El pesimismo se ha instalado en la pequeña economía doméstica. La incertidumbre en torno al futuro del empleo hace que los hogares vascos se lo piensen dos veces antes de hacer una compra de calado, tal y como ocurrió en la crisis de 2008. Aun así, si las medidas gubernamentales para hacer frente a esta nueva recesión son efectivas es probable que el clima general mejore y, con ello, el consumo de las familias se recupere en 2021.

El último informe de Laboral Kutxa sobre la confianza de los consumidores vascos deja datos muy negativos, aunque abre la puerta a que la curva del consumo vuelva a la senda positiva en poco tiempo. Aunque en estos momentos la percepción sobre la situación económica es “claramente pesimista”, prácticamente al mismo nivel que en 2008, hay margen para que la coyuntura adversa se supere pronto gracias a las medidas que se han puesto en marcha “desde el primer momento” desde los gobiernos y de forma compartida con la Unión Europea. El informe valora también que el nivel de deuda de empresas y familias es menor que en el otoño de 2008.

“Se espera una mejora paulatina vinculada al éxito de la vuelta a la normalidad, cuyo resultado construirá la recuperación de la confianza a partir de 2021”, indica Laboral Kutxa. Hasta entonces, eso sí, la economía vasca va a atravesar meses delicados. Esta segunda mitad de 2020 va a estar marcada por una sensación de incertidumbre generalizada, alimentada por el aumento del paro, las dificultades que trasladarán muchas empresas y una capacidad de ahorro más baja por parte de las familias.

Más allá de las personas que han perdido su trabajo, unas 24.000 en Euskadi desde el inicio de la pandemia y hasta el cierre de mayo, el covid ha hecho que otros 200.000 trabajadores hayan pasado por un ERTE, lo que también supone una reducción de los ingresos.

Muchas grandes decisiones asociadas al gasto familiar, como la compra de vivienda o de vehículo, van a ser aplazadas. Habrá que ver si pueden contrarrestar la atonía los estímulos del Gobierno vasco como el renove de automoción o las ayudas para cambiar ventanas y electrodomésticos, disponibles desde ayer.

En ese sentido, las ventas de coches siguieron en negativo en junio, aunque el descenso, del 6%, es mucho menor que en meses anteriores. Con 3.300 operaciones, Euskadi salva gracias al plan renove un mes “catastrófico” en el resto del Estado, según los concesionarios. La buena acogida de los estímulos vascos se nota sobre todo en el fuerte crecimiento de los vehículos eléctricos e híbridos en relación a junio de 2019.