- El director de la zona norte del Grupo Eulen, Endika Martín, cuya empresa cuenta con cerca de 60.000 trabajadores a nivel estatal, se refirió también a la dureza de la crisis, en la que contabilizaron 2.200 empleados de baja contagiados por el covid-19 y tres fallecidos. "Vivimos en tensión por los momentos duros por los que estaban pasando muchos de nuestros trabajadores".

Coincidiendo con el resto de los participantes en el evento de AED, "la incertidumbre" es la palabra que ha definido estos meses, en la que vivían a ritmo de BOE. "Fuimos declarados servicios esenciales, por ello la actividad no decayó en exceso en determinadas actividades, incluso hubo un incremento considerable en alguna de ellas".

En Eulen unas 2.000 personas continúan todavía teletrabajando, un sistema que también piensan que ha llegado para quedarse. En este sentido, comentó que la situación vivida por la pandemia del coronavirus les sirvió para acelerar distintas transformaciones digitales que iban a llegar igualmente e incluso han surgido nuevas oportunidades. "Estábamos en pleno proceso de digitalización, en plan renove; éramos de los colistas. Nuestra duda era si los sistemas iban a aguantar el teletrabajo de tantos trabajadores", reconoció Endika Martín, quien al inicio de las sesiones de teleconferencia se sentía como intruso en la casa de su equipo, "aunque recuerde aquella primera videollamada laboral con gran cariño".

Durante el confinamiento, apuntó, desarrollaron veinte nuevos servicios, como sistemas de sanitización. "Debemos de adaptarnos a nuestros clientes, somos como un chicle; tenemos que darle la garantía de un buen servicio, aportarles lo que precisan y con todas las seguridades sanitarias que reclaman como contratantes", remarcó.

Se mostró optimista ante un futuro próximo, "porque la Zona Norte ha sido el área donde mene s ha sufrido la crisis, con un descenso de ente el 15-18% de la actividad. Creo que el sector y la economía en general se activará; tenemos que perder el miedo", añadió el directivo de Eulen.

Endika Martín reconoció que pasaron épocas malas con la falta de EPIs (equipos de protección individual) para que los trabajadores no se contagiaran del covid-19. "Quien tenía en los momentos álgidos de la pandemia una mascarilla tenía un tesoro, por eso contactamos con aviones de Corea del Sur para que nos hicieran llegar mascarillas", explicó, mientras se refirió a la creación de un laboratorio de nuevos servicios. "Además, contamos con el apoyo de psicólogos de apoyo para la gente que tiene que volver al trabajo de forma presencial", subrayó.

De las lecciones que se pueden aprovechar de lo ocurrido se queda con haber aprendido a manejar la incertidumbre y a tomar decisiones en marejada. "Además, te das cuenta de las ganas que tiene la gente de trabajar; emociona el orgullo que tiene la gente de pertenencia al proyecto. ¿Esto cómo se paga?", dijo emocionado.