MADRID - El Banco de España cree que el aumento del proteccionismo entre Estados Unidos y China podría tener una “elevada incidencia” en la economía mundial, al estimar un impacto directo del 0,25% en el PIB mundial en términos acumulados en 2019-2021, con caídas del PIB de Estados Unidos y China del 0,26% y el 0,38%, respectivamente, mientras que el área del euro se contraería un 0,2%.

Así se desprende de un artículo analítico del organismo supervisor en el que analiza el aumento del proteccionismo entre Estados Unidos y China y sus repercusiones sobre la economía mundial, a partir del primer escenario, centrado en los canales directos reales, que tienen en cuenta los cambios en el comercio bilateral entre los dos países y los efectos de segunda ronda globales por la reducción de la demanda mundial.

Según las simulaciones realizadas, el aumento de los aranceles (escenario 1) conllevaría una retracción significativa de la actividad en Estados Unidos, en China y también en el área del euro, dando lugar a una reducción del PIB mundial de un 0,25% respecto al escenario central en términos acumulados en 2019-2021, con caídas del PIB de Estados Unidos y China del 0,26% y el 0,38%, respectivamente.

apertura comercial europea El organismo explica que el mayor impacto en la economía china refleja el hecho de que los aranceles estadounidenses afectan a un volumen de importaciones en relación con su PIB superior al que las autoridades chinas han represaliado. En cuanto al área del euro, su PIB se contraería un 0,2%, reflejando el “elevado grado de apertura comercial, lo que la hace más vulnerable a la caída de la actividad mundial”.

En el segundo escenario, que añade además los posibles efectos derivados de la caída de la confianza y el aumento de la incertidumbre, el Banco de España observa cómo los efectos de confianza podrían llegar a generar “impactos adversos significativos”. En ese caso, se produciría un impacto de segunda ronda en la actividad mundial, que afectaría considerablemente al área del euro.

No obstante, matiza que “ la incidencia de la guerra comercial sobre la incertidumbre resulta difícil de calibrar y, por lo tanto, sus efectos deben tomarse con más cautela que los correspondientes a los canales reales”. De hecho, apunta que existen diversos factores que, sin embargo, podrían hacer que los efectos fueran distintos de los considerados en estas simulaciones, ya que no se tiene en cuenta la reacción expansiva de las políticas monetarias a nivel global que ya se ha iniciado y que tendería a reducir la magnitud del impacto. - E. P.