El crecimiento para 2019 se mantiene en el 2,2% y para 2020 se anticipa un incremento del 1,9%, una décima inferior al previsto en septiembre.

Se espera un avance del empleo del 1,6% en 2019 y del 1,2% en 2020, tal y como estaba previsto en el informe previo, lo que equivale a una creación de cerca de 15.500 puestos de trabajo en 2019 y de en torno a 11.500 empleos en 2020.

Respecto a la tasa de paro, las perspectivas han mejorado y se estima que se situará en el 9,7% en 2019, y descenderá hasta el 9,6% en 2020, ambos años dos décimas por debajo de la anterior previsión.

En el tercer trimestre de 2019 la economía vasca creció un 2,1%, solo una décima menos que la cifra obtenida en la primera mitad del año. Este resultado ofrece una imagen de relativa estabilidad en la evolución del PIB, ya que apenas tiene impacto en la cifra esperada para el conjunto del año, que se mantiene en el 2,2%.

El balance de exportaciones e importaciones es relativamente neutro: Las amenazas que paralizan el comercio internacional, en especial el Brexit y la guerra comercial entre China y Estados Unidos, parecen estar en vías de solución, pero en el tercer trimestre estaban vigentes y afectaron a los intercambios comerciales de las empresas vascas.

La excepción a la parálisis que vive el comercio exterior vasco es el Reino Unido. En ese mercado, las ventas de

productos vascos aumentaron en el tercer trimestre un 38,0%.

Este abultado incremento responde, casi en exclusividad, a la venta de vehículos para vía férrea por valor de 222 millones de euros.

Esa incertidumbre global no pareció afectar, en conjunto, a la demanda interna, que creció un 2,0%. Con todo, se aprecia una pérdida de impulso en la formación bruta de capital (inversión), en especial en la inversión en bienes de equipo, que tan solo avanzó un 0,8%.

Mejor comportamiento mostró el resto de la inversión, que incluye la realizada en construcción, puesto que mejoró en algunas décimas su resultado anterior hasta crecer un 2,9%.

En sentido contrario, el consumo final frenó su suave desaceleración y consiguió mejorar una décima su ritmo de crecimiento (2,0%). Fue el consumo de las administraciones públicas el responsable de la ligera mejora, al registrar un avance del 2,4%, cuatro décimas por encima de los dos trimestres anteriores.

Por su parte, el consumo de las familias continuó moderando su ritmo interanual y anotó un 1,8%, una décima menos que en el segundo trimestre. La pérdida de intensidad del empleo es la principal razón de esa evolución.

Se espera una suave recuperación de la industria a lo largo de 2020 que mejore en cuatro décimas el resultado de este año, hasta llegar al 1,1%, mientras que la construcción y los servicios perderán intensidad.

Desde la perspectiva de oferta, la característica del tercer trimestre es el mantenimiento de los ritmos conseguidos por los sectores principales, con la excepción del sector primario, que empeoró notablemente su valor añadido (-1,8%).

Así, la industria obtuvo un aumento del 0,7%, que no difiere mucho de los avances conseguidos en los dos primeros trimestres de 2019, si bien el apartado de las manufacturas (0,3%) se acerca a una situación de estancamiento. Por su parte, la construcción creció un significativo 2,9%, que iguala el dato anterior, pero se aleja de los excelentes resultados cosechados en 2018 (4,1%).

Por último, los servicios aumentaron su valor añadido un 2,7%, en línea con los datos de los trimestres anteriores.

El empleo continuó la suave senda de desaceleración que vive desde mediados de 2018 y registró un incremento interanual del 1,6%.

Esa tasa se traduce en unos 15.200 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo netos generados en el último año. De esa cantidad, 12.600 empleos se crearon en las actividades de servicios, que por primera vez llegan a superar los 700.000 puestos de trabajo. También es significativo el aumento registrado por la construcción (2,3%). Por último, el empleo industrial creció un 0,5% y aportó algo más de 1.000 puestos de trabajo nuevos a la economía. EFE