El supercomputador cuántico que se instalará en Donostia el próximo año está llamado a revolucionar por completo la investigación en múltiples materias. En la actualidad, tan solo cinco países cuentan con un ordenador de este tipo, por lo que Euskadi prevé convertirse en un referente mundial “para resolver los desafíos” que acontecen al planeta. Sin embargo, ¿realmente qué impacto puede alcanzar?

“Los ordenadores clásicos no pueden dar respuesta a los retos actuales. Los cuánticos, sí, al ser capaces de captar el universo”, explicó ayer Darío Gil, vicepresidente y director de la división de investigación de IBM, durante su intervención en la presentación del proyecto Basque Quantum. La compañía tecnológica estadounidense lleva medio siglo trabajando en un sistema que está llamado a convertirse en el siguiente paso en la evolución de los ordenadores.

Los computadores actuales se desarrollan bajo el sistema binario, lo que se traduce en que únicamente utilizan dos cifras, el 0 y el 1, para representar los números. Gracias a ello, son capaces de resolver problemas que una menta humana no es capaz, pero que son “fáciles en cuanto a nivel máximo de complejidad”. Los cuánticos, en cambio, pueden ir más allá y llegar a planteamientos mucho más difíciles.

“El futuro pasa por la unión de la computación clásica con la cuántica”, aseguró Gil, y bajo esa premisa el futuro superordenador de Ikerbasque tratará de desarrollar líneas de acción hasta ahora poco exploradas para la mejora de los fertilizantes, la observación astronómica de altas energías –el espectro electromagnético correspondiente a la radiación de rayos X o de rayos gamma–, el desarrollo de nuevas baterías más seguras, la creación de nuevos materiales para la tecnología aeroespacial y la investigación de moléculas para la puesta en marcha de nuevos fármacos.

Estas acciones, eso sí, deben ir acompañadas de un ecosistema de investigación. El superordenador procesará la información que se envíe a través de un ordenador clásico y la devolverá al propio aparato. Cada equipo de investigación, por lo tanto, deberá desarrollar cada campo. Por este motivo, el proyecto requería de un lugar que ya tuviese una serie de capacidades aplicadas, como es el caso de Euskadi. “Reúne una sólida base científica, una red de investigación y una visión de futuro. Hay una apuesta clara por estas estrategias”, señaló Horacio Morell, director de IBM. Gil, por su parte, ha afirmado que el territorio vasco “ya se había ganado su prestigio, pero, ahora, con este centro, pasará a estar en la vanguardia”.

Una apuesta de varios años

En los últimos años el Gobierno vasco ha hecho un notable esfuerzo por convertir a Euskadi en un referente en el futuro de la computación cuántica. Planes como Euskadi Next, con inversiones a diferentes iniciativas, y el Plan de Inversiones Estratégicas 2022-2024, que incluye 60 millones de euros a Gipuzkoa Quantum, son un claro ejemplo de ello.

Este impulso irá acompañado de la formación de una cantera de profesionales de la investigación, ya que el proyecto incluye el desarrollo de nuevos programas académicos y de la participación de investigadores de la UPV/EHU.

IBM, por su parte, también trabaja en nuevos frentes como una nueva versión superior del actual superordenador, que está llamado a marcar un antes y un después en el campo de la Inteligencia Artificial (IA).