aristizabal, directora de Desarrollo Corporativo de CIE Automotive, es una máquina, con cien operaciones en un periodo de diez años que han convertido a CIE en un referente. Y luego están Ramón Arocena, director de Advent de Donosti, y José Arellano, managing director de Towerbrook de Navarra. Están sentados en fondos de primer nivel. Son tres personas que van a generar debate potente para que el Private Equity entre con fuerza en Euskadi.