La compra de una vivienda es una de las compras más importantes de nuestra vida, si no la más. Por eso, facilitamos unos consejos que pueden ser muy útiles.

En primer lugar, nos tiene que gustar el producto. Por ello, tenemos que fijar la ubicación que nos gustaría para nuestra futura casa. Aquí influirán factores emocionales, como la cercanía de la familia, amigos, el sentimiento hacia un barrio en concreto,… y los factores objetivos como, transporte, aparcamiento, colegios, servicios sanitarios, colegios o zona de ocio.

Una vez decidida la zona, nos centraremos en las características de la vivienda, como la superficie, la distribución, la orientación, las calidades y los acabados o el tipo de calefacción. No olvidemos que hay cosas que no se pueden cambiar.

Si ya tenemos el piso que nos encaja en cuanto a gustos y precios, tendremos que reparar en temas más administrativos para no llevarnos ningún disgusto. Una de las primeras cosas es el registro de la propiedad, así podremos identificar quien es el titular actual y si está libre de cargas o no.

Si la compra es sobre plano, no olvidemos solicitar una memoria de calidades detallada, para poder comprobar los materiales de construcción, superficie, zonas comunes y calidades de todos los acabados.

También es importante comprobar que las cantidades entregadas al vendedor estén respaldadas, sea por un aval o por una póliza de seguros, para que en el caso de que las condiciones pactadas no se cumplan, poder recuperar el dinero.

Por último, hay que revisar con atención el contrato privado, en el contrato figurarán al detalle el precio de la vivienda desglosándolo por distintos pagos y por el IVA correspondiente, la forma de pago, así como las condiciones generales y especiales que puedan existir.

Después de todas estas pautas, nos quedará escriturar y disfrutar de nuestra vivienda