OJALÁ lo haga, ojalá el futuro se mire en este espejo y este le devuelva la misma imagen. Sería una bendición. Les hablo del empresariado, ese cónclave de hombres y mujeres que aprendieron, a fuerza de entrega, tenacidad y buenas ideas, que el único lugar donde el éxito viene antes que el trabajo es en el diccionario. Con tanto como vivieron aprendieron bien que el camino del cielo es empinado, y el del infierno es llano y está lleno. O si lo prefieren escuchar de otra manera, digamos que los emprendedores deben amar lo que hacen a tal nivel que el solo hecho de hacerlo valga la pena el sacrificio, y en algunos casos, el dolor.

No les hablo de ese mismo empresario del que les hablaba Groucho Marx, (acuérdense, el viejo humorista decía que al morír quería que le incinerasen y que el diez por ciento de sus cenizas fuesen vertidas sobre su empresario...), no. Les hablo de los hombres y mujeres que cuando todo parecía una quimera, hace más de cuarenta años, iniciaron una trayectoria empresarial, dura como todos los inicios, y que han conseguido consolidarla hasta el día de hoy, con el legado propio o el de sus hijos.

En su busca ha partido DEIA para señalarles y aplaudirles, para recordarle al pueblo vasco la deuda que tenemos con ellos. Lo ha hecho con la organización de la primera edición de los reconocimientos Gure enpresariak. Nuestras empresas, que en esta edición de 2022 ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Bilbao, con Juan Mari Aburto al frente, y la empresa Gaimaz, con Joseba Arrieta a la cabeza. La luz de su farol alumbró a los cuatro primero elegidos, Javier Ormazabal Ocerin, Felipe Aragunde e Higinio Arteta, que ya fallecieron, y el aún vivo Pedro Garaygordobil en el camino. Su recuerdo sembró de esperanzas el patio de butacas del salón de actos del Museo Guggenheim.

Con el director de DEIA, Iñaki González, en las encomiables labores de pastoreo en la gala, dicho sea sin segundas, un puñado de gente allegada, los más próximos, dejaron el testimonio de lo que fueron y cómo lo lograron. Javier Ormazabal hijo, por ejemplo, habló de cómo su padre no se sentía dueño de la empresa sino de un puñado de acciones. “La empresa es de todos ustedes”, les decía a la clase trabajadora. “Nunca tuvo la conciencia de que algo era imposible”, añadió. Pablo Aragunde, hijo de Felipe, habló de una vida entregada al trabajo, explicada con la defensa de la chimenea de Etxebarria en el parque como testimonio de aquellos días de duro trabajo. Lucía Arteta, a la cabeza de una extensa familia que se acercó a la gala, elogió la bonhomía de su padre, infatigable y con un don para empatizar con la gente y el propio Pedro Garaygordobil recordó los viejos tiempos, cuando la entrega era infinita. Entregaron los reconocimientos el propio alcalde Juan Mari Aburto, entusiasta defensor del espíritu empresario; Joseba Arrieta, director general de Gaimaz; el director general de Editorial Iparraguirre, Javier Andrés, y la diputada foral de Promoción Económica, Ainara Basurko.

Para regodearse en la escucha de estas vidas entregadas acudieron a la cita, madrugadora (a la hora en que abren laas oficinas y se enciende el tracatrá de las fábricas...), gente como el subdelegado del gobierno, Vicente Reyes; el director de Desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla, y la directora comercial, Aitziber Jauregi, Iñigo Aspiunza, Jon Legarreta;

el presidente de Idom, Luis Rodríguez Llopis, Jon Ortuzar; el director general de BBK, Gorka Martínez; la alcaldesa de Abanto-Zierbana, Maite Etxebarria, Jon Viteri, el presidente de Innobasque, Manu Salaberria, José Ángel Menéndez; la presidenta de Cebek, Carolina Pérez Toledo, Maribe Ocerin, Alejandro Garaygordobil, Miren Loyola, José Antonio Villamandos, Imanol Garay, Santiago Ansareo padre; Santiago Ansareo, hijo; Leonides Gutiérrez, José Pérez, de Zabalgarbi, Santiago Calle, Juan Manuel Sinde, Iñaki Azua, Luis Mari Rodríguez, Álvaro Canivell, Lucy Rodero, Virginia Knörr, Javier Riaño Olabarri, Pablo Fernández, Luis Ángel García, Emilio Guerrero, Iker Hormaza, Alfonso González, Antonio Rdríguez Ruiz, Kerman Meario, Javi Olabarrieta, Iñigo Conde, Mirian Erkorereka, Jacinto Lobo, Amaia Arteta, Iñaki Irusta y Yolanda Arteta, entre otra mucha concurrencia que ya espera a los próximos elegidos.