El fabricante vasco de tubos de acero sin soldadura Tubos Reunidos (TR) ha duplicado sus pérdidas en los nueve primeros meses de este año en relación con igual periodo de 2019. Suma unos números rojos de 59,3 millones y prevé más impacto de la crisis del coronavirus en su balance para el último tramo del año y la primera mitad de 2021 pero aún así espera poder aguantar con los ERTE en vigor sin recurrir a despidos entre sus 1.350 empleados, según señaló su nuevo presidente, Francisco Irazusta, con motivo de la celebración de la junta general de accionistas para aprobar las cuentas de 2019

La pandemia está teniendo un fuerte impacto en la actividad del grupo vasco Tubos Reunidos (TR), que ha registrado "malos resultados" en lo que va de año pero además señaló que lo peor está aún por llegar.

Las cuentas de la compañía están afectadas por la paralización de la demanda por la pandemia de coronavirus, los aranceles impuestos por Donald Trump en Estados Unidos, el principal mercado hasta ahora de la siderúrgica vasca, y por el exceso de capacidad productiva en el sector de tubos de acero en el mundo estimada en un 35% antes del covid y en casi el 50%, ahora, lo que está hundiendo los precios.

La empresa tiene futuro

El nuevo presidente de la compañía, Irazusta, adelantó que TR prepara un plan de choque para una empresa "que tiene futuro" y que incluye ajustes y reducción de costes, aunque "no creemos que la salida a la crisis pase por los despidos", ya que suponen una pérdida del conocimiento acumulado por los trabajadores, tanto fijos como eventuales. La clave será "pasar el Rubicón de la forma menos traumática posible". Ese Rubicón está en el próximo verano porque el inicio de 2021 con la actual cartera de pedidos va a ser muy duro, reconoció el director general, Carlos López de las Heras.

La compañía siderúrgica celebró la junta general de accionistas retrasada por el confinamiento y avanzó los datos de los nueve primeros meses , con una caída de ventas del 10%, hasta 190 millones de euros; un ebitda negativo de 4 millones, el doble que hace un año; y unas pérdidas de 59,3 millones, frente a los 26,5 millones de 2019. Por ello, en EE.UU. ha reducido salarios un 25% y en Euskadi ha puesto un ERTE.