La investigación La ausencia de las mujeres en el sector de la construcción en los trabajos a pie de obra, ganadora del Certamen de Publicaciones de trabajos e investigación de Emakunde, evidencia que “la desigualdad y la infrarrepresentación de las mujeres en el mundo de la construcción están sustentadas en los roles de género y los estereotipos sexistas” y destaca que la “extremada segregación” en el sector es una problemática “invisibilizada y normalizada”.

La directora de Emakunde, Miren Elgarresta, y la autora de la investigación, la arquitecta Ane Alonso, presentaron este estudio que ganó la IX edición del Certamen de Publicaciones de trabajos e investigación que convoca anualmente Emakunde.

Elgarresta destacó “la persistencia en la sociedad de roles y estereotipos de género que generan brechas importantes en distintos sectores, en algunos de manera extrema como en el caso de los trabajos a pie de obra en el sector de la construcción”. Según señala este estudio, la presencia de mujeres en el sector es del 8%, y cuando se consideran los trabajos más manuales que se realizan directamente a pie obra, el porcentaje se reduce al 1%.

El estudio se nutre de testimonios reales de varias mujeres del sector como fontaneras o carpinteras para conocer la realidad del trabajo a pie de obra e indagar sobre los motivos que causan esta falta de mujeres.

Desigualdades de acceso

La investigación evidencia que “la desigualdad y la infrarrepresentación de las mujeres en el mundo de la construcción están sustentadas en los roles de género y los estereotipos sexistas, además de en las desigualdades de género en el acceso y condiciones de trabajo en general”.

También destaca que la “extremada segregación en el sector es una problemática invisibilizada y normalizada”. En este sentido, una de las principales conclusiones del estudio es que “el hecho de que sea una realidad que está absolutamente normalizada provoca que no se actúe para tratar equilibrar la situación y abrir la posibilidad a las mujeres de acceder al sector en condiciones de igualdad”. Las mujeres entrevistadas desarrollan su actividad en diferentes oficios como albañilería, fontanería, pintura y carpintería. La investigadora destacó que ellas mismas “desmontan algunos estereotipos y mitos” sobre su trabajo como, por ejemplo, el de la fuerza física necesaria en este tipo de trabajos que dificultaría el acceso a las mujeres. “Reconocen que el trabajo en la construcción es cansado y desgasta físicamente, pero, en contra de lo que se cree, no requiere excesiva fuerza física. La maquinaria que se utiliza a día de hoy en la obra ha cambiado considerablemente los requerimientos necesarios para la ejecución de la mayoría de trabajos”, explica la investigación.

Deconstruir el ‘obrero tipo’

La mujeres entrevistadas aseguran que “ni hace falta tanta fuerza ni es cierto que las mujeres no puedan desarrollarla”. Por ello, el estudio aboga por “deconstruir la imagen del obrero tipo que poco tiene que ver con quienes trabajan actualmente en la construcción”. La ausencia de referentes en los que sentirse identificadas es otra de las barreras “más evidentes” que señala el estudio que perciben las mujeres, ya que “les envía el mensaje de que la obra no es para mujeres”.

“La suma de estereotipos –fuerza, suciedad, riesgos, imagen, capacidades– genera una situación en la que las mujeres que superando esos obstáculos se atreven a ingresar en el sector, se ven condenadas a esforzarse el doble que en otras profesiones y que los hombres, para poder mantenerse en el sector”, subraya la investigación.

La investigadora Ane Alonso (Bilbao, 1971) es licenciada en arquitectura por la UPV/EHU y lleva más de 20 años combinando el trabajo en la construcción con la búsqueda de otra forma de abordar la profesión.

Emakunde destacó que Alonso “forma parte de la primera ola de arquitectas que propusieron revisar la práctica profesional del urbanismo y la arquitectura tradicional, desde una visión más democrática, participativa e inclusiva, a través de procesos participativos para incluir la perspectiva de género”.